Imagen por Watan Yar/EPA
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La provincia es uno de los campos de batalla clave en la lucha talibán. La organización terrorista desplegó su anunciada ofensiva de primavera el mes pasado. Entonces prometió que derrocaría al gobierno respaldado por Occidente que reina en Kabul y que restauraría la ley Islámica. Sin embargo, en las últimas semanas la lucha en Helmand había sido más atenuada que en otras zonas del país, mientras los talibanes concentraban su energía en la recolección del opio, una de las fuentes de ingresos más importantes de los yihadistas.Durante las últimas semanas, los enfrentamientos se han sucedido de manera igualmente intensa por otras provincias del país como Kunduz, en el norte; Kunar, al este y Urzugan y Ghazni, en el centro del país. La masacre de ayer en Helmand podría significar que los yihadistas hayan puesto rumbo al corazón del opio de Afganistán. La insurgencia — que a día de hoy ya controla más territorio del que controlara nunca en 2001, cuando se produjo la invasión de Estados Unidos — parece resuelta a recuperar el control de Helmand y convertirla en su cuartel general.Cientos de tropas estadounidenses han sido destacadas en Helmand este año para encargarse del entrenamiento de los combatientes afganos que se oponen a los talibanes. Las fuerzas de seguridad afganas llevan semanas anunciando una ofensiva, sin embargo esta nunca llega a materializarse.Las Moicas: son de Michoacán, trafican con heroína en EEUU, la DEA lo sabe y México no. Leer más aquí.
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