FYI.

This story is over 5 years old.

Así es como el mundo se acaba, no con una explosión

Los marchitos partidos verdes del mundo

Aquí te damos algunos ejemplos del patético y triste estado de los partidos ecológicos del mundo.

Foto por Rachel Stern.

México

¿Cómo puedes ahogar a un león de circo? El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ofrece una respuesta. Después de años de erosionar su credibilidad, el PVEM oficialmente perdió el reconocimiento de los verdes europeos en 2008 al hacer una campaña a favor de la pena de muerte, y al hacer otras metidas de pata: recordarán que el Niño Verde, Jorge Emilio González, aparece en un video de 2004 exigiendo a un empresario dos millones de dólares a cambio de áreas protegidas en Cancún, Quintana Roo. La alianza del partido con el PRI le ha dado acceso al poder. Su primer gran logro ha sido la prohibición de los circos con animales en seis ciudades de México, incluida la capital. Pero sin una solución para el manejo de los animales exóticos próximos a quedar en situación de calle, el legado del partido podría descansar en impedir una inminente matanza de animales en julio, cuando la prohibición entre en vigor.

Publicidad

Ruanda

En 2012, el presidente de la African Green Federation, una coalición de partidos y movimientos verdes, regresó a su nativa Ruanda —donde dirige el Partido Verde Democrático— después de dos años de exilio autoimpuesto tras la decapitación de su segundo al mando en 2010. El partido luchó para ser reconocido oficialmente durante muchos años antes de recibir luz verde, justo un mes antes de las elecciones de 2013. Aún con más tiempo para prepararse, es poco probable que el partido haya podido ser capaz de oponerse de manera significativa al Frente Patriótico Ruandés del presidente Paul Kagame, el cual ha conservado el poder desde el final del genocidio y la guerra civil de 1994.

Europa

El continente que legitimizó las políticas verdes en los años 70 sigue siendo el único lugar donde los verdes han disfrutado éxitos electorales. Pero como señala Sheri Berman, profesora de ciencia política en Barnard College, Nueva York: "Hoy en día los votantes europeos están más preocupados por la economía que por el ambiente. Los verdes no están reimaginando la economía de formas que puedan generar crecimiento ambiental, simplemente están jugando con lo que hay". Después de que las propuestas taquilleras de la generación anterior —como la prohibición la energía nuclear— pasaran de ser radicales a sólo generales, los partidos más importantes simplemente las integraron a sus plataformas. Cuando sus iniciativas clave fueron adoptadas por los grandes, el ímpetu de los verdes se vio minado por su propio éxito.

Aunque Syriza, en Grecia, y Podemos, en España, están llevando a Europa a la izquierda, las preocupaciones ambientales no son lo más importante en sus cabezas. El Partido Verde de Reino Unido sí combina un programa económico radical con iniciativas ambientales. Sin embargo, sus prospectos en las elecciones de mayo fueron oscuros debido a la creciente popularidad de los UKIPs (Partido de la Independencia de Reino Unido: antiinmigrantes, anti Unión Europea, etcétera).

Mientras que la habilidad de los partidos ambientalistas para influir en la política va desapareciendo más rápido que los bosques, existe poca esperanza para un movimiento político que sea capaz de dirigirse a nuestra preocupación sobre el inminente colapso global.