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Música

Es como Kraftwerk combinado con Beethoven, ¿por qué es tan difícil de describir la música?

Y cómo mejorar la forma de describir la música podría ser la clave para tener una mejor radio por internet.

Este artículo apareció originalmente en MOTHERBOARD.

Aunque no es muy claro quien dijo primero que "escribir acerca de música es como bailar acerca de la arquitectura", el sentimiento es obvio: cuando se trata de música, el lenguaje se queda corto.

Al no dejarse vencer por una máxima, un equipo de investigadores europeos está intentando desarrollar un marco de trabajo para hablar acerca de música de manera acertada y puntual. Si hablar acerca de música en verdad es como bailar acerca de arquitectura, entonces el grupo del KTH, el Instituo Real de Tecnología en Estocolmo, les mostrará los primeros pasos. Su trabajo fue recientemente publicado en el Diario de la Sociedad Acústica de América.

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Claro, ahora ya contamos con un léxico para hablar respecto a la música. Puedes describir la melodía, puedes hablar acerca del tempo, incluso ahondar en la estructura de acordes, ponerlos en un género, seguir con la instrumentación, posicionar una pieza dentro de una historia musical, y etcétera.

Con la excepción de un género e historial musical, la mayoría de estos términos se enfocan en la música desde el punto de vista de la teoría musical, lo cual es muy útil para componer y comunicar ideas entre los creadores musicales, pero puede dejar al no iniciado desprotegido. El léxico de la teoría musical simplemente no es adecuado para describir la experiencia humana de escuchar música, lo cual es probablemente la razón por qué mucho del periodismo musical se ha alejado de él en general.

Para describir mejor lo que nosotros, los simples humanos percibimos, los investigadores seleccionaron nueve rasgos perceptivos que describen las propiedades generales de la música, para dar "una mejor descripción semántica" de la música. Dos grupos de unas 20 personas escucharon de forma individual escucharon versiones MIDI de canciones familiares y clips con música de películas y luego calificaron todas las características, y - en el primer experimento - también las descripciones de emociones.

Descubrieron que, dependiendo de la característica que estuvieran evaluando, había un grado elevado de concordancia entre las personas que estaban evaluando. La "velocidad" calificada de "lenta a rápida" resultó ser fácil de medir, al igual que la "complejidad rítmica" calificada de "simple a compleja" y la "claridad rítmica", calificada de "fluida a firme". Hubo un consenso menor cuando se calificó el "brillo" pero este estudio sigue siendo uno de los primeros pasos hacia una manera más clara para hablar respecto a la música.

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Me acerqué a Anders Friberg, el autor principal del estudio, para tener un mayor entendimiento de lo que es una mayor descripción semántica y por qué querríamos algo así.

"Por descripción semántica de más alto nivel, nos referimos a algo que puede ser caracterizado con menos palabras, algo como el juicio final luego de escuchar algo", contestó por correo electrónico. "Podrían ser emociones, estado de ánimo, si te gusta o no, el género, etc. Esto no está relacionado con los parámetros básicos como tempo o melodía".

Friberg explicó que debido a la cantidad de personas que perciben el timbre emocional de una canción dentro de una fracción de segundo, "el punto de vista teorético-musical de análisis detallado" no es siempre la forma más directa para entender cómo la música es percibida, y por lo tanto, cómo debería ser categorizada.

"Tenemos la agenda doble de intentar contribuir al entendimiento básico de la percepción musical y contribuir a las aplicaciones dentro de la recuperación de información musical", dijo Friberg.

Y una de esas aplicaciones dentro de la recuperación de información musical podría ser la creación de estaciones de radio por internet incluso mejores. Spotify, por ejemplo, ya cuenta con listas para un determinado estado de ánimo. Resulta que Friberg y su equipo trabajaron de forma muy estrecha con la oficina de Spotify, y el servicio de streaming musical fue fundando por un grupo de alumnos del Instituto Real de Tecnología de Estocolmo, y también esta idea ya se le había ocurrido a Friberg.

"Definitivamente pienso que puede ser útil en el futuro, por ejemplo, para categorizar la música y ese es uno de los objetivos de este proyecto", dijo. "Sin embargo, en este momento sigue siendo muy pronto para eso. Primero necesitamos hacer modelos para los rasgos perceptivos más interesantes. Actualmente estamos trabajando en eso, y nuestro alumno de doctorado Anders Elowsson hizo un modelo de velocidad que podría predecir el juicio perceptivo con una precisión de más del 90 porciento".

Porque, por supuesto, los humanos no necesitamos juzgar el aspecto emocional de la música: "De hecho, esta es más o menos la esencia de escuchar música en general", Friberg dijo.

Pero nuestras computadoras sí, al menos por ahora. Podríamos usar un poco de esa ayuda para articular qué es lo que hace que, por ejemplo, "Under Prssure" levante el espíritu humano. Nos vendrían bien algunas pistas para bailar acerca de arquitectura.