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La guía Vice de la salud mental

¿De dónde viene mi trastorno obsesivo-compulsivo?

Como mi madre lo sufre, sé mejor que nadie lo horrible que es un trastorno obsesivo-compulsivo. Por lo tanto, como se podrán imaginar, estoy bastante enojado por haberlo desarrollado también.

Imagen vía el usuario de Flickr Arlington County.

Mi madre tiene un trastorno obsesivo-compulsivo. Su enfermedad gira en torno a un temor a la contaminación; cualquier objeto que esté sucio o polvoriento, especialmente la arena, es un desencadenante. No toca nada que considere que está "sucio", y en cuanto a los objetos que considera que son "seguros" los limpia constantemente.

Como hijo de un padre o una madre con un trastorno obsesivo compulsivo (también conocido como TOC), a menudo terminas haciendo cosas que sirvan para calmar sus temores. Los expertos lo llaman "conducta habilitante". Mi conducta habilitante incluía, por ejemplo, abrir la puerta para que mi madre no se tuviera que volver a lavar las manos (las puertas estaban sucias). Otras veces, le tenía que explicar a la cajera del supermercado que me miraba confundida por qué no dejaba que nada tocara la cinta transportadora (porque estaba sucia).

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Cuando mi mamá estaba en sus peores momentos, me hacía quitarme la ropa cada que regresaba de la escuela y colocarla en bolsas de supermercado, como si fueran pruebas encontradas en la escena de un crimen, para luego llevarla a limpiar a la tintorería a un precio exorbitante.

Todo estaba sucio.

Su trastorno obsesivo-compulsivo tuvo un enorme impacto en mi vida. Nunca podía llevar a mis amigos (ya que eran portadores de suciedad) a mi casa. Tampoco podía practicar deporte (todo estaba sucio afuera). Ir de vacaciones a la playa estaba descartado por la arena. Sé mejor que nadie lo horrible que es sufrir un trastorno obsesivo-compulsivo. Por lo tanto, como se podrán imaginar, estoy bastante enojado por haberlo desarrollado también.

Mi TOC es mucho menos grave que el de mi madre y no tiene nada que ver con la limpieza. Tengo números que me hacen sentir "seguro" (el cinco y el siete), y la necesidad de dirigir mi vida en múltiplos de estos números. Esto significa que debo tomar cinco bocados de pizza a la vez y beber siete sorbos de Coca Cola, y luego otros cinco bocados de pizza. Si me equivoco, me entra el pánico y empiezo a contar desde el principio, mientras doy siete golpecitos a la mesa con el quinto dedo de mi mano derecha para compensar. Lo único bueno de todo esto, si es que hay algo, es que multiplicar constantemente cinco y siete me ha hecho bastante bueno con el cálculo mental.

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Por suerte, gracias a la terapia cognitiva conductual, especialmente la terapia de prevención de la exposición y respuesta (ERP), está bajo control. Sólo me cuesta trabajo cuando estoy realmente estresado, por lo general cuando estoy bajo mucha presión en el trabajo o en mi vida personal, y entonces empiezo a contar. En serio, lo último que necesitas cuando estás estresado es tener que levantarte de la cama cinco veces en plena noche para tocar una puerta siete veces. El psiquiatra Jim Bolton me dijo que "cerca de un tercio de los casos de trastorno obsesivo-compulsivo son catalizados por el estrés".

También está implicada la genética. Según este estudio, parece que el trastorno obsesivo-compulsivo es hereditario. El mismo estudio nos dice que el 40 por ciento de las personas con TOC tienen un familiar cercano que tiene esta enfermedad. Y mientras que el TOC de la población en general está entre un 1 y un 2.5 por ciento, si se mira a los familiares de las personas con TOC, el número asciende a 12 por ciento. Esto significa que tienes aproximadamente seis veces más probabilidades de tener el trastorno obsesivo-compulsivo si un miembro de tu familia también lo tiene.

No está claro si este aumento en el índice de trastornos obsesivo-compulsivos en las familias es debido a factores ambientales o genéticos. La verdad es que a menudo he culpado a mi madre por tener un TOC, razonando que la conducta habilitante que tuve que llevar a cabo por ella me hizo desarrollar pensamientos obsesivos propios. Debido a estos sentimientos de culpa, una gran parte de mí quería creer que este tipo de trastorno es genético, que el ADN de mi madre, y no su comportamiento, fue lo que me hizo desarrollar TOC.

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Pero aunque ningún tipo de predisposición genética para el TOC se ha probado de manera concluyente, el profesor Gerald Nestadt del Centro de Investigación de TOC de la Universidad John Hopkins me dijo que "entre un 40 y un 80 por ciento de los casos de TOC pueden definirse como causados por factores genéticos". Explicó que probablemente no haya un solo gen que cause el TOC. Más bien es poligenético, lo que significa que es un grupo de genes los que causan la enfermedad.

El Profesor Nestadt espera un día poder identificar qué circuito específico del cerebro provoca el trastorno obsesivo-compulsivo para, una vez localizado, combatirlo con fármacos. Si lo consigue, creará el primer tratamiento químico para esta enfermedad mental que sea algo más que sólo una deducción basada en conocimientos previos en una zona general del cerebro. Según explicó, "una cura para el trastorno obsesivo-compulsivo que se centre específicamente en vías bioquímicas aisladas en el cerebro sería una primicia mundial en la medicina aplicada a las enfermedades mentales, y ese es nuestro objetivo".

Puedo ver por qué la idea de una píldora mágica del Profesor Nestadt para "solucionar" el trastorno obsesivo-compulsivo es tan atractiva: las enfermedades mentales son mucho más difíciles de tratar que las enfermedades físicas. No es como cuando tienes una infección y te tomas una serie de antibióticos para combatirla. No, el trastorno obsesivo-compulsivo es, como muchas enfermedades mentales, causado por múltiples factores psicológicos y emocionales, muchos de ellos ambientales. Por ahora, el tratamiento más eficaz, según la organización benéfica OCD Action, es una mezcla de terapia cognitivo-conductual y, en los casos más graves (como el de mi madre), medicación con antidepresivos ISRS. Los antidepresivos ISRS funcionan ayudando al cuerpo a retener más de la serotonina que produce naturalmente y se ha descubierto que son eficaces en el tratamiento de los casos de TOC que suelen tener niveles significativamente más bajos de serotonina de lo que se considera normal.

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El Dr. Eric Davis, un psicólogo y experto en TOC, cree que, a pesar de que hay una "tendencia" genética a tener un TOC, en su experiencia, el "factor principal es ambiental". En pocas palabras, declara que el trastorno obsesivo-compulsivo es un modo de "tratar de hacer frente a la ansiedad y comunicar el estrés intentando controlar las cosas. Es sentirse fuera de control e intentar rectificar estos sentimientos".

El doctor Davis me habló de su experiencia en el tratamiento de varios miembros de la misma familia que tenían TOC y me dijo que, en algunos casos, los factores familiares podían empeorar la enfermedad. Un ejemplo sería cuando una persona con TOC empieza a exigir que otros miembros de la familia lleven a cabo una conducta habilitante en su nombre. Esto es exactamente lo que tenía que hacer cuando era un niño, así que fue interesante escuchar al doctor Davis identificarlo como algo que hace que la enfermedad empeore.

El doctor Davis cree que la mejor manera de ayudar a las familias que están luchando con este trastorno es a través de intervenciones clínicas familiares. Todos los expertos con los que hablé también estuvieron de acuerdo en que era necesario disponer de una financiación adicional para ayudar a dar soporte a las familias, especialmente a los hijos de las personas que sufren este tipo de trastorno. Sam Challis, un representante de Mind, me dijo que "es necesario que las personas con TOC que tienen hijos reciban la ayuda de un especialista. Por ejemplo, que reciban formación sobre cómo minimizar aspectos de su comportamiento para que no les transmitan rasgos compulsivos a sus hijos".

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Lamentablemente, con la falta de financiación crónica para la salud mental del Servicio Nacional de Salud Británico, las posibilidades de conseguir ayuda de un especialista en un plazo de tiempo razonable son las mismas que las de ver a mi madre en la playa.

También podríamos hacer algún progreso si dejamos de presentar a las personas que tienen trastorno obsesivo-compulsivo como personas que deben tener todos sus lápices afilados, o son muy ordenados. Estoy harto de que la gente diga que "tienen TOC" por tener sus tenis blancos relucientes o cuando me explican por qué tienen que poner en orden alfabético su colección de vinilos. El Profesor Nestadt está de acuerdo y añade: "Nadie sabía lo que era un trastorno obsesivo-compulsivo hasta que Hollywood empezó a mostrarlo en películas y programas de televisión, pero incluso ahora la gente todavía no entiende muy bien lo que es".

Tener un trastorno obsesivo-compulsivo significa estar tan enfermo que no puedes darle a tu hija un abrazo el día de su cumpleaños porque temes que se haya ensuciado. Challis, añade, "el trastorno obsesivo-compulsivo es un problema de salud muy grave quenecesita una financiación y un apoyo exclusivos". Debido a mi experiencia familiar, sabía esto mejor que nadie, así que obtuve ayuda mucho más rápido de lo que hubiera podido conseguir una persona "normal". Por consiguiente, estoy llevando este trastorno bastante bien.

Pero realmente, mientras escribía este artículo y durante todo mi tratamiento, me he dado cuenta de que lo importante no es saber cómo o de quién sacaste ese trastorno obsesivo compulsivo. Obtener confirmación de los expertos que mi TOC no era necesariamente culpa de mi madre me hizo sentir mal por haberla culpado toda la vida, y yo sé que ella también se siente culpable por no habernos dado lo que ella cree que debe ser una infancia normal, lo que realmente es una tontería.

No puedes "culpar" a alguien por tener un trastorno mental, aunque sea desesperante no reírse cuando tu madre trata de cerrar la puerta de un coche con los pies porque no quiere tocar la manilla, como tampoco puedes culpar a alguien por tener rinitis alérgica o psoriasis. Porque sentirse culpable de algo es ser responsable de ello, y tener un trastorno obsesivo-compulsivo no es culpa de nadie. Es una enfermedad, que suele ser totalmente debilitante. Pero, fundamentalmente, con la ayuda adecuada, aunque tengas miedo a la arena, como mi madre, es un trastorno que se puede tratar.

@thedalstonyears