Parco, el consuelo de saberse parte de una de las mejores peleas del año si al final bajas del ring sin el cinturón con el que subiste. Leo Santa Cruz, mexicano y ahora ex campeón de brazos largos y de peso pluma, perdió una decisión divida contra el irlandés Carl Frampton en el Barclays Center de Brooklyn. Dividida pero pareja: una de las tarjetas vio el combate parejo a 114, las otras dos dieron más de tres rounds al europeo. Perdió el cinturón, Santa Cruz, y perdió el invicto, pero formó parte de un espectáculo superlativo.Los primeros rounds fueron de Frampton. La expectativa hizo que esta disparidad fuera resaltara aún más: Santa Cruz es uno de los mexicanos mejor estimados de la actualidad —treinta y un victorias, la mitad por nocaut, un empate tempranero en la carrera y ninguna derrota— era favorito para retener el cinturón de la OMB. En pleito por el cinto vacante le ganó a Abner Mares por dividida y luego retuvo contra Kiko Martínez por nocaut técnico en el quinto round. Frampton era campeón gallo de la OMB hasta que lo derrocaron en la mesa por no aceptar pelear contra el Chacal Rigondeaux, el rival obligado en la defensa de su título. Subió una categoría y dispuso el asalto contra "El Terremoto" Santa Cruz. Esto tuiteaba antes del pleito.El último round fue uno de esos que todos aficionado eventual pretende que sea una pelea de box: puro intercambio y entrega. No tiraban golpes a lo loco, pero no guardaron nada, plantaron los talones y dispararon a noquear. Ninguno cayó pero el espectador, agradecido, añoraba unos rounds más de esta exuberancia.
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Time to go to work. Hoping to make history
— Carl Frampton MBE (@RealCFrampton)30 de julio de 2016
Para la mitad de la pelea, la zona trabajosa, el mexicano recuperó cierta forma, aprovechó la longitud de los brazos y trabó con distancia y buen timing el contragolpeo musculoso del irlandés. Sin embargo, a pesar de que algunos golpes entraron limpios al rostro, Frampton aguantó sin que le temblaran las rodillas. Poco a poco, a pesar de bravísimos intercambios parejos en el centro del ring, Frampton se alejaba, boxeaba y contragolpeaba con mayor eficiencia.
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La dividida inconformó a Santa Cruz y su equipo, pero difícil argüir un robo: fue claro el dominio sorpresivo del irlandés.
Ahora Santa Cruz conoce la derrota, pero tal exhibición de boxeo equivale sin duda a una revancha firmada. Esperemos que así lo vean los directivos.