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Sexo

El orgasmo de las mujeres casadas es menos frecuente de lo que sus maridos creen

Un nuevo estudio de 1,700 parejas casadas revela que si queremos acabar con la disparidad del orgasmo, debemos aclarar la percepción del orgasmo.
Scott Kleinman/Getty Images

Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.

A principios de la década de 1990, se realizó la primera encuesta sexual representativa a nivel nacional en los Estados Unidos. Los investigadores descubrieron muchas cosas sobre la sexualidad estadounidense en ese momento, pero una de las más notables fue que los hombres estaban acaparando todos los orgasmos.

Los hombres tenían dos veces y media más probabilidades que las mujeres de tener un orgasmo constante durante las relaciones sexuales, según la encuesta. Específicamente, el 75 por ciento de los hombres dijeron que siempre tenían un orgasmo con su pareja, en comparación con solo el 29 por ciento de las mujeres.

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La buena noticia es que esta disparidad parece haberse reducido un poco en el último cuarto de siglo. Una encuesta nacional de sexo en 2010 encontró que mientras que el 85 por ciento de los hombres dijeron que llegaron al orgasmo la última vez que tuvieron relaciones sexuales, solo el 64 por ciento de las mujeres informaron lo mismo. Aunque la disparidad del orgasmo parece estar disminuyendo, el hecho de que exista es problemático. Entonces, ¿por qué pasa? ¿Por qué los hombres son mucho más propensos que las mujeres a alcanzar el orgasmo?


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Un nuevo estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine destaca un factor que contribuye: muchos hombres heterosexuales piensan que sus parejas tienen más orgasmos de los que en realidad tienen. Si un chico piensa que su pareja está teniendo orgasmos cuando en realidad no es así, es lógico pensar que probablemente no vaya a tomar ninguna medida para abordar el problema porque ni siquiera se da cuenta de que hay un problema.

En este estudio, los investigadores observaron una muestra representativa a nivel nacional de casi 1.700 parejas heterosexuales recién casadas. Compararon con qué frecuencia los maridos y las esposas dijeron que tenían un orgasmo durante el sexo y con qué frecuencia sus parejas piensan que tienen un orgasmo. También analizaron cómo las percepciones erróneas del orgasmo estaban relacionadas con la satisfacción sexual y de la relación de los participantes.

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De acuerdo con la investigación previa, surgió la evidencia de una disparidad en el orgasmo. Específicamente, cuando le preguntaron a las personas si tenían orgasmos regulares con su pareja (llegar al orgasmo más del 80 por ciento de las veces que tienen relaciones sexuales), nueve de cada diez hombres estuvieron de acuerdo en comparación con solo una de cada dos mujeres.

Al comparar las experiencias orgásmicas reales de las personas con las percepciones de sus parejas, resultó que las esposas eran muy precisas: el 86 por ciento de las mujeres se daban cuenta de la frecuencia con la que sus esposos tenían un orgasmo. Solo el seis por ciento percibe menos el orgasmo de sus parejas, mientras que el ocho por ciento los percibe de más.

¿Qué hay de los maridos? Solo el 58 por ciento fue exacto al estimar la frecuencia de orgasmos de sus esposas. El resto se dividió entre los que subestimaban el resultado (17 por ciento) y (25 por ciento). Las mujeres se mostraron más satisfechas con su vida sexual cuando los orgasmos eran más frecuentes, cuando sus parejas tenían una percepción más precisa de sus orgasmos, y cuando había más comunicación sexual en la relación.

Los hombres también se mostraron más satisfechos al percibir con precisión los orgasmos de sus parejas y cuando la comunicación sexual era más frecuente. Sin embargo, curiosamente, la satisfacción sexual de los hombres no estaba relacionada con la frecuencia con que ellos mismos tenían orgasmos, pero eso probablemente es porque la mayoría de los hombres tienen orgasmos la mayoría de las veces de todos modos.

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¿Por qué tantos hombres se equivocan cuando se trata de si sus parejas llegan al clímax o no? Parte de esto puede ser porque los hombres creen que un orgasmo femenino se ve como en la pornografía. Cuando las mujeres tienen orgasmos en la pornografía, tienden a ser muy vocales y muestran muchas señales faciales de placer, por lo que tal vez algunos chicos usan los mismos criterios para deducir que sus parejas llegan al orgasmo. Esto podría ayudar a explicar por qué uno de cada cinco hombres subestimó los orgasmos de sus esposas: tal vez esperaban ver toda una actuación.

El hecho de que las mujeres a veces finjan los orgasmos también puede estar contribuyendo a la percepción errónea de los hombres. Las mujeres fingen los orgasmos por varias razones, desde no querer herir los sentimientos de su pareja o mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su pareja hasta desear que el sexo termine. Y si lo fingen con un cónyuge una vez, es posible que sientan presión para seguir fingiendo, lo que agravará el problema de la percepción errónea, haciendo que sus maridos crean que sus orgasmos son más frecuentes de lo que realmente son.

También es posible que mucha gente perciba orgasmos demás en sus parejas porque es una estrategia de defensa para el ego. En otras palabras, tal vez quieran sentirse masculinos o sexualmente competentes, por lo que asumen que sus parejas tienen un orgasmo sin realmente verificar con ellas porque tienen miedo de descubrir que podrían no ser tan buenos en el sexo como piensan, o esperan ser.

Independientemente de la(s) razón(es) detrás de las percepciones erróneas de los hombres, los datos son claros al mostrar que los hombres que están más atentos al orgasmo de sus parejas están más satisfechos con su vida sexual, y sus parejas también.

Esto nos dice que si realmente queremos acabar con la disparidad del orgasmo de una vez por todas, una cosa en la que tenemos que trabajar es aclarar la percepción del orgasmo. Una de las mejores maneras en que podemos hacer esto es mejorar las habilidades de comunicación sexual. Las personas necesitan sentirse seguras de poder decir lo que quieren cuando se trata de sexo, pero también para preguntarles a sus parejas lo que realmente quieren y disfrutan.

Justin Lehmiller, PhD, es investigador en el The Kinsey Institute y autor del blog Sex and Psychology. Su último libro es Tell Me What You Want: The Science of Sexual Desire and How It Can Help You Improve Your Sex Life. Síguelo en Twitter @JustinLehmiller.