Las extorsiones en Colombia más allá de las FARC

El líder del grupo rebelde más grande de Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ha ordenado a sus tropas que dejen de recaudar "impuestos" en los territorios que dominan.

Timoleón Jiménez, conocido como Timochenko, anunció la decisión en una entrevista publicada en el diario colombiano Prensa Rural el día de ayer, y que aparentemente le hicieron en La Habana.

Dijo que la orden estuvo pensada para reforzar el compromiso de las FARC con las pláticas de paz que han sostenido con el gobierno, que ya han resultado en un cese al fuego definitivo, y se espera que el acuerdo final se realice a finales de este mes, seguido de la desmovilización de los rebeldes.

"No lo habíamos hecho antes porque necesitábamos comer", dijo Timochenko respecto a la orden de suspender el cobro de cuotas. "Y no se trata de alimentar a una o dos personas. Se trata de miles de guerrilleros que requieren comida, ropa y todo lo necesario para sobrevivir día con día".

También informó que el grupo rebelde suspendió el reclutamiento desde hace tres meses.

La extorsión en Colombia

Pero a pesar de que las FARC se han comprometido a detener las extorsiones, no son el único grupo que las realiza. El delito se ha extendido por casi toda la geografía colombiana.

De acuerdo con un informe del Centro de Seguridad y Democracia de Colombia citado por el diario El Tiempo, entre 2003 y 2014 fueron denunciadas a las autoridades por lo menos 25.842 extorsiones. De las cuales sólo 2.455 fueron atribuidas a las FARC.

El Ejército de Liberación Nacional (ELN) habría realizado 299 extorsiones. Y, en contraste, 18.827, casi tres de cada cuatro, fueron cometidas por la delincuencia común, según se explica en el estudio.

Asimismo, explica que nueve de cada 10 extorsiones de los grupos de delincuentes se cometieron en la zonas urbanas. Y las entidades con mayor repercusión de este delito fueron Antioquia con un registro del 16,6 por ciento y Bogotá con 9,9.

Fabio López, director de los Gaula rupos de la policía encargados de combatir el secuestro y la extorsión], comentó a El Tiempo que al bajar las ganancias por secuestro, los grupos delincuenciales han optado por un delito más sencillo como lo es la extorsión.

López señaló que los delincuentes que operan desde las cárceles han incrementado su actividad. "Sigue habiendo un gran problema con la extorsión que se hace desde las cárceles, frente a la cual vemos muy pocas denuncias, ni un 5 por ciento. Creemos que en un año deben ser por lo menos 10.000 llamadas".

No todos apoyan la paz

Aunque un acuerdo final de paz ahora parece definitivo, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos ha prometido someterlo a referéndum, probablemente a finales de este año.

Sin embargo, una encuesta publicada el domingo pasado por la compañía Ipsos sugiere que el apoyo al tratado de paz aún está en duda, y que muchos colombianos no están seguros de la paz. El sondeo arrojó que 36 por ciento de los entrevistados votaría positivamente en el referéndum, mientras un 25 por ciento votaría que no.

Muchos colombianos tienen una imagen extremadamente negativa de las FARC que, a pesar de su retórica de justicia social, está asociada a extorsiones y secuestros, así como al tráfico de drogas.

El expresidente Alvaro Uribe, conocido por apoyar a los paramilitares de derecha, se ha mostrado particularmente en contra del proceso de paz.

"Santos traicionó a los nueve millones de colombianos que votaron por él y a quienes prometió continuar con nuestra agenda", dijo Uribe el fin de semana en una entrevista con el diario español La Voz de Galicia. "Lo que hizo fue entregar el país a las FARC".

El descontento de Uribe por la idea de que los acuerdos de paz permitirán a las FARC convertirse en un partido político fue secundado por Jhon Jairo Velázquez, conocido como Popeye y antiguo cómplice de el lord de la droga Pablo Escobar, quien admitió haber asesinado a más de 300 personas.

"Si el señor Timochenko quiere estar en el Senado, entonces Popeye también estará ahí", dijo a los reporteros. "Al menos, yo pagué mi condena en la cárcel".

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