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Noisey

Conoce a Wendy Carlos, la madrina transgénero de la música electrónica

En 1971, Carlos compuso y grabó la música para la banda sonora de 'La naranja mecánica' y más adelante interpretó las bandas sonoras de 'El resplandor' y la música original de 'Tron'.

Este artículo apareció originalmente en THUMP, nuestra plataforma de música electrónica

En 1968, Wendy Carlos cogió un sintetizador Moog, un instrumento desconocido en esa época, y rehízo electrónicamente los seis «Conciertos de Brandenburgo» de Johann Sebastian Bach para crear « Switched on Bach», el primer álbum de música clásica que alcanzó disco de platino por sus ventas. El disco se convirtió en el álbum de electrónica más influyente de su tiempo, difuminando los limites entre la música clásica y la de sintetizador. Con ello consiguió tres premios Grammy y le envió al mundo el mensaje de que un sintetizador también era un instrumento musical y no solo una máquina siniestra usada por profesores en laboratorios para hacer extraños sonidos robóticos.

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"Las primeras instrumentalizaciones electrónicas no te permitían hacer un sample de cada nota instrumental para luego realizar los arreglos. Era más una especie de arte. Tenías que tomar un sample de cada sentido que una nota podía tomar, de todas sus expresiones, todas sus velocidades y después tratar de crear una obra a partir de esas piezas". Carlos habla de sus primeros procesos creativos en una entrevista con Frank J. Oteri en 2007.

Carlos nació en el seno de una familia obrera en Pawtucket y comenzó a tomar clases de piano a los seis años. Estudió música y física en la Universidad de Brown y composición musical con los pioneros Otto Luening y Vladimir Ussachevsky en el Centro de Música Electrónica de Princeton-Columbia, el primer centro de música electrónica de los Estados Unidos. Comenzó a trabajar como editora de cintas en Gotham Recording y trabó amistad con Robert Moog, el inventor del sintetizador Moog, convirtiéndose en su primer cliente.

A lo largo de los años, Carlos influenció a Moog y lo ayudó a refinar sus sintetizadores, convenciéndolo de añadir sensibilidad al tacto al teclado para una mayor musicalidad y mejores dinámicas. «Wendy ha construido sonidos líricos que nadie había oído salir de un sintetizador digital anteriormente», comenta Moog en una entrevista con la revista People en 1985. "Nadie está a su altura."

En 1971, Carlos compuso y grabó la música para la banda sonora de La naranja mecánica, de Kubrick, que incluía su reinterpretación de la Symphonie Fantastique de Berlioz, usada durante la escena inicial. Más adelante, interpretó las bandas sonoras de El resplandor y la música original de Tron, que incorporaba orquesta, coros, órganos y sintetizadores analógicos y digitales.

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Carlos nació biológicamente como hombre (Walter Carlos), y comenzó su transición en 1968, pero continúo presentándose públicamente como hombre durante una década más. Finalmente, se presentó como mujer transgénero en una entrevista para Playboy en 1979, eligiendo esa revista porque «ellos siempre han mostrado interés por la liberación y yo estaba ansiosa por liberarme».

«El público se mostró sorprendentemente tolerante, o quizá indiferente», comentó posteriormente. De hecho, a nadie pareció importarle demasiado y a partir de ahí, su trayectoria siguió en ascenso. «Esta farsa nunca tuvo que haber sucedido. Han sido muchísimos años de mi vida desperdiciados», declaró una vez respecto a su etapa como hombre.

Algunos años después, publicó Digital Moonscapes, quizá uno de sus trabajos más influyentes, en el que explora las posibilidades de una orquesta digital por primera vez. Carlos pasó de lo analógico (una seña de identidad que caracterizaba sus primeros álbumes) a lo digital, sampleó The Royal Albert Hall Organ e incorporó algo de material de Tron que nunca se había usado. El disco, inspirado en las lunas más grandes del sistema solar, navega por un plano esotérico y arcano digno del viaje más alucinante bajo los efectos de un ácido.

A lo largo de su trayectoria, Carlos destacó por su reticencia a ser en el centro de atención y las entrevistas que ha concedido son pocas y espaciadas. Hoy, la artista de 75 años vive una vida tranquila en Nueva York. En su última entrevista conocida, en 2007, con Frank J. Oteri, Carlos habló sobre el estado de la música actual.

«Es muy trágico que las cajas de ritmos hayan remplazado a los baterías de carne y hueso. Su presencia es tan abrumadora que quienes las escuchan ya se han resignado al concepto de un ritmo rígido, fascista, como el repiqueteo de un martillo en una fábrica. Hace poco cerraron su club de jazz en Berlín, tras varios años de éxito arrollador, pero él asegura que lo abandonó porque el jazz de hoy en día no tiene gancho. El ritmo cuantizado es rígido y mecánico. Nos estamos convirtiendo en robots y eso es horrible».

Date una vuelta por el increíble sitio retro HTML de Wendy para conocer mejor su trabajo, sus fotos de eclipses solares y sus gatos.

Natasha está en Twitter.