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El coronavirus está impulsando el trabajo infantil en Bolivia: 'La prioridad es tener algo para comer'

Más niños trabajarán para sobrevivir ahora que el gobierno ha detenido el sistema educativo hasta 2021, dicen los observadores.
DS
traducido por Daniela Silva
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Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

La decisión del gobierno interino de Bolivia de suspender el año académico debido a la pandemia en una de las naciones rurales más empobrecidas de la región promete hacer que más niños trabajen y por más horas.

Antes de la pandemia, Yoel Aricona Rivera, de 14 años, pasaba sus semanas en la escuela y ganaba propinas limpiando y haciendo mandados en el cementerio general de la ciudad de Sacaba. Pero con el confinamiento, esa fuente de ingresos se acabó y con la cancelación de la escuela, ahora trabaja casi a tiempo completo como asistente de construcción. “El cementerio estaba cerrado y necesitaba dinero”, dijo.

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Sandra Paco Arías, que vendía dulces en las calles de Cochabamba desde los 10 años, ya lo está viendo entre sus compañeros. "Como no tienen nada que hacer en casa, han comenzado a trabajar", dijo.

La situación de que los niños tengan más tiempo libre se ve agravada por el hecho de que muchos padres de familias de bajos ingresos ahora están sin trabajo debido al confinamiento, lo que aumenta la presión sobre los niños para generar ingresos.

Los observadores pronostican que aumente el número de niños que trabajan como resultado de la cancelación del año académico.

“Más niños saldrán y trabajarán para poder seguir alimentándose, porque la comida es una necesidad básica”, dijo Sandra Caiguara, directora de la fundación Centro Hermano Manolo.

“Ahora, la prioridad es tener algo para comer. Así que la educación pasa a segundo plano".

El ministro de la Presidencia de Bolivia, Yerko Núñez, anunció que el año escolar finalizaría en agosto y que los alumnos comenzarían a estudiar su próximo año académico en 2021. “Lamentamos mucho que en provincias y muchos sectores de nuestro país no hay internet, y por lo tanto no se puede pasar clase”, dijo durante una conferencia de prensa. Bolivia es uno de los primeros países en suspender oficialmente la educación hasta el próximo año académico debido a la pandemia, junto con Kenia.

El gobierno de Bolivia declaró un confinamiento estricto debido al coronavirus a partir del 23 de marzo, y las personas solo podían salir por lo esencial como alimentos y medicinas. En ese momento, Anahí, de 17 años, quien pidió a VICE News que no usara su nombre real, perdió su trabajo de mesera los fines de semana. Ahora que no regresará a la escuela, trabaja tres días a la semana pintando una casa en su barrio de la ciudad de Cochabamba. Trabaja más horas, pero por menos dinero: gana 80 bolivianos al día cuando en el restaurante ganaba 90.

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"Tenemos que trabajar porque los precios han subido y nuestros padres no pueden mantenernos porque no hay trabajo", dijo. Ella gasta su salario en cosas básicas como comida y agua.

La decisión de pausar el sistema educativo estatal destaca las desigualdades sociales en Bolivia. Aunque muchas escuelas dicen que intentarán continuar con las clases voluntarias en línea, no todos tienen los recursos para mantenerse al día. El servicio de videoconferencia Zoom también ha surgido como un nuevo costo importante. “Zoom ocupa más datos porque usa la cámara. Nuestros maestros nos dicen que no usemos nuestras cámaras por eso”, dijo Anahi. "Hay otros que ni siquiera pueden pagar la tarjeta telefónica que necesitan para asistir a clases [virtuales]".

Las familias urbanas de clase media y alta tienen internet y, muchas veces, un padre en casa para ayudarle a los niños con la tarea. “[Los padres] que son profesionales pueden seguir educando a sus hijos”, dijo Caiguara. "Pero los que trabajan de 7 a. m. a 7 p. m. llegan a casa cansados ​​y, a menudo, no tienen una carrera".

Pero en las familias de bajos ingresos, es común que todos trabajen, incluidos los niños. En 2014, Bolivia legalizó el trabajo para niños a partir de los 10 años, bajo ciertas condiciones: podían trabajar por cuenta propia a partir de los 10 años y para un tercero a partir de los 12. La ley de Bolivia establece que el trabajo no debe ser peligroso o perjudicial para la educación de los niños, pero estas condiciones no siempre se cumplen.

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La decisión generó duras críticas por parte de la comunidad internacional, pero los sindicatos de niños y adolescentes del país argumentaron que la ley simplemente otorgaba protección legal para el trabajo que ya estaban haciendo para que sus familias pudieran pagar lo esencial como alimentos y útiles escolares.

En las zonas rurales de Bolivia, los niños ayudan a cosechar y algunos trabajan en las minas, mientras que en las zonas urbanas realizan trabajos como vender dulces, lustrar zapatos o trabajar en puestos de mercado y tiendas.

En 2018, alrededor del 35% de la población vivía por debajo del umbral de pobreza, según el Instituto Nacional de Estadística de Bolivia. Esa cifra aumentará significativamente como resultado de la pandemia, y se pronostica que la economía del país reducirá un 5.7% en 2020, según la agencia Fitch.

Con las escuelas fuera de servicio durante un año, muchas familias no podrán pagar la matrícula privada o mantener a sus hijos sin trabajo.