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Científicos crían monos con genes humanos en experimento 'éticamente cuestionable'

El experimento chino ha generado duras críticas de la comunidad científica mundial.
Gavin Butler
Melbourne, AU
ÁG
traducido por Álvaro García
Cría de macaco en jaula
Cría de macaco en jaula, aunque no es uno de los monos mencionados en el artículo. Imagen a través de Wikimedia Commons

Artículo publicado originalmente por VICE Asia.

Los científicos en China han creado un nuevo tipo de mono al editar genéticamente embriones de macacos para que sean más como nosotros. En un intento por descubrir qué es lo que hace a los humanos particularmente inteligentes entre los primates, los investigadores introdujeron copias del gen del cerebro humano "microcefalina" en los embriones de 11 monos macacos para ver si se volvían más inteligentes. Seis de esos monos murieron, pero los cinco especímenes restantes fueron sometidos a una serie de pruebas de memoria e imágenes de resonancia magnética para medir su capacidad intelectual. El estudio, publicado el mes pasado, afirma ser "el primer intento de interrogar experimentalmente las bases genéticas del origen del cerebro humano utilizando un modelo de mono transgénico".

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Si bien los cerebros de estos "monos transgénicos" no resultaron ser más grandes que el promedio de los macacos, se desarrollaron durante un período de tiempo más largo, informó China Daily, un rasgo que es más típico de los cerebros humanos. Los monos también se desempeñaron mejor en las tareas de memoria a corto plazo y mostraron tiempos de reacción más cortos que sus compañeros salvajes. Los investigadores creen que la introducción de la microcefalina es la razón detrás de estas cualidades "similares a los humanos", y sospechan que esto podría ayudarnos a explicar por qué los humanos somos mucho más inteligentes que nuestros parientes primates.

Pero no todos se sienten optimistas sobre la investigación. Barbara J. King, profesora emérita de antropología en el Colegio de William y Mary de Virginia y autora del libro How Animals Grieve, le dijo a Vox que los experimentos constituyen "una pesadilla ética".

"Más de la mitad de los monos alterados genéticamente, seis, murieron, así que desde el principio vemos que el procedimiento a menudo es letal", dijo Barbara. "Con respecto a los cinco sobrevivientes, ¿qué tipo de vidas tendrán, ahora que han sido alterados y confinados a un laboratorio experimental?"

Incluso uno de los coautores del artículo de investigación ha cuestionado el carácter ético del experimento. Martin Styner, un científico informático de la Universidad de Carolina del Norte y especialista en resonancia magnética, dijo al MIT Technology Review que consideró quitar su nombre del documento final, en vista de que no había nadie en Occidente que lo publicara.

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"Hay varios aspectos de este estudio que no podrías hacer en Estados Unidos. Hay problemas con el tipo de investigación y si los animales recibieron un cuidado adecuado", dijo Martin. Además, sugirió que este tipo de estudios, que tienen como objetivo desentrañar las interrogantes evolutivas mediante la experimentación con monos transgénicos, no están encaminadas "en una buena dirección".

"Ahora hemos creado este animal que es diferente de como debería ser", dijo. "Cuando hacemos experimentos, tenemos que tener una buena comprensión de lo que estamos tratando de aprender, ayudar a la sociedad, y ese no es el caso aquí".

Sin embargo, independientemente de los problemas éticos, vale la pena señalar el tamaño pequeño de la muestra utilizada en este experimento. Cinco monos modificados no son suficientes cuando se trata de llegar a conclusiones sobre cómo la microcefalina afecta el desarrollo del cerebro. E incluso Bing Su, el genetista del Instituto de Zoología de Kunming que dirigió la investigación, lo sabe.

En un correo electrónico al MIT Techology Review, Bing admitió que el pequeño grupo de monos era una limitación del estudio. ¿Su solución? Crear más monos. El controvertido genetista está en proceso de generar más especímenes para sus experimentos tipo doctor Frankenstein, e incluso tiene la mira puesta en otros genes de evolución cerebral que podría probar en el futuro. Entre ellos se encuentra una variante de ADN llamada SRGAP2C, también conocida como el "enlace genético perdido" por su probable papel en la aparición de la inteligencia humana.

Bing dijo que ha estado implantando el gen en los monos, pero aún no ha visto ningún resultado convincente.

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