Mi visita a un centro comercial porno (de siete plantas) en Tokio

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Sexo

Mi visita a un centro comercial porno (de siete plantas) en Tokio

Pollas de medio metro, culos portátiles y muchas actrices en el límite de edad legal. En este supermercado los japoneses compran sus fantasías.

Hace un par de semanas viajé a Corea y Japón para visitar a la familia de la novia de mi hermano, Chijyun, que es de Seúl, y de paso conocer un poco de los dos países. Su familia nos había visitado el año pasado por lo que pensamos que era una buena idea ir a su país. El asunto familiar lo dejamos para la última parte y nos fuimos para Japón de cabeza. Por lo visto, la sociedad japonesa vive según dos códigos éticos de conducta que explican la curiosa forma de ser que tanto nos fascina de ellos. Estos son el Tatemae y el Honne.

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Tatemae (建前): Significa literalmente fachada y se refiere a las conductas y emociones que uno expresa en público. Éstas pueden tener que ver o no con las realmente sentidas.

Honne (本音): Se refiere a los sentimientos reales de una persona y suelen diferir de los expresados socialmente.

Mi hermano me habló de un centro comercial porno de siete plantas en Tokio. Cuando supe de él la intriga me llamó y quise ir. Allí vi de todo. A medida que subía de planta la cosa se complicaba y todo iba siendo más extraño e ilegal, hasta llegar a la séptima donde la oferta era bastante increíble. Al entrar, lo primero que vi fue a una adorable dependienta japonesa que nos saludó de una forma bastante kawai mientras veíamos un par de conjuntos de lencería sexy y poco más. Esto bajó mis porno-expectativas de manera drástica, hasta llegar a pensar que se trataba solamente de un centro comercial de lencería de mujer. Al fondo había unas escaleras que daban a la primera planta y le dije a mi hermano que quería subir, así que avisó a su novia y fuimos para allá. La aventura comenzaba.

1ª planta: Un pene gigante me recibe.

Por suerte, o por desgracia, ya no había más vestidos monos. Lo primero que vi fue una polla-consolador de medio metro que indicaba la entrada, y a un señor muy turbio que vigilaba la planta, al que no le gustó ver mi cara occidental y menos la cámara que llevaba colgando. Una colección brutal de porno anime y juguetes de distinta índole llenaban el local. Era el paraíso de cualquier adicto a la pornografía. Hasta podías probar los juguetes, eso me pareció divertido la verdad, no sabía que vibraban tanto algunos. Era como el Santo Grial del porno, lo tenías todo allí: pelis, series, libros, consoladores, muñecas… Todo con ese toque japonés-Kawai-lolita-turbio. Logré sacar fotos sin levantar mucha sospecha. Así que, contento con lo conseguido, subí a la segunda planta.

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2ª planta: Empezamos.

Aquí ya puedes encontrar todo lo que necesites para montarte la orgía perfecta. Cientos de dildos, consoladores masculinos o trajes de colegiala, todo adornado con un perturbador toque teen, que realmente vestía casi todo el centro comercial. El ideal de belleza japonés es el rollo lolita, entonces lo que hacen en el porno es llevarlo a los extremos. A veces rozando lo ilegal, o directamente ilegal.

3ª planta: Problemas con las fotos.

Desde la primera planta no parecía hacerles mucha gracia a los dependientes. El señor que vigilaba subió hasta la tercera para avisar de que estaba sacando fotos a las cosas. En ese momento, vino el dependiente y la cara con la que me miró fue de "no se sacan más fotos y punto". La cosa ya se ponía seria y los dependientes de la tienda estaban al tanto de mí. Los consoladores ya empiezan a adoptar formas no fálicas y el porno empieza a ser casi el 90% estrictamente manga (y sí, esto lo complica más que suavizarlo). Era tan bizarro que escapaba de cualquier lógica occidental o de cualquier percepción de sexo kinki europeo. De verdad, imaginaos algo realmente obsceno… ¿Ya os lo habéis imaginado? Bien, pues aquí hay de eso pero con pulpos de por medio.

4ª y 5ª planta: Gente viendo porno.

Ya nada tenía sentido: culos portátiles, consoladores imposibles, vídeos de sexo entre criaturas raras… Por no hablar de que cada vez que subías una planta, la edad de las actrices iba bajando drásticamente. Ya me empezaba a dar un poco más de palo caminar por esos pasillos tan turbios. Hasta que vi algo que me alegró el día: cuatro japoneses tan panchos viendo un vídeo porno en una televisión colgada en el techo mientras hablaban entre ellos. Parecían estar en su salsa.

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6ª planta: Problemas.

En Japón la gente es muy respetuosa con este tipo de cosas y si les dicen que no hagan fotos nadie lo hace, así que creo que estaban flipando conmigo, pero cada vez que daba un paso encontraba mil cosas flipantes que fotografiar. Saqué un par de fotos a unos DVDs bastante locos de dos niñas casi desnudas. En ese momento, llega un dependiente y me agarra del brazo mientras me empieza a gritar lo que luego comprendería que es: "O borras eso o estás en un problema". Entonces, le digo a mi hermano:

- Buah, ¿qué hago?

- Creo que dice que las borres, hazle caso y bórralas.

- Pero… no las quiero borrar, ¿en serio tengo que hacerlo?

(Mirando a mi hermano mientras intento hablar bajo para que el dependiente no me escuche, luego caigo en la cuenta de que el tío es japonés y además habla japonés).

- Que sí, que las borres. (Mi hermano no quería problemas en ese momento, y estaba un poco enfadado conmigo).

Tras analizar la situación, me doy cuenta de que había sacado dos fotos iguales, así que borre una en su cara y me quedé con la otra.

7ª Planta: Prohibido chicas.

Jihyun, la novia de mi hermano no pudo pasar al ver indignada el cartel de "chicas no", lo cierto es que los extranjeros tampoco, pero curiosamente logramos entrar. Esto era serio de verdad. Muchas modelos no cumplían la mayoría de edad. Las muñecas consolador que vi en una cristalera casi me dejan loco. En serio, ¿quién compra esto? Las cosas aquí eran directamente ilegales.

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Los japoneses han estado siempre reprimidos por su estricto modelo social. Esto es debido al Tatemae y la necesidad de mostrar siempre una cara de cordialidad y armonía. ¿Qué pasa si siempre nos comportamos de una forma tan rígida y forzada? Que se busca una vía de escape y en muchas ocasiones es la pornografía. Japón es de los países con más población adulta virgen del mundo, y esto es debido a la timidez que ellos poseen y que imposibilita en muchas ocasiones mantener contacto físico con una mujer. En cierto modo entiendo que este tipo de comercios existan, pero para comprenderlo es necesario echar un vistazo a quien lo compra. ¿Tendría sentido este centro comercial en España? ¿O en Alemania? Yo creo que no.

Cuando a un niño, a un adulto o a una sociedad se le priva de algo, lo más probable es que desarrolle una especial curiosidad por aquello que se le ha sido vetado. Por eso, creo que la sociedad japonesa es una sociedad de contrastes extremos. Estar en Japón me ha descubierto hasta dónde podemos llegar como ser humano, es decir, hasta dónde pueden alcanzar nuestros gustos o nuestra forma de comportarnos en sociedad. Creo que si cogiéramos sólo lo bueno de ellos, sería un gran avance para nosotros.