FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Productores de por acá: Las Hermanas

El bogotano Diego Cuellar exprime samples al beneficio de su peculiar mezcla entre el hip hop, el dub y el ambient.

Sigue a THUMP México en su nuevo perfil de Facebook

Desde algún lugar de Bogotá, el productor colombiano Diego Cuellar debe estar cortando y pegando samples procedentes de las fuentes más inesperadas, para así confeccionar los temas que edita bajo el nombre Las Hermanas. Un veterano de la escena noise de su ciudad que pasó años confundiendo al público con su alias MC Perro, Cuellar ahora utiliza técnicas de sampling de una manera magistral para generar la materia prima de su música más reciente, que lo ubica en un extraño lugar entre el hip hop de Stones Throw y el dub jamaiquino. Ahora, está alas puertas de su participación en la edición de este año del Festival Sónar en Barcelona.

Publicidad

Sigue a THUMP México en su nuevo perfil de Facebook

Desde algún lugar de Bogotá, el productor colombiano Diego Cuellar debe estar cortando y pegando samples procedentes de las fuentes más inesperadas, para así confeccionar los temas que edita bajo el nombre Las Hermanas. Un veterano de la escena noise de su ciudad que pasó años confundiendo al público con su alias MC Perro, Cuellar ahora utiliza técnicas de sampling de una manera magistral para generar la materia prima de su música más reciente, que lo ubica en un extraño lugar entre el hip hop de Stones Throw y el dub jamaiquino. Ahora, está alas puertas de su participación en la edición de este año del Festival Sónar en Barcelona.

El primer EP de Las Hermanas, simplemente titulado ep, fue editado en 2014 por el sello de Colombia Discos Muertos, tanto en digital como en una lúgubre y apropiada edición en cassette dentro de una bolsa negra de terciopelo atada con un lazo rojo. Este lanzamiento sentó las bases del estilo y modus operandi de Cuellar en este proyecto, además de tener un concepto interesantísimo y hasta gracioso: tomar grabaciones de lo que en su país plancha –es decir, esa música de toda Latinoamérica que escuchan las señoras mientras planchan, desde Juan Gabriel hasta Amanda Miguel– para triturarlas y ponerlas a su servicio. El resultado es una especie de beat tape cargado de una nostalgia inherente a su fuente de origen y un groove impresionante que MF Doom podría navegar tranquilamente.

Sólo un par de meses después, sucedió su debut con otro EP, ahora titulado ep 2, que, como habrán imaginado, sirve como una expansión y profundización de lo explorado con anterioridad. Y, aun así, ep 2 se para con pies propios y es una prueba más de la habilidad de Diego Cuellar para manipular sonidos prestados y hacerlos suyos.

Kulto de Kultos, su EP de apenas cuatro canciones editado en enero de este año, se balancea entre unos tracks mucho más clavados y dubby, y otros con beats contundentes con voces sampleadas mucho más prominentes, bañados de pies a cabeza con crujidos de vinilos que le dan una sensación vintage bastante creíble. Son temas tan inmersivos que se te pasan en un instante.

El trabajo más reciente de Las Hermanas tiene un título graciosísimo: Nadie jamás ha visto una calavera triste. Acompañado de una portada que muestra un esqueleto sonriéndole a la luna, este primer larga duración da un giro más oscuro y lo encuentra expandiendo su paleta sonora más allá de lo que nos tenía acostumbrado. Desde los pasajes ambientales de la canción abridora, "Un billón de abogados", pasando por los malévolos y desorientadores sintes espiralados de "Sistematizar el sabotaje", hasta el momento casi funk de "Selección Natural", el disco es una obra para ser admirada en su totalidad. Son capas sobre capas de texturas variadas que estimulan y desafían el cerebro.

A pesar de haber desarrollado desde el principio del proyecto una voz muy fuerte y característica, Las Hermanas no es un one trick pony, sino un proyecto en constante evolución que se mantiene fiel a un concepto. Hay que tenerle el ojo puesto a Diego Cuellar.

Conéctate con Las Hermanas en: Facebook // Soundcloud

Sigue a Algodón Egipcio y sus suaves recomendaciones en Twitter.

El primer EP de Las Hermanas, simplemente titulado ep, fue editado en 2014 por el sello de Colombia Discos Muertos, tanto en digital como en una lúgubre y apropiada edición en cassette dentro de una bolsa negra de terciopelo atada con un lazo rojo. Este lanzamiento sentó las bases del estilo y modus operandi de Cuellar en este proyecto, además de tener un concepto interesantísimo y hasta gracioso: tomar grabaciones de lo que en su país plancha –es decir, esa música de toda Latinoamérica que escuchan las señoras mientras planchan, desde Juan Gabriel hasta Amanda Miguel– para triturarlas y ponerlas a su servicio. El resultado es una especie de beat tape cargado de una nostalgia inherente a su fuente de origen y un groove impresionante que MF Doom podría navegar tranquilamente.

Sólo un par de meses después, sucedió su debut con otro EP, ahora titulado ep 2, que, como habrán imaginado, sirve como una expansión y profundización de lo explorado con anterioridad. Y, aun así, _ep _2__ se para con pies propios y es una prueba más de la habilidad de Diego Cuellar para manipular sonidos prestados y hacerlos suyos.

Kulto de Kultos, su EP de apenas cuatro canciones editado en enero de este año, se balancea entre unos tracks mucho más clavados y dubby, y otros con beats contundentes con voces sampleadas mucho más prominentes, bañados de pies a cabeza con crujidos de vinilos que le dan una sensación vintage bastante creíble. Son temas tan inmersivos que se te pasan en un instante.

Publicidad

El trabajo más reciente de Las Hermanas tiene un título graciosísimo: Nadie jamás ha visto una calavera triste. Acompañado de una portada que muestra un esqueleto sonriéndole a la luna, este primer larga duración da un giro más oscuro y lo encuentra expandiendo su paleta sonora más allá de lo que nos tenía acostumbrado. Desde los pasajes ambientales de la canción abridora, "Un billón de abogados", pasando por los malévolos y desorientadores sintes espiralados de "Sistematizar el sabotaje", hasta el momento casi funk de "Selección Natural", el disco es una obra para ser admirada en su totalidad. Son capas sobre capas de texturas variadas que estimulan y desafían el cerebro.

Sigue a THUMP México en su nuevo perfil de Facebook

Desde algún lugar de Bogotá, el productor colombiano Diego Cuellar debe estar cortando y pegando samples procedentes de las fuentes más inesperadas, para así confeccionar los temas que edita bajo el nombre Las Hermanas. Un veterano de la escena noise de su ciudad que pasó años confundiendo al público con su alias MC Perro, Cuellar ahora utiliza técnicas de sampling de una manera magistral para generar la materia prima de su música más reciente, que lo ubica en un extraño lugar entre el hip hop de Stones Throw y el dub jamaiquino. Ahora, está alas puertas de su participación en la edición de este año del Festival Sónar en Barcelona.

El primer EP de Las Hermanas, simplemente titulado ep, fue editado en 2014 por el sello de Colombia Discos Muertos, tanto en digital como en una lúgubre y apropiada edición en cassette dentro de una bolsa negra de terciopelo atada con un lazo rojo. Este lanzamiento sentó las bases del estilo y modus operandi de Cuellar en este proyecto, además de tener un concepto interesantísimo y hasta gracioso: tomar grabaciones de lo que en su país plancha –es decir, esa música de toda Latinoamérica que escuchan las señoras mientras planchan, desde Juan Gabriel hasta Amanda Miguel– para triturarlas y ponerlas a su servicio. El resultado es una especie de beat tape cargado de una nostalgia inherente a su fuente de origen y un groove impresionante que MF Doom podría navegar tranquilamente.

Sólo un par de meses después, sucedió su debut con otro EP, ahora titulado ep 2, que, como habrán imaginado, sirve como una expansión y profundización de lo explorado con anterioridad. Y, aun así, ep 2 se para con pies propios y es una prueba más de la habilidad de Diego Cuellar para manipular sonidos prestados y hacerlos suyos.

Kulto de Kultos, su EP de apenas cuatro canciones editado en enero de este año, se balancea entre unos tracks mucho más clavados y dubby, y otros con beats contundentes con voces sampleadas mucho más prominentes, bañados de pies a cabeza con crujidos de vinilos que le dan una sensación vintage bastante creíble. Son temas tan inmersivos que se te pasan en un instante.

El trabajo más reciente de Las Hermanas tiene un título graciosísimo: Nadie jamás ha visto una calavera triste. Acompañado de una portada que muestra un esqueleto sonriéndole a la luna, este primer larga duración da un giro más oscuro y lo encuentra expandiendo su paleta sonora más allá de lo que nos tenía acostumbrado. Desde los pasajes ambientales de la canción abridora, "Un billón de abogados", pasando por los malévolos y desorientadores sintes espiralados de "Sistematizar el sabotaje", hasta el momento casi funk de "Selección Natural", el disco es una obra para ser admirada en su totalidad. Son capas sobre capas de texturas variadas que estimulan y desafían el cerebro.

A pesar de haber desarrollado desde el principio del proyecto una voz muy fuerte y característica, Las Hermanas no es un one trick pony, sino un proyecto en constante evolución que se mantiene fiel a un concepto. Hay que tenerle el ojo puesto a Diego Cuellar.

Conéctate con Las Hermanas en: Facebook // Soundcloud

Sigue a Algodón Egipcio y sus suaves recomendaciones en Twitter.

A pesar de haber desarrollado desde el principio del proyecto una voz muy fuerte y característica, Las Hermanas no es un one trick pony, sino un proyecto en constante evolución que se mantiene fiel a un concepto. Hay que tenerle el ojo puesto a Diego Cuellar.

Conéctate con Las Hermanas en: Facebook // Soundcloud

Sigue a Algodón Egipcio y sus suaves recomendaciones en Twitter.