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Diez cosas que te pasan en un mal viaje con setas

Y por qué esos puntos flacos podrían beneficiarte a la larga.

Quizá hayas oído hablar de un cierto resurgimiento de las drogas psicodélicas. Científicos de varios países están utilizando la psilocibina, el ingrediente activo de las setas psicodélicas, para tratar trastornos como adiccionesla depresión y la ansiedad. Sin embargo, no todos los viajes son experiencias agradables, razón por la que la comunidad científica se ha interesado ahora en elaborar un modelo predictivo para determinar qué ocurre cuando una sustancia psicodélica nos lleva al lado oscuro.

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Recientemente, un equipo de investigadores de la facultad de Medicina de la Johns Hopkins University llevó a cabo un estudio sobre 1.993 personas que habían vivido "experiencias psicológicas desafiantes" (léase "malos viajes") bajo los efectos de las setas alucinógenas. La idea era valorar el grado de seguridad que ofrecen estas sustancias para su uso terapéutico. En un cuestionario en línea, los participantes describieron sus viajes, valoraron la experiencia y comentaron los efectos secundarios, tanto emocionales como psicológicos.

Tras analizar los datos, los científicos identificaron siete cualidades comunes a todos los malos viajes: el miedo, la tristeza, el sufrimiento físico, la locura, el aislamiento, la muerte y la paranoia. Luego estudiaron qué relación guardaba cada uno de esos factores con los demás. El resultado fue un cuestionario de 26 preguntas diseñado para ayudar a procesar una mala experiencia con sustancias psicodélicas.

"¿Existe un perfil de riesgo para un mal viaje?", se pregunta Frederick Barrett, uno de los autores del estudio. "En caso afirmativo, ¿estamos en condiciones de saber quién puede correr un riesgo mayor de sufrir un mal viaje?".

Barrett espera poder hallar la respuesta buscando posibles elementos comunes entre varias experiencias negativas. Por su parte, una de sus compañeras, la investigadora Theresa Carbonaro, también indagó en un estudio paralelo sobre las reacciones a los efectos percibidos como positivos y negativos de un mal viaje. Ambos proyectos ofrecen una visión poco frecuente de los aspectos que pueden ir mal cuando tomas setas alucinógenas, y han llegado a la conclusión de que estos puntos oscuros podrían ser beneficiosos a la larga.

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Incluso un mal viaje puede hacerte bien.

De los 1.993 participantes del estudio, el 84 por ciento afirmó haber encontrado la experiencia de un mal viaje beneficiosa, incluso teniendo en cuenta los diversos grados de sufrimiento psicológico a los que se vieron sometidos.

Si crees que ha sido la PEOR experiencia de tu vida, no eres el único.

Los investigadores pidieron a los participantes que valoraran su peor viaje en comparación con la suma de todas las malas experiencias que habían vivido. Cerca del 28 por ciento aseguró que el viaje se encontraba entre las cinco peores experiencias de sus vidas, y aproximadamente el 11 por ciento dijo que había sido lo más duro que les había ocurrido nunca.

Pensar con claridad puede ayudar.

Casi la mitad de los participantes dijo que pensar en cosas positivas les había ayudado a salir del mal viaje o al menos a mitigar sus efectos. El cambio de ubicación también resultó efectivo para el 40 por ciento de ellos.

El alcohol u otras drogas no contribuyen a mejorar.

Algunos participantes bebieron alcohol o tomaron otras drogas para tratar de disipar la mala experiencia. Estas dos estrategias solo funcionaron para menos del 10 por ciento de ellos.

El hecho de tener miedo o angustia no significa que te vayas a volver paranoico.

La paranoia era el factor con el menor grado de correlación con el resto, lo que echa por tierra el estigma según el cual las sustancias psicológicas como la psilocibina te hacen flipar de mala manera.

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Por extraño que parezca, la sensación de estar muriéndote puede ser positiva.

Curiosamente, la contemplación del alma separándose del cuerpo y la sensación de paranoia fueron los dos factores que menos grado de correlación mostraban entre cualquier otro par de factores. Asimismo, la sensación de morir se asociaba con cierto "significado espiritual".

Tener miedo también es bueno.

Los investigadores observaron que existía una relación directamente proporcional entre el grado de miedo que experimentaban los participantes y su sensación de bienestar al final de la experiencia.

Y volverse un poco loco.

Los participantes que sintieron cierto grado de locura durante su mal viaje lo percibieron como una experiencia importante y positiva.

Los malos viajes son prácticamente iguales para hombres y mujeres.

Las mujeres que sintieron dolor, aislamiento, paranoia y la mayoría de los demás aspectos negativos también eran más propensas que los hombres a sentir miedo. Al margen de este detalle, no se apreció ninguna otra diferencia entre géneros.

Las personas con trastornos psiquiátricos sufrieron experiencias peores.

Las consecuencias negativas de un mal viaje son más intensas para las personas que sufren algún trastorno mental. Estos participantes también sufrieron sensación de aislamiento en mayor medida que el resto.

Traducción por Mario Abad.