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Haití tiene que agradecerle a las Naciones Unidas su epidemia de cólera

Como siempre, los cascos azules son unos pendejos que además de permitir que sucedan masacres, cagan y orinan en ríos de donde beben las personas.

Los años recientes no han sido los mejores para las misiones de paz de las Naciones Unidas. De hecho, no han sido pocos los intentos de llevar paz a las áreas que han terminado en fracaso absoluto, por ejemplo: la incapacidad para acabar con el terrible genocidio ruandés que cobró al menos 800 mil vidas, la interferencia abortada en Somalia que produjo la infame Batalla de Mogadishu y la intervención inútil en curso en la República Democrática del Congo.

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Lo que pasa con todos esos ejemplos, sin embargo, es que si bien la participación de la ONU no hizo mucho para ayudar, tampoco se dio cuenta de que causaba una epidemia mortal de cóleraalgo que supongo, tendría que controlar para seguir ofreciendo ayuda humanitaria.

Eso, tristemente, es lo que ocurrió en Haití después de que supuestamente, las fuerzas de paz de Nepal, que participaron en una misión bajo el mandato de la ONU en 2010, defecaron y orinaron en el río Artibonite desde su base en Mirabelais, mientras las letrinas filtraban aguas negras en el afluente que los haitianos bebieron.

Desde entonces, la enfermedad ha cobrado cerca de ocho mil vidas y ha infectado aproximadamente a 640 mil personas y no muestra signos de desaceleración. De hecho, el Instituto para la Justicia y Democracia en Haití pronosticó que mil personas morirán al año hasta que la enfermedad sea erradicada. Aunque el primer nepalí negó la acusación, fue bastante difícil refutar los resultados de laboratorio cuando se concluyó la cepa de cólera de Haití es una forma típica que se encuentra en el sur de Asia. Por no hablar de que, antes del estallido de 2010, no había habido un solo caso de la enfermedad infecciosa en Haití en cien años.

En caso de que hayas pensado que la ONU no podría estropear esto aún más, esta organización hizo la honrosa afirmación de inmunidad legal por el fiasco, librándola de toda responsabilidad de compensar la creciente lista de víctimas. La ONU ha citado audazmente el artículo 29 de la Convención sobre los Privilegios e Inmunidades de las Naciones Unidas, que extiende inmunidad legal a cualquier trabajador de la ONU en su capacidad oficial.

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Aquella negación, emitida por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, a finales de febrero, realmente encubre por diez años la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (MINUSTAH, por sus siglas en francés), la cual ha tenido tropas acusadas de crímenes de largo alcance como violación de niñas, prostitución infantil, asesinato de civiles y no detener una masacre en prisión. Así que mientras la ONU flota apáticamente sobre la ley, otras organizaciones han tenido que viajar a Haití para luchar contra la epidemia de cólera, destaca en esto, Doctores Sin Fronteras (MSF).

Mapa de la presencia de la ONU en Haití

“La ONU lanzó una apelación el pasado diciembre de 2012 para elevar a más de dos mil millones de dólares un plan de financiamiento de diez años contra la cólera”, dijo Duncan McLean, el Gerente del Programa de MSF para Haití, en un comunicado. “Enfocado en medidas preventivas en agua y saneamiento así como vacunación, esta iniciativa parece considerar al cólera como un tema de desarrollo para ser resuelto en el año 2022, extendiendo un tranquilizador mensaje que describe la situación bajo control, cuando es claro que no”.

El plan de la ONU sólo se basa en al amortiguamiento de una iniciativa nebulosa a realizarse en diez años que no se ha financiado aún. Mientras tanto, muchos de los enfermos se están muriendo porque no tienen acceso a un tratamiento adecuado.

De acuerdo con McLean, la situación no está mejorado lo suficientemente rápido. En un país donde el 80 por ciento de la población vive con más o menos £1.30 al día (unos 24.50 pesos mexicanos), no es difícil de imaginar la forma abismal en que las facilidades médicas deben ser: insuficientemente equipadas, sin ejecución estricta de las precauciones de higiene básica y muchos otros casos donde el equipo del hospital no ha recibido mantenimiento por meses. Además, McLean asegura que a veces dos enfermeras atienden a 50 pacientes.

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“Si la inmunidad diplomática protege a las Naciones Unidas en un nivel legal, permanece una responsabilidad moral para financiar los cuidados médicos a las víctimas, medidas de prevención y la eliminación a largo plazo de la enfermedad”, apuntó McLean.

Daños del terremoto en Puerto Príncipe, foto por Marco Dormino

El comportamiento de la ONU es normal para el curso de un país donde las entidades occidentales recientemente han husmeado por cualquier riqueza que pueda ofrecer esa nación con problemas. Allá por 2012, compañías de minería pululaban en las provincias del norte de Haití en una aparente fiebre del oro, al igual que el gobierno (apuntalado con la ayuda exterior), promovió al país como un lugar abierto a los negocios. Digamos que es el típico "país en desarrollo explotado por Occidente", de hecho y ha habido acusaciones de soborno de políticos nativos por corporaciones a cambio de los recursos de Haití.

En un discurso pronunciado en noviembre de 2012, Julian Fantino, el líder de la desaparecida agencia de ayuda federal canadiense CIDA (que fue desechada polémicamente la semana pasada) sugirió que los grupos de ayuda humanitaria deben aliarse con las compañías de minería y extracción para lograr el desarrollo de los objetivos. Los críticos anunciaron latendencia inquietante como una politización de dinero de ayuda en Haití, que hace avanzar los intereses comerciales de un país ya vulnerable, especialmente cuando las empresas extractoras canadienses, como Montreal St. Genevieve Resources, ya son grandes jugadores allí. En cuanto a la actual misión de la ONU, que inició en respuesta a la caída del presidente Aristide en 2004 (algunos alegan que fue orquestado por Canadá y otras naciones), ha sido un episodio de pesadilla en la intervención extranjera.

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“Unos años antes de mi llegada [a Haití], algunos empleados de la ONU en Juba, en Sudán del Sur, fueron acusados de acoso sexual a niños de la región, pero no se presentaron cargos, ni ocurrió ninguna investigación significativa que yo sepa", dijo un soldado de un país en la OTAN con experiencia por parte ONU en Haití. Esta persona deseó permanecer en el anonimato porque no está autorizado a hablar con los medios.

Foto cortesía de Doctores Sin Fronteras

“Decir que esto crea un conflicto considerable entre la población local y la organización […] es quedarse corto un poco”.

El problema real frente a la misión en Haití y otros despliegues similares de la ONU, de acuerdo con el soldado, son una grave disparidad de calidad entre los militares que suministran tropas como fuerzas de paz. Dado el hecho de que muchas naciones contribuyentes son países en desarrollo que carecen de capacitación o equipo moderno para los soldados, se puede esperar que eso no va a mantener los mismos estándares militares que, por ejemplo, Gran Bretaña o Australia, países con presupuestos de defensa de miles de millones de libras.

El soldado considera que es por esa razón que los países desarrollados buscan mantenerse alejados de las misiones de paz: hay ineficiencias operativas y el temor de los medios de comunicación cuando los ejércitos inferiores que están agrupados con ellos cometan errores potencialmente tóxicos. “Estados Unidos nunca va a permitir a sus oficiales y tropas estar bajo el comando de alguien que podría haber comprado muy bien su misión o compartir el mismo campamento con una milicia que ha sido infiltrada por la mafia rusa”, dice.

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“Ellos saben muy en el fondo que si algo de interés periodístico sucede, entonces tendrán la culpa”.

Foto cortesía de Doctores sin Fronteras

Mientras hablaba con el contingente nepalés, el soldado dijo que se encontró a dos de sus oficiales, ambos entrenados en Sandhurst quienes eran, en sus palabras, “profesionales consumados”. Él no advirtió nada que pudiera exhibir las hazañas de las fuerzas de paz nepaleses, pero sí dijo que cuando un país como Nepal despliega un batallón a un territorio extranjero, ellos deben estar haciendo sus debidas diligencias, que al parecer eran para incluir exámenes amplios de salud de cada soldado.

Con la problemática misión de la ONU aún en curso, en la próxima estación de lluvias es seguro que más haitianos morirán y que aumente la cólera.

Sigue a Ben en Twitter: @BMakuch

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