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México podría quedarse sin Libertadores, pero no todo está perdido

Los clubes mexicanos podrían quedarse sin su mejor prueba internacional a nivel de clubes: la Copa Libertadores de América.
El torneo del "ya merito". Foto: AFP

Que no cunda el pánico, la Copa Libertadores sigue siendo una posibilidad para los equipos mexicanos, ínfima pero latente. Hasta que la CONMEBOL o la Liga MX no anuncien oficialmente que las puertas sudamericanas están cerradas para el balompié mexicano, seguiremos manteniendo la esperanza.

Exactamente hace un mes, la CONMEBOL ratificaba los cambios para el 2017 al calendario del torneo más codiciado a nivel de clubes de este lado del charco. En resumen, la Copa Libertadores de América durará 42 semanas y contará con 44 equipos, y de acuerdo con las declaraciones del presidente de la confederación del futbol sudamericano, Alejandro Domínguez, uno de los propósitos de los ajustes en el calendario es "fomentar la calidad de los torneos locales de cada país y elevar los estándares de las competiciones continentales para ser más competitivos a nivel global". Vaya ironía en el caso de México.

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El eterno e inherente problema en toda planeación es que, en teoría, todo luce maravilloso, pero en la praxis el rumbo puede llegar a ser desastroso. México tuvo la mala (o muy buena) suerte de ocupar un lugar geográfico alejado de las verdaderas potencias del futbol mundial. Hablando específicamente de cuestiones futbolísticas, su aislamiento de los gigantes sudamericanos le ha salido muy caro, tanto a nivel selección como en competiciones a nivel de clubes —las eliminatorias mundialistas y la CONCACAF Liga de Campeones son un chiste de mal gusto cuando se les compara con su contraparte al sur del continente—.

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Si ya teníamos suficiente con la crisis en la producción de talento nacional por las reglas que favorecen a los extranjeros en el futbol mexicano (y por los malditos intereses de unos "cuantos"), ahora tendremos que lidiar, muy probablemente, con un estancamiento en el nivel de nuestros clubes por la falta de exposición internacional, por más exagerado que suene. Es cierto, aún contamos con el torneo de CONCACAF y su pase al Mundial de Clubes, pero indudablemente no tiene el mismo sabor que una Copa Libertadores.

"Cada cabeza es un mundo", pero todo indica que el futbol mexicano se tomó demasiado en serio esta frase, hasta el punto de afirmar que es una potencial mundial con la capacidad de competirle a cualquiera. Los resultados en Copa Libertadores son sólo un ejemplo de que la verdad es otra.

La salvación de México en la Libertadores podría darse —sí, lo adivinaste— por la vía del dinero. De acuerdo con Andrés Fassi, vicepresidente del Club Pachuca, la CONMEBOL perdería el 47 por ciento de sus ingresos económicos si los equipos mexicanos se marcharan de la Libertadores. Se trata de un porcentaje muy alto para una nación invitada (a veces más de malas que de buenas) que, a menudo, suele quedarse en el "ya merito". La pérdida económica podría ser la luz al final del túnel, porque en cuanto al nivel futbolístico no creo que nos vayan a extrañar.

Las conversaciones y negociaciones seguirán su rumbo, pero no será sino hasta el próximo 5 de noviembre que los dueños expresarán sus puntos de vista. ¿Quedarse o irse? Esa es la cuestión. Pero como mencionamos al principio, "que no cunda el pánico", porque cuando se trata de dinero siempre habrá una salida.