Un ejército de 600 polis desaloja el colegio mayor okupado de Madrid

Se calcula que más de 1.000 efectivos se encargarán de mantener la seguridad este sábado durante el enfrentamiento entre Madrid y Barça, un clásico considerado "de alto riesgo". ¿Os parece mucho? ¿Un poco despliegue del ejército? Vale, pues esta misma mañana, más de 600 policías nacionales entraron en el Colegio Mayor San Juan Evangelista ("Johnny") para despertar a los okupas que habitan en su interior desde el verano de 2014 y decirles que por favor se fueran de una vez a la puta calle. Ni los propios habitantes del edificio abandonado, ni los vecinos, ni los estudiantes que residen en la zona, daban crédito. Un operativo policial impresionante, en el que intervinieron agentes de la UIP, helicópteros, unidades caninas, UPR, grupos de operaciones de intervención técnica y técnicos de extranjería.

Nuestro fotógrafo, aun acostumbrado a cubrir incidentes como los del pasado año en Kiev, asegura haber vivido hoy momentos de bastante tensión. Los agentes le pidieron en varias ocasiones la documentación y le presionaron para abandonar el lugar, mientras un hombre de 72 años denunciaba haber sido sacado con violencia de su cama y el resto de desalojados (más de trescientos) protestaban por no poder acceder al inmueble a por sus pertenencias. El dispositivo se encargó de cortarles el agua y la luz para posteriormente proceder al desalojo y, frente a los numerosos furgones policiales que les esperaban fuera, no dispusieron ninguna ambulancia en el exterior porque el Samur Social no fue avisado para atender a la gente.

De lo que se ha encontrado en el interior sorprende por un lado la gran cantidad de 'inquilinos' de diferente pelaje y condición, muchos de ellos sin papeles, pero también un alijo de bicis robadas de BiciMad (el servicio público municipal de bicicletas eléctricas que viene sufriendo hurtos desde su puesta en marcha), además de droga para consumo propio y animales. Hay ya unos 80 detenidos, cuatro de ellos reclamados por la Justicia, pero la mayoría por la ley de Extranjería. Las instalaciones, que han sufrido numerosos desperfectos durante su okupación e incluso recibieron la visita de los bomberos para reparar una fuga de gas, se parecen más a un bloque de 'Hamsterdam' en la serie The Wire que a lo que conocemos como centro social okupado.

VICE accedió en abril al corazón del Johnny de la mano de León, un cocinero de 34 años que pretendía "recuperar la vida cultural de este lugar que en los setenta era revolucionario pese a Franco, y crear un centro social de puertas abiertas en el que jóvenes que estudian una carrera y proceden de familias con pocos recursos puedan alojarse". Por aquel entonces, aunque reconocía que había "una planta que parece África", tan solo había 250 okupas y entre todos trataban de hacer turnos de vigilancia para evitar que entrasen menores o individuos conflictivos. Por lo visto hoy en el Johnny parece claro que se truncaron los planes de este veterano del movimiento de okupación empeñado en "no hacer un gueto y que quede claro que no somos rastas guarros o punkis sino una plataforma que se mueve por el sentido común y no quiere altercados ni trapicheos".