En noviembre de 2014 viajé a una escuela mixta de formación de guardaespaldas, a las afueras de Pekín, para grabar un documental sobre las mujeres que ejercen esta profesión, conocidas por su elegancia y su discreción.La figura del guardaespaldas personal es un símbolo de estatus en China, y tener una mujer como guardaespaldas es el súmmum de la clase. Estuvimos seis semanas grabando en China, y cada vez que hacía una entrevista, mi anfitrión me hacía un regalo de alguna clase.Casi siempre eran chorraditas, como figuras o placas, pero en el centro de formación de miembros de seguridad de élite Yun Hai, uno de los fundadores, Xin Yang, me obsequió con un arma disimulada con forma de bolígrafo.Me explicó que cuando retiras la parte de arriba, hace las veces de bolígrafo, pero en el otro extremo (donde se supone que debería estar la punta del bolígrafo) hay una punta muy afilada y casi imperceptible que se puede clavar en puntos estratégicos de tu agresor, como la mano, la muñeca o la garganta.El arma / bolígrafo está fabricada con materiales no detectables por un detector de metales, por lo que te la puedes llevar a todas partes, como Xin asegura que hace. Pese a su aspecto, el arma funciona perfectamente como bolígrafo y, de hecho, muchas de las piezas de mi equipo de cámara parecen más peligrosas que este bolígrafo. Conseguí pasarlo llevándolo en el equipaje facturado.
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