Historias desde la pista: Los guardaespaldas borraron mis fotos
Ilustración: Perro Prieto

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Historias desde la pista: Los guardaespaldas borraron mis fotos

La pista es de todos, no sólo de unos cuantos privilegiados.

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Cuando sales de casa para ir de fiesta, lo único que tienes en mente es ir disfrutar de unos buenos tracks y al mismo tiempo sacar todo el estrés de la semana y dejarlo en la pista. Tener miedo a salir de fiesta nunca había cruzado por mi mente, hasta que un día mi perspectiva de todo esto cambió.

Salir de fiesta e ir a trabajar a veces significan lo mismo para mi, ya que suelo tomar trabajos relacionados con esta. Uno de esos es el ir a capturar la esencia de estas fiestas y conciertos a través del lente de mi cámara. Muy rara vez ir a tomar fotos me pesa, para mi tomar fotos es la oportunidad de ir a bailar, enfiestar y transmitir de cierta manera como viví esa noche para aquellos que no pudieron ir; y qué mejor que te paguen por ir a divertirte. Por lo menos eso significaba para mí, hasta que una noche mi trabajo y mi diversión se convirtió en una pequeña pesadilla.

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Todo inició en la noche de un viernes normal. Empecé con un pequeño recorrido por el lugar, para conocerlo mejor y planear un poco la mejor perspectiva que pudiera tener en la noche. Aproveché que el lugar apenas se esta llenando para hacer esto, ya que cuando está a reventar moverse de lugar a lugar con tu cámara puede ser bastante difícil y no quería perder tiempo probando lugares de los que no obtendría la foto ideal. Todo iba como cualquier evento, ya me había aclimatado al lugar, ya había hecho unas fotos de pruebas para estar listo en cualquier momento, solo faltaba que la noche hiciera lo suyo y la fiesta estuviera en su mejor punto.

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Tras un par de horas el lugar ya estaba en pleno apogeo. Me movía por todo el lugar para conseguir las tomas que deseaba y al mismo tiempo aprovechaba para sacarle brillo a la pista y soltar el estrés de la semana. Pasar entre la gente siempre es más fácil cuando lo haces bailando. La noche no parecía tener fin, la hora de que el DJ principal saliera al escenario se aceraba y con ello yo me preparaba para sacarle las mejores fotos que pudiera.

Decidí hacer una última ronda para elegir el mejor lugar para cuando el DJ saliera a soltar sus beats. Entre todos los lugares escogí una pequeña parte en el área "VIP" del lugar, donde me establecí muy discretamente para poder sacar unas fotos. A mi lado se encontraba una mesa con un hombre aproximadamente de 30 años rodeados de varias amigas y unos pocos amigos, pero lo que me llamó la atención fue la otra mesa que estaba a su lado, ya que eran personas aún mayores que no estaban disfrutando de la fiesta, solo estaban ahí… alrededor de una mesa y tomando refresco.

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Sin darle mucha importancia a las mesas que estaban junto a mi, continúe en el lugar esperando que saliera, hasta que finalmente salió y toda la gente se emocionó. Este es uno de los mejores momentos para tomar fotos, tienes al DJ reventando la noche, todos los asistentes brincando y levantando las manos. Así que sin pensarlo jale el gatillo, tras unos escasos 20 tiros en ese lugar, así como una bala llega a su víctima los señores de la mesa de un lado estaban rodeándome. Sin darle importancia me intente quitar del lugar, en mi mente solo pasaba lo siguiente "Seguro les estorbo y no ven, o solo vienen a pedirme un foto". Para mi sorpresa cuando intente pasar entre ellos, se cerraron aún más y no me dejaron pasar, para lo cual les volví a pedir permiso amablemente. En ese instante, sentí como el ambiente se tensó y todavía no entendía el porque. Al decirles por tercera vez si me daban permiso uno de ellos trato de quitarme la cámara a la fuerza y en ese instante les grite que no, que me dejaran en paz. Para lo que ellos respondieron: " De aquí no sales con eso", en mi mente solo pasaba por mi mente en que los señores solo estaban malacopeando y trate de buscar ayuda con alguien que estaba alrededor, pero mucho puede pasar en una fiesta sin que nadie se de cuenta, con el ruido y la música tus llamados de auxilio pueden pasar desapercibidos.

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Ahí note que nadie me iba ayudar, entonces sin caer en pánico les pregunté que cuál era su problema, que yo solo había venido a trabajar. No se si tenía cara de asustado o de super enojado, pero algo los hizo entrar en en razón y dejaron de intentar quitarme la cámara. Su solución fue el comprarme la cámara para lo cual ofertaron insistentemente sacando fajos de dinero en el lugar. Mi mente se bloqueo y les seguí diciendo que no. Tras unos pocos minutos de "negociación" uno de ellos se dio cuenta que no iba a ceder y me dijo: "Mira wey, la neta ya acepta el dinero. No te arriesgues y danos la cámara. Solo queremos las fotos que están adentro, nuestro cliente no puede salir en ninguna de ellas". Les respondí que en ningún momento había tomado fotos especificas a las personas, que solo salían espaldas y manos en mis fotos. Inclusive prendí la cámara y les mostré lo que había tomado, yo solo quería irme de ahí. Les propuse formatear la tarjeta si ya me dejaban ir, lo hice enfrente de ellos y a regañadientes me abrieron el paso.

Cuando salí de esa zona volteé a todos lados para ver si alguien había visto lo que me había pasado, pero todo mundo seguía bailando y disfrutando la noche. Un sentimiento de impotencia y frustración inundó todo mi cuerpo, por lo cual me retiré del lugar lo más rápido que pude.

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Al final, esa no fue una noche de viernes cualquiera. Esa noche explotó la burbuja de mi mente en la que algo así nunca me iba a pasar a mi, donde decía que eso solo le pasaba a los que se meten en esos círculos. En tan solo cuestión de minutos una noche de diversión se transformó en una pesadilla, en la que por minutos pensé que algo más me llegaría a pasar. Si me hubiera dado miedo volver a salir a divertirme, ellos hubieran ganado. En una ciudad tan grande como lo es la Ciudad de México el peligro es aún mayor, pero no por eso vamos a dejar que la violencia calle nuestros gritos de euforia cuando salen nuestros DJs favoritos.

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La próxima vez que seamos indiferentes a los problemas de nuestro país y sigamos viviendo tras la burbuja de "eso no me va a pasar a mi" pensemos en como el siguiente fin de semana, salir a bailar pueda ser algo imposible. En esta ocasión me paso a mi, pero le pudo pasar a cualquiera de mis amigos que trabajan en el mismo medio, pero también te pudo haber pasado a ti por tan solo ir a bailar y tomar un snap.

Recordemos que la pista es de todos, no solo de unos cuantos privilegiados.

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