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Apodos memorables

He sido objeto de la mofa toda mi vida. Pero también he hecho escarnio del árbol podrido. Buena parte de mi veneno ha sido dirigido a mis amigos, pero otra porción generosa se ha destinado a mis parejas.

Parafraseando al bolero que canta Luis Miguel profiero: en la vida hay apodos que nunca pueden olvidarse. He sido objeto de la mofa toda mi vida. Pero también he hecho escarnio del árbol podrido. Buena parte de mi veneno ha sido dirigido a mis amigos, pero otra porción generosa se ha destinado a mis parejas. Existe en mi vida amorosa una tradición que consiste en ponerle apodos a todas las personas que han decidido entablar una relación sentimental conmigo.

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A continuación algunos de los apodos más memorables que he administrado.

El coronel Kurtz

Apocalypsis Now me la pela. Creo que después de esta relación puedo ir a la guerra y regresar completo y sin traumas. Nada para forjar el carácter como lidiar con un dictador. Seguro Marlon Brando tomó clases con esta morra para representar el papel. Nuestro noviazgo era la selva y ella el cacique enloquecido. Pero un día sucedió lo inevitable. Desde el pentágono ordenaron bombardear el imperio de Kurtz y terminamos. Eso sí, después de esta morra todas las que han seguido han sido unas novatas. Ninguna ha salido tan mala y tan perversa como ésta.

La princesa azteca

Tengo que reconocerlo, las chairas cogen bien rico. Parece que en cada palo quieren enderezar el rumbo del país. Me dueles México. Y cogen despiadadamente. Toma eso flamante clase media. Ésta morra, además de chaira era del típico look indie-hippie-neonewwave. Tons se vestía como si fuera la doble de Salma Hayek en Del crepúsculo al amanecer. Eso sí, estaba bien buena. Hacía yoga y jugoterapia. Y le metía duro al té. Terminamos por diferencias políticas irreconciliables. Sépanlo morras, la cama no es la cámara de diputados.

La cultura del desnudo fotográfico

Esta morra se tomaba fotos desnuda, period.

La señora Panosky

La llamé así porque al verla me sucedió lo mismo que a Barney Panofky, el protagonista de la novela La versión de mi vida. La vi en San Luis Potosí dos segundos y me empeloté. Me empané. Me enculé. Y me casé con ella.

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La cara de semita endurecida

En mi defensa argumentaré que esta joya no es obra mía. Es invención de un compa, que tuve el honor (o la degracia) de hacerme hermano de leche de esta misma morra. Y quizá de otras que no me he enterado. Su apelativo se debe a que, según mi compa, el rostro de esta morra, por supuesto güera, era similar al de una semita que se queda semanas dentro de una bolsa de plástico.

La cultura del Gansito Marinela

Este fue un romance que no llegó a cuajar por falta de grenetina. Era una medio celebridad pasadita de peso. Por cualidad de twittstar le pagaban para twittear publicidad. Una temporada promocionó grueso la marca Marinela. Extraña coincidencia, subió todavía más de peso. Seguro la empresa le fixeaba dotaciones de sus productos y entre twitt y twitt se zampaba pingüinos, chocorroles y gansitos. Y sí, no llegué a nada con ella porque se afilió a la competencia. Sépanlo, mi corazón siempre le pertenecerá a Gamesa.

La Vernia

¿Recuerdan la serie que nos presentó a Walter White? Malcolm in the middle tenía a Bryan Craston como padre de familia. En una de las temporadas su hijo Frances es atraído a Alaska con engaños. Con la promesa de una fortuna de dinero. Pero llega a vivir a la pensión de la Vernia. Una mujer más lesbiana que María Félix. Que tiene la alacena cerrada con llave y todo lo vende a precios estratosféricos. Así me ocurrió a mí. Me topé con una Vernia. Que más que novia parecía casera. Todo me cobraba. De esas que viven a cuatro calles pero aún así piden para el taxi.

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Besos sabor a Prozac

Estaba deprimida clínicamente. No como todas esas chairas que se entristecieron porque no ganó AMLO en las pasadas elecciones. Esta morra llevaba años tomando ansiolíticos y antidepresivos. Besarla era como besar a una farmacia. Su saliva concentraba tal cantidad de medicamento que me pegaba cada viajesote. Además para ella el sexo anal no era un problema. No le dolía. Es lo mismo que tomar relajantes musculares, decía.

Bonus track

Las novias de mis compas.

Amar te duele

Bajita la tenaza, el cine mexicano ha inspirado más de dos chaquetas. Tras la irrupción de Amar te duele no pocos comenzaron a fantasear con su propia Martha Higareda. Pero cada tanto ocurre lo mismo. Según la película en cartelera es el entusiasmo. Ana de la Reguera, Stephanie Sigman, Irene Azuela. A mí la que me prendía era Patricia Llaca. Antes de que se la desnalgara coca, por supuesto.

Contacto Sangriento o La cultura del zacahuil

Era una morra china. Bueno, descendía de chinos. Pero además era veracruzana. Sus primos tenían un trío de son jarocho. Y armaban unas fiestas en las que preparaban un zacahuil del tamaño de un cuerpo. Muchas veces me pregunté si no estaría comiendo carne humana. Los veracruzanos están locos. También era conocida como la Yakuza, por sus rasgos orientales. Pero su nombre de batalla era Contacto Sangriento. No me gustaba. Siempre que lo escuchaba no pensaba en Van Damm. Me venía a la mente la regla. Güacala.