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Seis problemas de la crisis venezolana que afectaron el partido

Consultamos medios y expertos para saber cuáles fueron los obstáculos (algunos de ellos superados) para que las selecciones disputaran esta fecha de eliminatorias.
Collage por Mateo Rueda | VICE Colombia

Para nadie es un secreto — tal vez solo para Nicolás Maduro— que Venezuela está en la mala. Las amplias manifestaciones han dejado más de 150 muertos y, naturalmente, los tentáculos de una crisis tan profunda se ciernen sobre muchos ámbitos de ese país.

El fútbol profesional venezolano es uno de esos espacios permeados por el problema económico y político. Para nosotros el partido de hoy entre Colombia y Venezuela se siente, de cierta manera, confuso. Y aunque no hay motivos reales para suspenderlo, es extraño ver a estos dos equipos en la cancha en medio de una época tan amarga. Es casi como si este deporte estuviera por encima de la realidad.

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Pero bueno, como el fútbol es lo más importante dentro de las cosas menos importantes, el partido se hace o se hace, buscando dejar de lado, por 90 minutos, el sabor amargo que muchos tienen en la boca. Ellos ya están eliminados, van de últimas en la tabla de las eliminatorias, su idea de ir a Rusia murió, pero los venezolanos siempre nos complican la vida: la última vez que les ganamos de visitantes fue en el '96.

Dentro de nada se dará el pitido inicial de un partido que estuvo cerca de ser suspendido a causa de la inseguridad. Por eso, hicimos un recuento de algunos aspectos que se vieron afectados por la crisis bolivariana, apoyándonos Iván Mejía y Antonio Casale, como para que no digan que estamos parcializados.

Se pensó en cambiar la sede del partido

Aunque ya es un hecho que el partido se va a jugar en el Polideportivo de Pueblo Nuevo en San Cristóbal, hace varias semanas, por el temor a las protestas que se estaban dando en las distintas calles del país, se pensó en cambiar la sede del encuentro e incluso en cancelarlo. Sin embargo, el gobierno vecino y la Federación Venezolana de Fútbol dijeron que el partido iba a ser custodiado para garantizar la seguridad de los jugadores, el cuerpo técnico y los asistentes.

La alcaldesa de San Cristóbal, Patricia Ceballos, aseguró en una entrevista que "todo está listo para recibir a nuestros hermanos colombianos y a la Selección en el templo sagrado del fútbol, que es Pueblo Nuevo". Así que tranquilos, o como me dijo Iván Mejía por teléfono, "Todo va a salir bien. No va a pasar nada raro".

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El equipo remolacho se quedó sin entrenar

Hace un mes, tras las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente, la intensidad de las protestas no permitieron que el equipo venezolano de mayores ni el de la sub-20 se movilizaran al lugar de entrenamiento donde debían prepararse para enfrentar al seleccionado colombiano y argentino.

Es difícil concretar a todo un plantel de jugadores para que entrenen. Esas fechas son sagradas y vitales para el buen rendimiento del equipo. Sobre todo para un equipo que no ha dado pie con bola durante las eliminatorias del torneo más importante del planeta. El ambiente conflictivo que se está viviendo desde hace un tiempo en el país vecino logra calar en cosas tan inofensivas y a la vez cruciales como esta, porque si hay algo que le sentaría bien a Venezuela es ganarle a su archienemigo deportivo y al dos veces campeón del mundo.

Caracol casi no puede transmitir el partido

¿Se imaginan donde el Gol Caracol no transmitiera el partido? Seguramente se armaría tremendo tropel en las calles porque si hay algo que le gusta hacer al colombiano promedio es ver a su selección. Por eso, luego de que se anunciara que los canales Caracol y RCN no podrían transmitir nada desde Venezuela, creció el desasosiego futbolístico.

Pero como sucede en muchas ocasiones: perro que ladra no muerde. Desde ayer los periodista de Caracol están acompañando al equipo y, aunque el canal va a trabajar con proveedores venezolanos para garantizar la transmisión, todos podremos ver el partido por la pantalla pequeña sin inconveniente.

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La Selección Colombia tuvo que viajar desde Cúcuta un día antes del partido

Los equipos rivales suelen llegar unos días antes al lugar de encuentro para entrar en calor. Pero en esta ocasión, fue un poco más apresurado por la confusa situación en la que está llevando a cabo esta fecha. Ayer a las 4:00 de la tarde el equipo cruzó la frontera en un bus del gobierno bolivariano acompañados por unos 600 policías, portando en mano sus pasaportes y permisos para entrar a un país que antes de 2011 no nos jodía para adentrarnos en sus tierras.

"Sí es un poco extraño que Colombia haya viajado tan solo una noche antes, pero ya están allá y todo parece estar en orden", dice Antonio Casale.

Además, lo normal es que lleguen en avión pero debido a que todos los vuelos entre estos países vecinos han sido suspendidos, les tocó llegar en cheto. De todas maneras, ya están allá listos para darlo todo en la cancha (o eso esperamos).


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¿Y la asistencia al estadio?

A la hora del partido sabremos qué tanta gente hay en el estadio Pueblo Nuevo, pero uno podría pensar que como no hay luca, pocos podrán ir a ver el partido. "Sachi Escobar (actual director del Deportivo Táchira) dijo que no había ningún problema, que acá hay un poder de adquisición que los colombianos no creemos que exista", afirmó Iván Mejía en su programa radial El Pulso del Fútbol.

Por otro lado, Antonio Casale no cree que vaya a haber muchos venezolanos en el estadio. "Yo no creo que se llene, por lo menos no de venecos. A los colombianos les están cobrando 134 dólares la boleta y a ellos entre 30 y 40 dólares", afirma. Según este locutor y periodista deportivo, es más probable que los colombianos llenen el estadio antes que los oriundos bolivarianos.

Toca esperar hasta las 4:00 para ver si predomina el vinotinto o el amarillo en las gradas.

Los jugadores venezolanos van a estar débiles mentalmente

"Una selección es lo más parecido que hay a una nación. Ahora menos que antes, pero sigue sintiéndose el país en la cancha", nos dijo Casale cuando le preguntamos por el estado mental de los jugadores venezolanos. Y sí, cuando el hogar de uno está desbalanceado, la cabeza de uno también lo está.

"La dictadura afecta de una u otra manera. Los jugadores van a estar inseguros, independientemente de si están o no en contra de Maduro", afirma Mejía al hablar del estado mental del equipo rival. Por más que este equipo esté eliminado, saben que hay un país acongojado mirándolos, esperando a que les den una chispa de alegría en medio del caos desenfrenado que los rodea.