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Cultură

¿Qué tipo de documentales y animaciones se hacen en Colombia?

Hoy, 15 de septiembre se anunciaron los ganadores del FDC en las categorías de documentales y animación. Aquí les contamos qué se encontraron los jueces este año y qué tipo de cine se está haciendo en Colombia en estos dos géneros.

Paciente de Jorge Caballero, documental ganador de la Convocatoria FDC 2013.

Pensar en cine es pensar, casi que de forma automática, en ficciones. Sin embargo, antes de empezar a apuntar los lentes hacia escenas inventadas, los primeros registros fueron, ante todo, documentales. Mientras tanto, la creación de ficciones, en el mundo audiovisual, se estaba haciendo a punta de lápiz y papel, en los primeros ejercicios de animación. Hoy, el documental y la animación, a pesar de tener una presencia mucho menor en las carteleras de cine, son géneros fundamentales que se siguen reinventando y diversificando.

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En 2003 se creó en Colombia la Ley 814 que fomentaba la producción de cine nacional y que le inyectó plata a los proyectos cinematográficos que se proponían en el país. Junto con la ley se creó Proimágenes y el Fondo de Desarrollo Cinematográfico que cada año realiza convocatorias de proyectos que se encuentran en distintas etapas: desde desarrollo —cuando solo hay una idea— hasta distribución —cuando la película ya está y lo único que se necesita es plata para ponerla a circular—.


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La ley, el fondo y Proimágenes han sido los responsables del boom cinematográfico de los últimos años en el país y de que películas como El abrazo de la serpiente (2015), La tierra y la sombra (2015), Gente de bien (2014)o La mujer del animal (2016), se hayan podido realizar y llegar a festivales internacionales que han puesto al país en el mapa del cine mundial. Desde su creación, el FDC ha apoyado, en total, a 786 proyectos y ha invertido más de 82 mil millones de pesos para hacer cine.

Hoy, 15 de septiembre, Proimágenes realizó la primera premiación de los ganadores de la convocatoria de este año en las categorías de documental y animación. Además, se anunciaron las instituciones preseleccionadas en la modalidad de Formación Especializada para el Sector Cinematográfico, una sección dedicada a apoyar programas educativos de instituciones educativas. Y, por último, se anunciaron los ganadores de una nueva categoría: Realización de Cortometrajes: Relatos Regionales, una sección diseñada para apoyar la cinematografía de las regiones del país en las que el acceso a la formación, los recursos y la distribución del cine es más complicada. En total, serán más de 4 mil millones que se entregarán como incentivo entre los 63 ganadores de la primera parte de la convocatoria —los ganadores en las categorías de ficción se anunciarán el próximo 23 de octubre—.

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El apoyo financiero que desde hace 12 años han recibido los realizadores y las instituciones de formación en el país ha pluralizado la forma de contar historias. El tipo de historias contadas también, y eso es evidente en el cine de ficción y en la calidad de las producciones nacionales recientes. Y aunque son más escasos los ejemplos, los documentales y el cine de animación nacional no son la excepción a este fenómeno.

"Yo llevo mucho tiempo viniendo a Colombia y en los últimos 10 años [el cine de animación] ha tenido un cambio increíble, ha mejorado muchísimo, sobre todo gracias a convocatorias como esta", afirma José Luis Farias, un productor español, colaborador de varios de los festivales de animación más importantes del mundo y uno de los jurados de la convocatoria de este año. Según él, la convocatoria del FDC ha permitido que la animación nacional se preocupe por hablar de temas más internacionales, que le hablen a un público extranjero y que, en ese sentido, busquen responder a la calidad de las producciones que llegan a otros mercados.


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Aún así, Farias cree que el cine de animación colombiano sí está atado a una tradición muy colombiana, que se refleja en historias rurales y en temas muy típicos del país. Y en eso coincide Enrique Navarrete, un director creativo mexicano que ha trabajado en varias producciones de DreamWorks y otro de los jurados de este año.

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"[Dentro de los proyectos que revisé] yo vi ideas básicamente colombianas. Historias locales que hablan de cuentos colombianos, para niños, o relatos basados en las guerrillas y en las historias de guerra", asegura Navarrete. Pero, según él, ese síntoma es el mismo del cine de animación en México, en la que, asegura, la mayoría de historias son sobre los aztecas y los mayas, "pero básicamente esa es nuestra cultura, entonces es obvio que hablemos mucho de eso".

Más allá de la discusión sobre si la animación colombiana debería hablar de temas autóctonos, del folklore y el conflicto armado del país, o de historias más universales, Farias y Navarrete coinciden en que las propuestas que revisaron dejan claro que la animación colombiana tiene una propuesta estética única. Los dos afirman que el diseño gráfico de la animación colombiana es una de sus mejores características. Farias opina que la animación en el país no intenta copiar la estética de la animación gringa sino encontrar una propia identidad que la diferencia de otras cinematografías. Por su parte, Navarrete asegura que sería la particularidad de su estética lo que le abriría las puertas a la animación para que salga del país y se haga conocer en otras latitudes.

Y si bien el cine de animación tiene la libertad de escoger entre temas muy locales y otros más universales, la cosa no parecería ser igual para el documental. El hecho de que su campo de acción sea la realidad de un contexto específico, parecería restringirlo a historias que no pueden hablar más allá de lo propiamente colombiano: su conflicto, historia, tradiciones y folklore.

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Pero según Juan Baquero, uno de los jueces de la convocatoria de documental, periodista y documentalista colombiano vinculado al Hot Docs International Film Festival, la oferta de historias en los documentales colombianos es muy amplia y no se queda —como cualquiera imaginaría— en hablar de conflicto y en historias rurales. De hecho, asegura él, los temas y las preocupaciones narrativas de los proyectos que revisó exploran la cara urbana y más universal de Colombia.


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Lo mismo opina Daniela Alatorre, una productora mexicana y asesora del Festival Ambulante, quien confiesa que a pesar de haberse imaginado que probablemente, dentro de los proyectos que le asignaron para revisar, predominarían las historias rurales, encontró que ese tipo de relatos estaban balanceados con historias urbanas, de arquitectos, pintores o músicos. Alatorre afirma que muchos proyectos siguen enfocados en hablar desde la marginalidad, de sectores de la población que habitan en la pobreza y la violencia, pero, al mismo tiempo, resalta el interés de varios de los proyectos por las historias sobre música, no sólo desde la tradición colombiana, sino desde las formas en que los sonidos internacionales se han reapropiado en el país.

Además, según Alatorre y Baquero, una de las cosas más interesantes que encontraron en los proyectos que llegaron a la convocatoria, a la par de la amplia exploración de historias, fueron las estrategias narrativas que responden a una estética internacional. Es decir, no sólo se está innovando en temas sino también en formas de contar.

Creo que las propuestas tienen una innovación o un interés y búsqueda porque la propuesta sea interesante no sólo en términos de contenido y de historia, sino el tipo de narrativa y de acercamiento formal y los dispositivos narrativos con los cuales se va a contar la película.

Muchos de estos proyectos de pronto están apostando a momentos de ficción o a dispositivos ficcionalizados que generen un comentario dentro del documental. O películas en donde hay mucha participación del director como parte de la película y la historia: búsquedas personales, temas políticos pero con un acceso muy particular porque a lo mejor es familia o amigos de familia. Sí hay una búsqueda por experimentar y explorar no solamente buenas historias sino buenas maneras de contar esas historias.

"Muchos de estos proyectos están apostando a momentos de ficción o a dispositivos ficcionalizados que generen un comentario dentro del documental. O hay proyectos en donde hay mucha participación del director como parte de la película y la historia. Definitivamente hay una búsqueda por experimentar y explorar no solamente buenas historias sino buenas maneras de contar esas historias", asegura Alatorre.