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VICE World News

Cuatro soldados muertos tras un nuevo ataque de las FARC a un oleoducto en Colombia

Un helicóptero del ejército colombiano que transportaba soldados para vigilar un oleoducto fue atacado a través de un artefacto explosivo que la guerrilla detonó por control remoto. Un nuevo incidente que hace peligrar las frágiles conversaciones de...
Imagen por Fernando Vergara/AP file

Las conversaciones de paz en Colombia sufrieron un nuevo revés el lunes cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) destruyeron un helicóptero militar con una mina terrestre, matando a cuatro soldados e hiriendo a seis, según informaron las autoridades de Bogotá.

El ejército dijo que era probable que la mina que dañó al helicóptero fue detonada a distancia, informó Reuters. El helicóptero de fabricación estadounidense Black Hawk UH60 transportaba tropas de tierra para ayudar en la reparación de un oleoducto que fue atacado por los rebeldes la semana pasada.

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El ejército de Colombia anunció en Twitter que estaba investigando los hechos. La mañana del martes, las FARC no habían asumido aun la responsabilidad del incidente.

La escalada del conflicto en Colombia aumenta la preocupación por el frágil proceso de paz. Leer más aquí.  

La explosión tuvo lugar en el asentamiento rural de Teorama, en la región Norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela. Norte de Santander ha sido durante mucho tiempo un foco de actividad de la guerrilla, en parte debido a los proyectos mineros ubicados allí.

Las FARC han incrementado las ataques contra las infraestructuras petroleras de Colombia y otros objetivos económicos desde que el grupo guerrillero suspendiese su alto el fuego unilateral en mayo, después que el ejército mató a 26 rebeldes en un ataque aéreo.

La violencia está aumentando en ambos bandos de un conflicto que ya dura más de cinco décadas en Colombia. El lunes los militares capturaron a uno de los líderes financieros de las FARC, Huber Velásquez Galindo, alias 'Andrés Chorizo', según informaron.

Uno de los mayores golpes a la infraestructura de Colombia se produjo el 8 de junio en Putumayo, cuando el grupo guerrillero interceptó una caravana de 19 camiones repletos de petróleo obligando a los conductores a derramar la cantidad de 200.000 galones de crudo en la carretera.

Los acuíferos y los terrenos agrícolas cercanos se contaminaron como resultado del vertido.

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Las FARC lanzaron otra ofensiva el 16 de junio, cuando los rebeldes atacaron el oleoducto Limón-Coveñas, derramando petróleo en el río Catatumbo y encendiendo un fuego que destruyó varias casas en la zona. El helicóptero del fatal incidente del lunes transportaba tropas para salvaguardar y reparar la tubería.

Un día después del ataque al oleoducto Limón-Coveñas, la guerrilla atacó a otro punto de la tubería en el municipio de Tibú, también en Norte de Santander. Las autoridades aún están determinando el alcance de los daños causados por el ataque. Los 16.000 habitantes de Tibú se enfrentan ahora a una grave escasez de agua debido al derrame.

Multinacionales que se beneficiaron de la guerra en Colombia. Leer más aquí. 

La compañía petrolera nacional de Colombia, Ecopetrol, ha sufrido 22 ataques en lo que va de año, lo que ha supuesto una pérdida de 2.100 millones de dólares y daños ecológicos incalculables.

Las FARC están tratando de mostrar "al gobierno que no están mermados y que tienen la capacidad de poder afectar a la vida nacional y a la economía cuando deseen", dijo a VICE News Adam Isaacson, asociado senior de la Oficina de Washington para América Latina.

"Están tratando de convencer al gobierno de que tienen que negociar", agregó. "Es la forma más rápida de buscar una solución, porque no los han derrotado en el campo de batalla".

A pesar de la violencia, las FARC llamaron de nuevo a un alto el fuego bilateral el martes por la mañana.

"Lamentando la noticia de las muertes en combate, que podrían haberse evitado con un alto el fuego bilateral, una vez más emplazamos al Presidente Santos a considerar la posibilidad de detener la guerra", dijeron los guerrilleros en un comunicado.

Isaacson dijo a VICE News que "conseguir un alto el fuego debe ser la principal prioridad en este momento".

Las inestables conversaciones de paz entre el gobierno y las FARC continúan en La Habana en medio del derramamiento de sangre. Las conversaciones constituyen la esperanza para poner fin a la guerra más larga del hemisferio, que ya ha matado a 220.000 personas y ha desplazado a millones, en su mayoría civiles.

Sigue a Joe Parkin Daniels en Twitter @joeparkdan.