Cómo es ser modelo de Instagram

Es miércoles por la mañana en Julio y estoy viendo a una mujer relativamente desconocida alistándose para una sesión de fotos en su departamento en Londres. No hay fondo, no tiene un equipo de maquillistas o estilistas y, aparte de su cámara, no tiene equipo adicional ni asistentes. Además, ningún cliente o publicación encargó la sesión de fotos.

"Deberías ponerte el labial que traías en la foto que publicaste ayer", dijo la fotógrafa que vino a colaborar con la modelo de 22 años Emma Breschi.

"Ah, ¿el de Kylie Lip Kit?", pregunta Emma. "Es muy difícil de poner pero va".

Emma es una modelo de Instagram autoproclamada —no confundir con una modelo en Instagram, como Gigi Hadid o Kendall Jenner, que usan la app para promocionar sus trayectorias más tradicionales de modelo—. Emma dice que utiliza la plataforma como un medio de promoción profesional, expresión creativa y una forma de ganar dinero. Cómo funciona y con qué fin es la parte turbia del modejale en Instagram.

Emma dice que la forma de su cuerpo no encaja en las normas de una modelo convencional ni de una modelo de talla grande. Tiene agente pero utiliza la red social para posicionarse en el radar de marcas que generalmente no trabajarían con una modelo con ese tipo de cuerpo. Emma publica fotos repletas de hashtags y descripciones que promueven la confianza en tu cuerpo —"Nota para mi yo de 13 años: Emma, es solo un bikini. ASÍ QUE SÁCALE PROVECHO"— que le ayudan a ganarse la admiración de sus seguidores, ofertas de trabajo y ropa gratis de marcas que quieren colgarse de ese mensaje.

"Si alguien te ofreciera mucho dinero por tomar una foto de algo, ¿lo harías?", me preguntó Emma. "Depende de la marca pero, en general, lo haría si la marca está relacionada con algo en lo que creo. No necesito dinero para comprar cosas caras, solo lo suficiente para vivir. Si consigo uno o dos trabajos al mes, ya tengo para la renta".

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Hoy está en una "sesión de prueba" con Simone Steenberg , una fotógrafa danesa que se especializa en moda y retratos que conoció por Instagram. A ninguna se le va a pagar por su tiempo pero cuando publicen las fotos de ese día, se van a etiquetar mutuamente con la esperanza de maximizar su nebulosa "influencia" en vez de ganar dinero real.

Si el único trabajo de Emma fuera esta clase de sesiones de fotos sin paga, no podría ganarse la vida así. Pero no. También toma fotos para marcas como House of Sunny, NOE Garments y Ukulele Fashion —y modela para algunas de ellas—.

En un buen mes, dice que puede ganar hasta algunos miles de libras esterlinas por su fotografía y su modelaje. Sin embargo, como el modelaje todavía no es constante, también trabaja en un pub que está a la vuelta de la esquina de su departamento; el dueño la reconoció por sus fotografías "peligrosas".

En realidad, Emma dice que nunca planeó ser modelo. "Toda la gente que sigo en Instagram son mujeres increíbles a las que no les importa la opinión de los demás y cuando vi eso pensé: 'Tal vez debería intentar hacer eso'", dijo Emma. "Mi meta nunca fue ser modelo. Me veo a mí misma más como una diseñadora de imagen y lo que hago frente a la cámara también me ayuda a ser mejor detrás de cámara".

Hay mucho de este "discurso creativo" vago cuando Emma habla sobre su trabajo, algo que me sorprendió cuando entré a este mundo. Antes creía que las mujeres que se hacían llamar modelos de Instagram buscaban y utilizaban la atención masculina como una ruta hacia la fama pero nunca pude confirmar esa teoría. En vez de eso, parece que utilizan la plataforma como un medio para lograr un fin.

Cuando platiqué con Daisy, @PinkandTonic, de 19 años de edad, me dijo algo muy similar. Daisy estudia en la Universidad de Oxford y sabe que no tiene el cuerpo de una modelo convencional pero ve al modelaje como una forma de impulsar otro trabajo creativo, como diseño de moda o estilismo. "Si tengo esta audiencia enorme establecida, entonces ya tengo un grupo enorme de gente a la que puedo mostrar mi trabajo".

"No me interesa si hay hombres que comentan mi foto", continuó. "No importa si son hombres o mujeres, lo que importa es el tipo de comentarios que dejan. Los comentarios de las mujeres son así de 'OMG es hermoso, me encanta tu ropa, te ves increíble'; los comentarios de los hombres normalmente son un emoji con la sonrisa de lado y una flama. La diferencia es enorme".

Puede que sea diferente pero el tropo principal del modelaje en Instagram sigue girando en torno a hombres viendo mujeres y fotografiándolas. Ese concepto data de finales de los años 2000, y de los novios de bloggers de moda que fotografían a sus novias con varios atuendos. Por ejemplo: Rumi Neely, Aimee Song y Chiara Ferragni.

Hoy, una "modelo de Instagram" es percibida como una mujer de veintitantos que necesita fotógrafos, normalmente hombres, establecidos para impulsar su perfil. En algunos casos, estas colaboraciones pueden resultar muy mal: Bleeblu, un fotógrafo estadounidense famoso, fue acusado de forzar a una modelo adolescente a participar en sesiones de foto sin ropa en lugares públicos el año pasado en Tumblr (una acusación que negó públicamente). "Era una fan de 19 años insegura e ingenua", escribió la modelo, "y él era un fotógrafo de 27 años famoso y con experiencia. Esta dinámica, yo era un blanco fácil a pesar de mi recelo".

"Sí creo que algunos [fotógrafos] se aprovechan de que tienen una cámara y muchos seguidores", dijo Dean Martindale, un fotógrafo que empezó en Instagram, ha colaborado en varias ocasiones con Emma y ahora hace comerciales para marcas. "Hay chicas que trabajan con ciertas personas que tienen 200 mil seguidores no por la calidad de su trabajo sino porque saben que van a conseguir muchos seguidores a cambio. Pero la industria es tan pequeña que todo se sabe en algún momento".

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Según los estándares de Insta-fama, el número de seguidores de Emma y Daisy son modestos, con 4,400 y 2,400, respectivamente. Para saber la opinión de alguien con cifras más grandes, me puse en contacto con Charlie Barker, una modelo de 20 años de Nottingham que tiene más de 600 mil seguidores. Fue descubierta por un cazatalentos en Instagram y en 2014 firmó un contrato con la agencia de modelaje Select.

En vez de contactarla por mensaje directo en Instagram, hable con su agente, lo cual demuestra cómo su carrera ya superó los rangos de la accesibilidad informal de Instagram. Aun así, me dijo por mail que hoy en día era posible que las modelos se ganaran la vida por medio de Instagram pero que probablemente tendrían aceptar cualquier producto que llegue —"mucha promoción de tés para desintoxicarse"— en vez de optar por un enfoque más selectivo. No obstante, si les llega una oferta de una agencia muy importante, como en el caso de Charlie, tener muchos seguidores en Instagram significa que la modelo es creativa y podría ganar más que una modelo promedio.

"Cuando firmé mi contrato, el modelaje e Instagram estaban muy separados", dijo. "Aunque para mí son cosas muy diferentes, creo que los clientes ven la creatividad que muestro en mi página y quieren algo más que 'solo una modelo'".

Aunque no tienen el mismo número de seguidores que Charli Barker, Daisy y Emma demuestran que la fama no es necesariamente el objetivo. No es una competencia en Instagram con selfies con poses exageradas que resaltan el trasero para ganarse boletos para un festival. Más bien se trata de una planificación de carrera que se basa en los "likes" de otras personas. Daisy dijo que disfruta modelar tanto como disfruta ir de compras pero eso no significa que es todo lo que quiera hacer en la vida.

"Instagram se volvió una parte muy importante de —no quiero decir de la vida pero tal vez es cierto— lo que intento lograr", dijo Emma. "Pero no soy solamente una modelo".

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