Cómo aprendimos a dejar de preocuparnos y amar el cacahuate

Los cacahuates son muchas cosas: un popular bocadillo para elefantes circenses, la gastronomía por excelencia de aviones y, por supuesto, el consumado compañero de mermeladas de todo tipo (la más sublime: la de uva). También son una parte importante de la historia culinaria de Estados Unidos —¡por Dios! EU creó el fluffernutter (un sándwich de crema de cacahuate y crema de malvavisco) durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, a lo largo de las últimas dos décadas, los cacahuates también han ido acumulando una reputación cada vez más negativa como algo dañino y a veces fatal; como un alérgeno ligado al riesgo de shock anafiláctico.

Algunos reportes indican que la alergia al cacahuate entre los niños estadunidenses se ha cuadriplicado en los últimos 20 años. La histeria maní-ática ha invadido la nación y algunas escuelas han prohibido la calumniada legumbre desde 1998. No obstante, estas acciones han probado ser problemáticas e inefectivas, y la raíz del problema —que es la causante del incremento de alergias—ha seguido siendo un misterio.

Afortunadamente, gracias a varios estudios recientes que buscaban entender la alergia a las nueces, el noble cacahuate podría estar haciéndose su caminito de nuevo hacia la gracia de la sociedad, aunque probablemente en el futuro cercano seguirá estando fuera de los menús escolares. Dos publicaciones de este año del The New England Journal of Medicine presentan muestras convincentes para la prevención de alergias al cacahuate.

El primero de ellos continúa con la reveladora investigación del año pasado, la cual concluyó que los niños expuestos a los cacahuates de manera continua y a temprana edad eran significativamente menos propensos a desarrollar síntomas de alergia. El estudio más reciente se basa en esta idea y busca una potencial tolerancia a los cacahuates a largo plazo, aun cuando el niño deje de comerlos hasta por un año. Con más de 500 participantes, el estudio comparó dos grupos de niños: un "grupo consumidor de cacahuates" y un "grupo evasor de cacahuates". Al hablar con MUNCHIES, James R. Baker Jr., CEO de FARE (Organización de Investigación y Educación sobre las Alergias Alimenticias, por sus siglas en inglés), dijo: "El mensaje de todo esto es que la exposición a temprana edad parece inducir un [estado] de tolerancia que previene el desarrollo de alergias alimenticias".

En efecto, las estadísticas reflejan lo siguiente: incluso tras un año de abstenerse de comer cacahuates, los niños en "el grupo consumidor de cacahuates tuvieron una frecuencia de alergia al cacahuate que era un 74 por ciento menor a la de aquellos en el grupo evasor".

De manera similar, otro estudio tomó en cuenta la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que dice que los bebés sólo deben ser amamantados durante los primeros seis meses de vida. Los resultados de éste muestran que la introducción de cacahuates y huevos en infantes de menos de seis meses de edad "estaba asociada con una frecuencia significativamente menor de ocasionar sus respectivas alergias alimentarias".

Ambos casos niegan la narrativa de que los alérgenos deberían ser evitados por los infantes. Esto es algo que refleja los propios sentimientos de Baker: "Una de las respuestas que obtuvimos fue la idea de que si dejábamos de darles esta comida a los niños y permitíamos que siguieran siendo amamantados y evitaran cualquier comida hasta el año de edad, [eso] prevendría el desarrollo de alguna alergia", dijo, "y eso de hecho se volvió una especie de dogma.

"Los resultados ahora muestran que no hay problema alguno en alimentar a los niños con estos productos desde muy temprana edad, y de hecho darles esos alimentos podría reprimir futuras alergias, pero ciertamente no incrementa la incidencia de alergias". No obstante, Baker señala que algunos niños simplemente vienen "desde el vientre" con alergia a ciertos alimentos y que en todos los casos las medidas de seguridad son de primordial importancia.

En cuanto al futuro de la nuez preferida de Estados Unidos, Patrick Archer, presidente del Consejo Estadunidense del Maní, dijo a MUNCHIES que su organización es "cuidadosamente optimista… como resultado de estos importantes trabajos". Mientras tanto, la National Peanut Board dijo en un post de 2015 que "las cifras de ventas de mantequilla de cacahuate son más altas que nunca".

Así que, ¡vamos!: dejemos el miedo de lado. El cacahuate es nuestro amigo y si alguien dice lo contrario, tendrá que arrancarme el fluffernutter de mis frías y fallecidas manos.