Un huevo me salvó del mal de ojo

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Un huevo me salvó del mal de ojo

En el interior de la 'Botánica del Sagrado Corazón', una tienda mexicana de chamanes ubicada en Los Ángeles, sigo los pasos para prevenir el mal de ojo, como es llamado por los supersticiosos.

El huevo, después de que se frota en la piel, forma una textura jabonosa. Endureciéndose en segundos sobre mi cabello, me acuerdo de los tiempos de adolescente cuando mi mamá mexicana-estadounidense utilizaba huevo en la cara como tratamiento facial.

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Todas las fotos de Javier Cabral.

En el interior del baño de la Botánica del Sagrado Corazón, una tienda mexicana de chamanes ubicada en el barrio Boyle Heights del este de Los Ángeles, reviso los pasos para prevenir el mal de ojo, como es llamado por los grandes supersticiosos. Es el término dado a la creencia de que alguien, literalmente, te puede maldecir. Pero no me imaginaba al entrar aquí que el ritual implicaba desnudarme, frotarme a mi mismo con huevos crudos, y enjuagarme con agua recogida de un coco partido por la mitad.

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Pero es muy tarde. El agua gris se estanca en un contenedor de plástico debajo de mí. Me pregunto: ¿En qué me metí? Con mi cabeza todavía cubierta de huevo, le muestro a la curandera Hortencia Suárez la cáscara rota del huevo, y sus ojos se abren. He estropeado el ritual.

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Hortencia Suárez en su tienda.

"No sabías qué hacer, así que está bien. No te preocupes por eso" me tranquiliza Suárez, explicando que tengo que frotar el huevo sobre mi cuerpo, sin romper, de la cabeza a los pies. "Hay que usar la lógica a veces", añade Suárez, sonriendo. Los curanderos y curanderas son los chamanes de América Latina, que practican el curanderismo, una forma de curación espiritual y medicinal que se ha utilizado durante siglos para curar los males de muchos. Y en el centro de casi todos los rituales, las hierbas, las especias y diversos alimentos como el huevo juegan un papel crítico.

Sin embargo, por encima de todo, el huevo es, sin duda, el elemento por excelencia utilizado en el curanderismo, según Anthony Zavaleta, profesor de Antropología y Sociología en la Universidad de Texas en Brownsville. Zavaleta ha estado estudiando el curanderismo en México y los EEUU por más de 50 años y ha catalogado más de 600 plantas medicinales en su libro, Medicinal Plants of the Borderlands: A Bilingual Resource Guide. En la práctica del curanderismo, cuando se considera que una persona está bien, está en equilibrio, y cuando está enferma, está desequilibrada. Un curandero es la persona que te ayuda a volver a encontrar tu equilibrio.

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Velas de ajo para la buena suerte.

Idealmente, los huevos utilizados por un curandero son normalmente fértiles y contienen un feto de pollo que ha madurado en el interior. "El huevo transmite el mal o la brujería de tu cuerpo al huevo", explica Zavaleta. Luego se desecha el huevo de diferentes maneras, pero el método más frecuente consiste en romperlo dentro de un vaso de agua con el fin de interpretar la causa del mal de ojo.

La popularidad del huevo en la curación holística se remonta a miles de años y se puede encontrar en los textos antiguos de la época griega y romana. El término "curandero" viene de la palabra curar, y fue utilizada por primera vez en 1519 por sacerdotes españoles.

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Ajo macho, o ajo fresco para la buena suerte. La virgen María con uno de los jugadores legendarios del básquebol.

La curandera Suárez desarrolló sus propias habilidades chamánicas cuando tenía seis años y se encontró con su sacerdote local en su ciudad natal en Agostitlán, Michoacán, para explicarle que tenía el demonio en su interior. Visiones, dijo, inundaban su mente, incluyendo una escena en la que su abuelo era pisoteado por caballos y su hermano moría en un accidente de auto. El sacerdote la ayudó a entender su don y comenzó a practicar el curanderismo inmediatamente.

"Todos tenemos algo de bruja y locura en el interior", dice Suárez.

Hay una base fundamental en los tipos de alimentos utilizados en el curanderismo: el ajo, la cebolla, y la menta verde son los más populares, pero son muy variados según la ubicación geográfica y las condiciones a la mano.

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Suárez no aprendió de nadie a hacer curanderismo, pero dice que podía presentir cosas. "Uso limones y papas para limpiar a las personas porque vienen de la tierra. Sus jugos aromáticos también pueden ayudar a las personas a equilibrar su energía".

Los curanderos se encuentran a menudo de boca en boca en sus comunidades o en los clasificados locales. No piden dinero. Zavaleta explica que debido a que, "recibieron un regalo de dios", su trabajo es como una función pública.

Suárez ha sido dueña de Botánica del Sagrado Corazón 18 de sus 46 años. Mientras hablamos, toma bocados de un plato de pollo con mole que le llevaron. Cuando no está comiendo o hablando, está fumando un cigarrillo, prendiendo el siguiente no menos de un minuto después de terminar el último.

En una habitación pintada de verde fuera de la vista de la entrada principal, Suárez se sienta detrás de un escritorio en el que se apilan velas, botellas de alcohol, y papeles. "Has estado sufriendo por amor. Las relaciones no se han mantenido tan fuertes como deseas", dice Suárez mientras mira una copa de vino llena de agua y un huevo agrietado. Su lengua toca su labio superior mientras habla. Finalmente agarro otro huevo y vuelva a intentarlo, esta vez sin romperlo. Me lo froto por todo el cuerpo.

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Zavaleta señala áreas de la yema y de las hebras de clara de huevo flotantes suspendidas en el agua. Aquí, señala, "Puedo ver que tienes un miembro de la familia, una mujer, cuya salud es inestable, y que el trabajo que haces actualmente no será con el que te quedes, pero ya te darás cuenta".

Al dejar la botánica después de nuestra conversación de una hora, una fila de personas se ha formado. Madres con sus hijos y hombres con pantalones de mezclilla están buscando respuestas y orientación en su vida por parte de Suárez.

Yo no estaba buscando asesoramiento profesional cuando entré aquí, pero creo que ahora puedo empezar a buscar un nuevo trabajo.

Este artículo fue publicado originalmente en octubre de 2015.