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La pura puntita

Dos veces intro. En la carretera con Patti Smith

Sexto Piso trae las imágenes de una de nuestras poetas y cantantes favoritas en su segundo aire de su carrera.

Traemos adelantos de los libros que te van a ensartar en las mesas de novedades.

Luego de la muerte de su esposo, Patti Smith volvió al escenario y a esos largos viajes acompañada de sus músicos e hijos. Este libro es el registro que el fotógrafo Michael Stipe hizo de estos recorridos. Además de sus fotografías hay textos de William S. Burroughs, Oliver Ray, Thurston Moore y Patti Smith, entre otros. Este libro fue publicado por Sexto Piso. ¡Gracias, chicos!

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Prefacio (Por Patti Smith)

Al abrir este libro se me vienen a la mente dos hombres cuyas imágenes no aparecen en su interior. El primero es mi difunto marido, Fred Sonic Smith. En 1979 me retiré de la escena pública para dedicarle mi vida a él, a nuestros hijos y a nuestro trabajo. Pero su temprana muerte en noviembre de 1994 me obligó a dejar Detroit y a volver a Nueva York. El segundo hombre invisible es Bob Dylan. Se enteró de mi difícil situación y me invitó a ir de gira con él. Me infundió ánimos, asegurándome que la gente acogería mi regreso con los brazos abiertos. Bod Dylan es un hombre muy reservado, al que igual que lo era Fred, y aunque a menudo se encontraba en nuestra presencia, Michael nunca le hizo una foto.

Conocí a Michael Stipe en Michigan, en 1995. Me había llamado el 14 de febrero desde Barcelona, España. No lo conocía, pero consciente de la muerte de mi esposo y adivinando mi soledad, llamó para desearme un feliz día de San Valentín. Esa fue la primera vez que hablamos y la última que sería un extraño.

Algún tiempo después, en respuesta a Bob, reuní a los amigos que me habían ayudado a escribir, grabar y producir Gone Again, un álbum en homenaje a Fred. Nuestra heterogénea banda incluía a Lenny Kaye, Jay Dee Daugherty, Tony Shanahan, Oliver Ray y Tom Verlaine. A ella se unieron mis hijos y Michael, nuestro amigo y protector. Emprendimos el viaje por la Costa Este para nuestra gira. Michael nos hacía quesadillas en el autobús, en un microondas, y calmaba mis temores sobre volver a  cantar.

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Algunas de las cosas que recuerdo de ese periodo incluyen domar un nuevo par de Doc Martens. Un coche salchicha de Oscar Mayer Wiener que apareció milagrosamente en el Holland Tunnel. Los poemas y polaroids de Oliver Ray. El vestido color azafrán que Michael me compró, colgando en una percha en el vestuario de un gimnasio de Connecticut. Todos nosotros pasando el día viendo las esculturas de Brancusi, en el Museo de Arte de Filadelfia, y siendo reprendidos por tocarlas. Recuerdo la cálida camaradería de la banda. Recuerdo a Bob deteniéndose en su camino al escenario para hablar con mi hijo y con mi hija. Y recuerdo interpretar “Dark Eyes” con él, cantando tan cerca que un rosario de sudor, deslizándose sobre nuestras frentes, se unía mientras cantábamos.

Me siento agradecida por tener estas imágenes que reviven un periodo tan inocente y agridulce. Tras 16 años de ausencia, Michael documentó mis primeros pasos de regreso y así, mi segunda presentación a la vida pública.

Abril de 2011

Por cierto, si ya te cansaste de mirar esa mancha en la pared de tu cuarto, puedes ir a las presentaciones de dos libros de Sexto Piso, en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, aquí te dejamos las invitaciones.

¿Quieres más adelantos? Ve a nuestra columna La pura puntita.