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¿Cómo funciona la nueva Viagra femenina?

La autonomía de las mujeres está muy bien. Utilizar la autonomía de las mujeres como táctica publicitaria no está tan bien. ¿En qué punto se encuentra Addyi, la nueva medicina que se aclama ya como el "Viagra para mujeres"?

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La autonomía de las mujeres está muy bien. Utilizar la autonomía de las mujeres como táctica publicitaria no está tan bien. ¿En qué punto se encuentra Addyi, la nueva medicina que se aclama ya como la "Viagra para mujeres"?

Esta semana, tras no haber aprobado esta medicina dos veces, la FDA aprobó el Addyi, también conocido por su nombre genérico, flibanserina. Es indicado para mujeres premenopáusicas que sufren de la denominada anafrodisia o deseo sexual inhibido, caracterizada por una completa pérdida del interés sexual, hasta el punto de provocar una gran aflicción. Esto se ha debido en gran parte a la presión de lobbies como Even The Score y testimonios recogidos por la FDA de mujeres con anafrodisia crónica que afirmaban que ya es hora de que las mujeres tengan las mismas opciones que los hombres en cuanto al control de su vida sexual.

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La anafrodisia afecta a entre un 5.4 por ciento y un 13.6 por ciento de las mujeres y Sprout habló con algunas de estas mujeres sobre cómo se vive con este desorden.

Cuando fui a la sucursal de la farmacéutica Sprout en el Soho (la sede central de la compañía está en Carolina del Norte), su presidenta, Cindy Whitehead, siguió exponiendo esta narrativa feminista. "[Ahora que la FDA ha aprobado el medicamento] las mujeres pueden por fin decidir por sí mismas, con su médico, si el tratamiento de esta habitual disfunción sexual es o no adecuado para ellas", decía Whitehead. Pero para muchas feministas, la idea de etiquetar el desinterés sexual como un desorden y tratar de medicarlo es un disparate. Yo no podía evitar pensar que Addyi era algo que recetaría un sicoanalista freudiano a un ama de casa deprimida de los años 60 que no quisiera que a su marido se le fueran los ojos a otros lares. ¿En qué momento se ha convertido la falta de apetito sexual en una "disfunción sexual"?

A diferencia del Viagra, que básicamente regula la excitación fisiológica enviando sangre al pene, Addyi es una pastilla de toma diaria que funciona más como un antidepresivo. Se vale de inhibidores de la dopamina y la serotonina para crear de un modo efectivo el deseo. (La pastilla viene con un montón de efectos secundarios como mareos, náuseas y desmayos). Como han señalado muchos críticos, es difícil considerar que el hecho de patologizar la falta de deseo sexual pueda ser una victoria femenina. Si el deseo, por definición, es deseo sexual, ¿por qué deberían las mujeres romperse la cabeza por desear lo que no quieren desear?

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La anafrodisia afecta a entre un 5.4% y un 13.6% de las mujeres y Sprout ha contado con algunas de estas mujeres para hablar sobre cómo se vive con este desorden. Aunque sabía que estaría meticulosamente entrenada para contestar a las preguntas de la prensa, platiqué con Katherine Campbell, una mujer casada, madre de dos hijos, para que nos cuente por qué cree que Addyi podría suponer un cambio radical para ella.

VICE: ¿Has probado Addyi?
Katherine Campbell: De hecho, solicité la participación en el estudio clínico en cuanto supe que [Sprout] estaba trabajando en algo para la libido. No conseguí entrar en el estudio, así que ni siquiera pude probarla pero fue como si aquello encendiera algo dentro de mí que me hizo querer ayudarlos a que se aprobara y tener así la oportunidad de probarla algún día. ¡Ahora puedo!

¿Cómo te enteraste del estudio clínico?
Perdí completamente mi apetito sexual tras el nacimiento de mi primer hijo. De esto hace ya unos tres años y yo tenía solo 27 en ese momento. Pasé de tener un gran apetito sexual, tomando siempre la iniciativa [durante el sexo], a no tener ningún deseo de ningún tipo. Ni siquiera tenía fantasías.

Al principio, pensé que mi apetito sexual había disminuido porque acababa de tener un bebé, así que esperé unos 18 meses antes de hablar con mi médico. Mientras, simplemente mantenía relaciones con mi marido por obligación. No quería decepcionarlo porque no era culpa suya. Todavía me siento muy atraída por él pero no tenía ningún deseo de practicar sexo. Ya no tomaba la iniciativa, pero si él empezaba, me acostaba con él. Pero a los 18 meses, aquello estaba ejerciendo demasiada tensión en nuestro matrimonio, así que fui a ver al médico de cabecera. Me recetó antidepresivos porque no había nada para tratar lo que me pasaba, según me dijo. Tomé la medicación dos o tres meses y no observé cambio alguno. Cuando estaba tomando los antidepresivos, solía bromear con que seguía sin apetecerme el sexo pero al menos ahora estaba contenta. Pero es que yo no estaba deprimida de entrada, y aquello no ayudó con mi inapetencia sexual.

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Pero mi médico dijo algo que me intrigó. Me dijo que no había nada para tratar mi desorden y fue como ¿mi desorden? ¿Qué significa eso? Nunca había reparado en ello antes y sonaba más serio de lo que había pensado que pudiera ser. Así que empecé a buscar en internet, como hacemos todos, y encontré un artículo sobre "la pastillita rosa" y Sprout, y vi que esa pastilla era rechazada una y otra vez por la FDA. Entonces, cometí el error de bajar y leer los comentarios. Eran sencillamente terribles. Pero yo dejé mi propio comentario diciendo "Eh, yo tengo solo 30 años y no tengo apetito sexual. Esto se aplica a mi situación. Esto es lo que tengo. Tengo anafrodisia". Finalmente todo encajó.

Perdí completamente mi apetito sexual tras el nacimiento de mi primer hijo. Tenía 27 años en ese momento.

Las respuestas que obtuve de otras personas demostraban una enorme ignorancia. Decían cosas como "a lo mejor es culpa de tu pareja. A lo mejor tu marido ya no te gusta. A lo mejor es tu dieta, la gente solo come basura hoy en día. A lo mejor es porque tienes hijos y estás estresada". Pero me hicieron darme cuenta aún más de que esto no tenía nada que ver con ningún factor externo.

No era mi marido; solo llevaba casada tres años. No estábamos en la fase de la luna de miel pero casi. No es mi marido y no me cansaré de decirlo. No era la dieta, no era el ejercicio. Incluso estando lejos de mis hijos en un viaje romántico, no cambiaba nada.

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Después de aquello, escribí a la compañía y pregunté si tenían otro estudio en mente y si podría participar. Me dijeron que no podían meterme en el estudio clínico porque había concluido, pero que querían que contara mi historia a la FDA. Entonces fue cuando me impliqué realmente. Eso fue el octubre pasado.

¿Hablaste en los estudios de la FDA?
Sí, estaba en el equipo de los pacientes. Aquella fue la primera vez que contaba mi historia a un grupo de personas que no conocía. Hablar con toda esa gente sobre mi vida sexual me dio mucha vergüenza, pero no estaba realmente avergonzada porque sabía que solo era mi cuerpo que estaba fallándome. No era lo que quería mi corazón para mi relación pero estaba fuera de mi control. Fue brutal ponerme delante de extraños y cámaras y decir "solo practico el sexo una vez cada tres meses". Mi marido estaba orgulloso de mí pero no se puede decir que quisiera estar allí. No quiere que el mundo sepa que nuestro matrimonio está pasando por algo así.

¿Crees que el sexo es parte importante del matrimonio? ¿Qué pasaría si le dijeras a tu marido "eh, ya no quiero tener sexo, ¿qué te parece si no lo hacemos más?"
Algunas parejas son así. He oído a otras mujeres decir cosas como "¿por qué tendríamos que tener relaciones para sentirnos valoradas?" y yo como: si eso te da igual, no te preocupes. Si eres completamente feliz con tu pareja y deciden entre los dos que el sexo no es importante, bien por ustedes. Para mí, esto no va a convertirse en lo normal. Yo no estaba contenta con esto. Me encantaba mi sexualidad. Era más que practicar el sexo; era sentirme mujer, más atractiva. Sentía como si tuviera una especie de aura. Entraba en una habitación y sentía una increíble confianza y una comodidad dentro de mí que emanaba de mi sexualidad.

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Hablar con toda esa gente sobre mi vida sexual me dio mucha vergüenza.

Si hay gente que está cómoda no volviendo a tener relaciones sexuales nunca más, bien por ellos. Mi marido y yo sentíamos un gran vacío cuando no podíamos practicar el sexo y no conectábamos a nivel físico. Nuestro matrimonio no iba a terminarse porque faltara este factor ahora mismo pero sí había sufrido un deterioro. Estamos intentando compensarlo con otras cosas. Es un auténtico desafío.

Como no sabíamos realmente por lo que yo estaba pasando, mi marido empezó a cuestionarse a sí mismo y a sentirse inseguro. Le preocupaba que me apartara de él y, mientras, yo me preocupaba por si él se apartaba de mí porque ya no conectábamos a nivel sexual. Es sencillamente horrible.

¿Probaste algún tipo de medicina alternativa?
No es que me oponga a cualquier otro tipo de tratamiento, pero no creo que sea mucho pedir uno que esté realmente dirigido a tratar lo que tengo o que haya demostrado ser efectivo para lo que tengo. He intentado hablar con nuestro pastor, que nos ofreció un par de sesiones de asesoramiento marital. Soy muy cristiana y mi marido y yo vamos a misa regularmente. Mi pastor no cree que el sexo deba ser un tema tabú. Él habla de sexo muy abiertamente y cree que debería ser algo a lo que estar abiertos como pareja. Pero yo no podía solucionar esta situación hablando. Aquello no ayudó en nada a lo que estaba sufriendo.

¿Qué pensaba tu marido de la terapia de pareja?
Mi marido me ha apoyado muchísimo [a la hora de hablar sobre mi anafrodisia] porque siente que estoy haciendo algo de forma activa para solucionarlo. Voy a encontrar una solución, espero. Estuvo bien que él me viera para arriba y para abajo intentando encontrar una solución para esto, y no rendida a la situación sin hacer nada. Sabía que él no era feliz. He oído muchas cosas que dicen las feministas como "¿por qué las mujeres deberían sentir la obligación de ser sexuales?" Pero yo haría esto por mí misma, como individuo, incluso aunque no tuviera una relación. Mi marido se beneficiará evidentemente de ello, pero lo principal es que yo necesito arreglarlo por mí, como persona. Así es como realmente se es feliz en una relación.