Recordando la Edad de Oro del Parma, uno de los equipos ícono del futbol italiano

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Recordando la Edad de Oro del Parma, uno de los equipos ícono del futbol italiano

A principios de los 90, el Parma sufrió una increíble transformación: paso de ser un equipo de media tabla a una amenaza en Europa. Su colapso resultó igual de sorprendente y, con ello, comenzó el fin de una era en la Serie A.

A pesar que en los últimos dos años la Serie A ha dedicado sus esfuerzos a reconstruir su reputación, la década anterior fue un período para el olvido en el futbol italiano. En alguna época, la Seria A fue considerada la liga más prestigiosa del continente europeo, dado el dominio de sus equipos en las competiciones más importantes en la década de los 80 y 90. Entre 1988 y 2000, Italia aportó nueve finalistas a la ahora Champions League, y 13 a la Europa League, incluyendo cuatro finales entre equipos italianos en ésta última. Los conjuntos italianos también ganaron la Recopa de Europa de la UEFA en tres ocasiones y una letanía de honores menores por todo el mundo; su reputación se basó en la excelencia defensiva, superioridad táctica y por presumir a algunos de los mejores jugadores de cantera en el mundo.

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El panorama empezó a cambiar en los primeros años del nuevo milenio, ya que la Premier League y La Liga emprendieron su ascenso. Aunque los dos clubes de Milán ganaron la Champions League en los 2000 (AC Milan lo logró dos veces), Italia no pudo colocar un solo finalista en la Europa League durante una década. Se creyó que muchos equipos de la Seria A habían perdido su brillo. La liga italiana sufrió una tremenda crisis financiera, ya que dependían en exceso de las ganancias televisivas, y las deudas en ascenso obligaron a los clubes a soltar a sus mejores futbolistas. De un momento a otro, el coeficiente de la Serie A en la UEFA había caído por debajo del nivel de la Primeira Liga de Portugal, y la reputación de Italia como semillero de excelencia en el futbol defensivo comenzó a disiparse.

Durante este período de incertidumbre y agitación, pocos clubes sufrieron tanto como el Parma. A pesar que los problemas de los Crociati existían mucho antes de la crisis financiera, la incompetencia generalizada en el futbol italiano tampoco les ayudó mucho. Luego de haber ascendido gracias a la compañía de lácteos Parmalat –antes patrocinadora del equipo– a principios de los 90, el Parma se enfrentó a la catástrofe cuando la compañía se declaró en bancarrota a finales de 2003, en gran parte por culpa de un fraude financiero. Parmalat se dedicó a menospreciar sus deudas, y Calisto Tanzi –el hombre cuyas riquezas habían financiado al club en más de una década– recibió varias sentencias de cárcel por fraude y lavado de dinero, entre otras cosas.

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En las secuelas del colapso de Parmalat existió la gran posibilidad de que el Parma dejara de existir, tal y como lo relata un reporte de la BBC: "El poblado italiano de Parma podría ver a su equipo de futbol en ruinas, en medio de un desastre financiero que supera aquel del Leeds United". Muchos de los fanáticos eran empleados de Parmalat, y la ciudad también sufrió las penas del club. El equipo sobrevivió y experimentó varias ofertas para cambiar de dueños antes de que fuese comprado en una subasta en 2007 por Tommaso Ghirardi, el heredero de un negocio exitoso de hierro e ingeniería. Finalmente, el parma parecía dar fin a su época turbulenta.

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Desafortunadamente, a pesar de dos o tres años de relativa estabilidad bajo el mando de Ghirardi, su nuevo dueño resultó ser tan dañino como el escándalo de Parmalat que le precedía. En 2014, el club no pudo obtener su licencia para participar en la Europa League por no haber declarado impuestos, y Ghirardi anunció que dejaría el cargo como protesta. Poco después surgió el rumor de que el Parma debía 200 millones de euros; no pasó mucho tiempo para que los pagos se atrasaran, los partidos no se jugaran, los acreedores estuviese insatisfechos y se redujeran puntos. El club volvió a ser insolvente y, en medio del caos, Giampietro Manenti tomó las riendas; un oportunista que los periodistas italianos describieron como "le hombre más pobre que encontrarás en Parma". Mucho tiempo antes, Manenti había sido arrestado por cargos de lavado de dinero, y por el momento el equipo se declaró en bancarrota. El destino de los Crociati estaba escrito por la falta de dueños potenciales, volvió a formarse como Parma Calcio 1913, y descendió a la Serie D.

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Fue un trágico e ignominioso fin para un período desastroso de manejo financiero y, en ocasiones, criminal, alejado de los días gloriosos que surgieron con Calisto Tanzi. Los Crociati ascendieron a primera división en 1990 luego de terminar en la cuarta posición de la Serie B –Parma jamás había subido a la Serie A antes de que Parmalat intercediera–. Las bases de su éxito habían sido construidas por Arrigo Sacchi, quien dejó el club para vivir un período de ensueño con el AC Milan en 1987, pero fue bajo las órdenes de Nevio Scala que el equipo pudo alcanzar su potencial. Premiados por una tremenda inversión de Tanzi y vistiendo el logo de Parmalat en sus jerseys, el Parma se embarcó en un viaje plagado de trofeos en el futbol europeo con un increíble equipo.

Después de terminar en la sexta posición en sus primeras dos temporada de Serie A, los Crociati ganaron la Coppa Italia en 1992 al derrotar a la Juventus en dos partidos. Este equipo contaba con una sólida línea defensiva formada por Antonio Benarrivo, Lorenzo Minotti, Luigi Apolloni, y Alberto Di Chiara (todos jugaron para la selección mayor), y un ataque comandado por el joven sueco Tomas Brolin, quien tres años después se convertiría en un fichaje estrella del Leeds United.

En cuanto a sus encuentros en Europa, el éxito del Parma atrajo miradas de admiración en todo el continente. En 1993 ganaron la Recopa de Europa de la UEFA, dejando en el camino a equipos como el Sparta Prague, Atlético de Madrid, y Boavista para llegar hasta la final ante el Royal Antwerp; meses depués le arrebataron la Supercopa de Eruopa al AC Milan. Los Crociati, cuyos uniformes amarillos con azul se habían vuelto todo un ícono, llegaron a la final de la Recopa de Europa de la UEFA la campaña siguiente, pero perdieron ante el Arsenal. Brolin estrelló el esférico en el poste antes de que Alan Smith anotara de volea para el conjunto de George Graham. Faustino Asprilla y Gianfranco Zola se encontraban en el equipo perdedor aquella noche, luego de haber sido atraídos al Stadio Ennio Tardini por un precio considerable.

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Zola jugando contra el Benfica en las semifinal de la Recopa de Europa de la UEFA // PA Images

El Parma mantuvo su buen paso en la Serie A, ya que nunca quedó más allá del quinto lugar en toda la década. Estuvieron a nada de ganar la liga en la campaña 1996-97, y se quedaron a dos puntos de la Juventus de Marcello Lippi.

Aunque parezca una mentira, el Stadio Ennio Tardini fue donde Gianluigi Buffon dio sus primeros pasos como futbolista profesional. Buffon resguardó la portería del Parma precedido por una línea de cuatro comandada por Fabio Cannavaro, quien en ese entonces vestía una banda en la cabeza para mantener su cabellera en su lugar. Lilian Thuram era titular como carrilero derecho, y seguía siendo jugador del Parma cuando ganó la Copa del Mundo en 1998. Los tres terminarían en la Juventus, traspaso doloroso para sus fans pero igual de honorable por el progreso que habían logrado.

PA Images

El Parma de Zola y Asprilla ganaría la Copa de la UEFA en 1995 al derrotar al nuevo rival Juventus por marcador global, mientras que el Parma de Buffon, Cannavaro, y Thuram ganarían la competición en 1999 –superando al Marseille en la final – y la Coppa Italia en el mismo año. El equipo adquirió un toque argentino con las incorporaciones de Hernán Crespo y Juan Sebastián Verón.

El último gran triunfo para el Parma se dio en 2002, cuando un equipo disminuido con jugadores como Alain Boghossian, Stephen Appiah, y Hakan Sukur derrotaron a la Juve en la Coppa Italia una vez más. La victoria fue especialmente dulce al ver a Thuram y Buffon recibir las medallas de subcampeones. Los fans no tenían idea lo que se aproximaba, ya que el escándalo de Parmalat estaba a la vuelta de la esquina.

Al mismo tiempo que la Serie A ha tomado varios pasos hacia el futuro para regresar a lo más alto después de la recesión financiera, el Stadio Ennio Tadini también comienza a dar señales de mejoras. Luego de escapar de la Serie D en su primera campaña, los Crociati derrotaron a Alessandria en la final de la tercera división este año y jugarán en la Serie B el próximo año. A pesar de que existe un largo recorrido para volver a conquistar Europa, el Parma puede mirar a su pasado glorioso como fuente de inspiración.

@W_F_Magee