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Comida

Por qué cocinar es la mejor manera de practicar Budismo Zen

Cocinar es una de las muchas formas de practicar el Budismo Zen, trabajar en ti mismo y en tus relaciones con otras personas.

¿Cómo cocinar tu propia vida?

Una forma es observar al cocinero Zen y autor de libros de cocina Edward Espe Brown en un documental titulado justamente así: How to Cook Your Life. En definitiva puede hacer que te des cuenta de que cuando estás cocinando, no sólamente estás trabajando con la comida. Estás trabajando en ti mismo y en tus relaciones con otras personas.

Encontré esto –junto con muchas otras formas de practicar Budismo Zen a través de la cocina– cuando fui al estreno de este documental en 2008. Fue proyectado en un cine independiente de Hollywood, y recuerdo haber tomado el camión durante 3 horas para llegar desde el Este de Los Angeles. Tenía 18 años y estaba lleno de ansiedad, depresión, neurosis y toda esa diversión de adolescente. Ya estaba obsesionado con la comida en ese momento, y ver el documental me hizo darme cuenta de que todo estaría bien.

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Rubarbo en la masa de un pay

La película me convirtió en un estudiante Zen dedicado de Edward Espe Brown, quien ya era bien conocido en las comunidades más viejas como el autor de The Tassajara Bread Book en 1970 y Tomato Blessings and Radish Teachings: Recipes and Reflections en 1997. Vivía en Los Angeles y Brown hacía casi todas sus sesshins (la palabra japonesa para un periodo de meditación Zen en un monasterio) en San Francisco y Carmel Valley, pero eso no me detuvo. Una vez al año me subía en un camión Greyhound y pedía aventón durante todo el camino hasta Green Gulch o Tassajara Zen Mountain Center solamente para convertirme en un ermitaño Zen y vivir el estilo de la comuna budista durante unas semanas.

Cuando hiervas el arroz, observa la olla como tu propia cabeza; cuando enjuages el arroz, date cuenta de que el agua es tu propia vida.

Conforme fui creciendo, una combinación de dejar de practicar la meditación a diario y Brown presentando la mayoría de sus enseñanzas en Europa me hizo perder contacto con él. Esta última semana, sin embargo, conduje el viaje redondo de 800 millas hasta su casa en Fairfax, California para un taller de un día de "Zen y Cocina." El menú para el día era pan de aceite de oliva y romero, ensalada de kale con salmón ahumado y jengibre, espárragos timbales y una tarta de fresa y ruibarbo. El otro estudiante –además de mi novia, que cambió de carrera en la universidad y siguió la comida como forma de ganarse la vida después de ver el documental— era Kay Ryan, una poeta laureada de Estados Unidos y ganadora del premio Pulitzer.

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Pan de aceitunas verdes.

Si nunca has ido a un taller de cocina Zen antes, la diferencia principal de cualquier otro tipo de clase de cocina es que cocinas sin usar recetas, o cosas como temporizadores o aparatos electrónicos. En lugar de eso, se observa al maestro mostrando su técnica y se espera que tú observes cuidadosamente y a veces ayudes, forzándote a confiar en tus sentidos por completo para aprender. También, pruebas cada capa de sabor o sazón y se discuten las cualidades de la comida mientras se construye el plato final.

Aprender de esta manera –sin tomar notas– puede sonar difícil al principio, pero es más fácil de hacer después de una sesión de meditación temprano en la mañana, lo cual también es común en un taller de cocina Zen.

La otra cosa que debes saber es que no se tira nada. Si hay una pequeña pizca de pasta de tarta cruda colgando por la tabla de cortar, la retiras y la añades a la masa principal. Si hay rastros de kale que caigan de la tabla de cortar, los recojes y añades a la ensalada. Este grado de reflexión viene de las instrucciones para cocinar de Eihei Dogen publicadas en Tassajara Dinners and Desserts: "Cuando hiervas arroz, observa la olla como tu propia cabeza; cuando enjuages el arroz, date cuenta que el agua es tu propia vida." Era un monje del siglo XIII que es considerado como uno de los más grandes maestros Zen.

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Brown agregando agua en los platos.

"Caray, creo que mis cortes fueron un poco irregulares," dijo Ryan cuando notó que no había picado la cáscara de su limón para la tarta tan finamente como los demás. "No te preocupes," respondió Brown para calmarla. Este diálogo entre ellos capturó el espíritu del taller en general.

Después de casi cinco décadas de practicar el Budismo Zen, Brown todavía es conocido por ser temperamentalmente ansioso. Una de las escenas más memorables de How to Cook Your Life es cuando enloquece por no poder abrir una envoltura de plástico de un cheddar. Ese rasgo de personalidad aún existe en Brown a día de hoy y surgió en el taller mientras yo evitaba un posible desmoronamiento porque él no podía abrir un contenedor de sal gruesa. Esto es para mostrarte que encontrar la iluminación sigue siendo un proceso incluso para maestros y profesores.

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El festín Zen.

El taller concluyó con una cena presentando la comida que preparamos, junto con la consigna: "Reflexionamos en el esfuerzo que nos proporcionó la comida y consideramos cómo llegó a nosotros. Reflexionamos en nuestra virtud y práctica, y si merecemos este ofrecimiento. Lo consideramos esencial para mantener la mente libre de excesos como la avaricia. Consideramos esta comida como buena medicina para sustentar la vida. Por el bien de la iluminación, recibimos ahora esta comida. Que todos los seres estén libres de sufrimiento."