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Cultură

'Fuera de la ley': una historia del crimen y la marginalidad en España

La Felguera publica "Fuera de la Ley. Los Bajos Fondos en España (1900-1923)" un catálogo de personajes marginales de la Historia a los que ya era hora de hacer justicia.

La Felguera, como ellos mismos reconocen, es un equipo editorial al que le gusta mucho descender hasta ese punto en el que se encuentran agazapados (casi durmiendo) diferentes fenómenos subterráneos y contraculturales del siglo XX.

Como ejemplo, bien valen los Apaches de París, los radicales Motherfuckers de las calles Nueva York, los jinetes forajidos negros (a caballo o en moto) que recorrieron EE. UU. durante muchos años… Hasta ahora, todos sus acercamientos a los márgenes de la ley habían sido a nivel internacional, pero esta vez han decidido mirar hacia dentro de nuestras fronteras, ya que nosotros también tenemos una tradición y una historia muy rica en este tipo de submundos violentos y apasionantes. Su arranque en investigación más patria ha sido la obra que están a punto de publicar: Fuera de la Ley. Los Bajos Fondos en España (1900-1923).

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"Era algo pendiente que teníamos pensado hacer y ahora ha llegado el momento de mostrar algo que es realmente insólito, un país que contó con un universo fascinante y en el que, en una determinada época (finales del siglo XIX y comienzos del XX), hubo apaches junto a hampones en el barrio chino de Barcelona, cabarés que eran el refugio de pistoleros y bandas de atracadores. Realmente es un universo poco conocido y alucinante, que en nuestro caso surge a partir de algo tan increíble como constatar que en 1934 cayó en Andalucía el legendario Pasos Largos, el último bandolero. O que mientras se quemaba media Barcelona en los sucesos de la Semana Trágica, hubiera bandas que se vestían con mallas negras, imitaban a Fantômas y usaban cloroformo. Los llamaron "ratas de hotel", apunta Servando Rocha, uno de los agentes provocadoresque integra La Feleguera.

No quiere dejarse nada por el camino. "Hay más: sirleros, dronistas, espadistas, trogloditas, enterradores… Todos ellos son denominaciones de tipos de delincuentes de la época. ¿Alguien conoce algo de esto? Por eso era necesario contar esa otra historia de España". Le pedimos a Servando que arroje luz sobre esta oscuridad que persigue a ladrones, hampones, asesinos, bandoleros y otras gentes de (muy) mal vivir, pero sobre las que es muy gratificante leer. Antes de comenzar las respuestas, encontramos la solución a un enigma. ¿Por qué esta pasión por los bajos fondos españoles? "Casi el culpable del proyecto fue Pío Baroja, a quien tanto admiramos. En La Busca, retrató como nadie el ambiente de la golfería en el viejo Madrid". Nos apasiona el libro de Baroja, así que ya somos fans también de éste.

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MACARRAS QUE MARCARON TODA UNA ÉPOCA

Todas las fotografías cortesía de La Felguera Editores

Antonio Llucía (alias Mario Pickman): Fue uno de los mayores estafadores de este país. Vivió a todo tren, creando sociedades comerciales y estafando en muchos países. Era un maestro del engaño y se llegó a hacer pasar (lo logró) por primo del mismísimo rey de España. Se fugó de la cárcel y del manicomio. Era todo un caballero. Entre sus víctimas había muchas viudas adineradas a las que cortejaba. Después de desvalijar a una de ellas, desapareció para siempre pero antes dejó una nota que decía: "Idolatrada esposa: dado mi temperamento febril y especial manera de ser, advierto ahora que la vida vulgar del matrimonio no se ha hecho para mí. Por eso, parto para lejanas tierras, en busca de nuevas emociones y diversiones frívolas. Como recuerdo grato de nuestra corta unión, adjunto te envío las papeletas de empeño de tus más caras joyas. Resígnate, pues, y que Dios te proteja, doña Inés del alma mía".

El barón Koenning: En 1918, después de viajar por medio mundo haciéndose pasar por el representante del casino de Montecarlo, llegó a Barcelona, hizo buenas migas con las autoridades y se ofreció para crear un grupo terrorista que reclutó entre los miembros del hampa local. Decía ser un barón alemán, cosa que era mentira. Durante mucho tiempo asesinó a decenas de anarquistas, muy activos entonces. Llamó al grupo La Banda Negra y, al cabo de un tiempo, su nivel de salvajismo fue tal que sus propios jefes tuvieron que pararle los pies. Los anarquistas, por su parte, crearon grupos de autodefensa armada y liquidaron a alguno de sus compinches. Su rastro se pierde en los años de la Segunda Guerra Mundial. Al parecer, se ofreció al mejor postor y siguió asesinando y espiando.

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El inspector Ramón Fernández-Luna: Nuestro Sherlock Holmes particular. Tras el asesinato de Canalejas, se crearon ocho brigadas policiales. Una de ellas fue la Brigada de Investigación Criminal, dirigida por él, que se convirtió en el auténtico azote de los delincuentes internacionales y estrella del cuerpo policial. Fernández-Luna atrapó a importantes delincuentes y acabo con organizaciones criminales, aunque su vida no estuvo exenta de polémica. La Brigada de Investigación Criminal de Madrid, con pocos recursos de dinero y hombres, se enfrentó a un sinfín de casos sin resolver, de gran complejidad para la época y, poco a poco, comenzó a ganar fama de imbatible investigador y de intrépido. No le hacía reparos a bajar a la calle y disfrazarse de mendigo o apache, para lograr información de primera mano. Entre otros, detuvo al Fantômas español, otro gran personaje que para ganar dinero llegó a aprovechar su fama y se hizo enterrar vivo en Barcelona en un multitudinario espectáculo.

ASÍ SE RETRATABA A LOS CRIMINALES

Este libro es una complejísima obra de edición. Son casi seiscientas páginas, resultado de pasarnos horas y horas, durante más de un año, consultando archivos, sobre todo en la Biblioteca Nacional. Trabajamos con decenas de revistas de casi un siglo, leímos manuales de Criminología, leímos obras sobre los bajos fondos y el hampa, preguntamos a muchos amigos que saben más que nosotros y, en el camino, dimos con increíbles hallazgos, como el de un voluminoso cuaderno de fichas policiales anteriores a la introducción de la huella dactilar, por lo que los presos son reseñados con sus alias y con referencias escritas como las de "Anarquista, muy anarquista", "gitano y, como todos los de su raza, de poco fiar" o "Blasfemo. Se ríe de todo", junto a sus tatuajes, dibujados a mano alzada.

EL LADRÓN QUE INSPIRÓ A FANTOMAS

Fue el mítico Eduardo Arcos Puch, en quien se inspiró el famoso Fantômas. Fue detenido en Madrid y solía viajar con una calavera que aseguraba pertenecía a su difunta esposa. Su persecución y artimañas para escapar son legendarias. Lo llamaban el Rey de los ladrones. Era escurridizo, sumamente astuto y listo. Apenas se sabía nada de él. Tenía decenas de órdenes de búsqueda y captura, desde Nueva York, París o Londres. La lista era interminable. Utilizaba numerosas identidades falsas: se había presentado como escultor bohemio, piloto acrobático o marqués, pero también bajo nombres falsos.

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LA INVASIÓN DE LOS APACHES FRANCESES

Justo cuando a comienzos del siglo XX se desata en París el pánico antiapache, en España sucede algo parecido. Al principio pensamos que se trataría de una exageración, puro amarillismo de la prensa de la época, pero dimos con decenas de noticias de atracos, peleas, detenciones de tipos tatuados, muchos de ellos franceses que escapaban de la presión policial, hasta el punto de que la policía vivió en alerta permanente e incluso algún periodista razonable lanzó alegatos en su defensa: "No se les puede detener solamente por ir tatuados", dijo. En el libro recogemos barridas policiales por los lugares del hampa en busca de "apachismo", que fueron publicadas en la prensa de aquellos años. Te quedas atónito.

LADRONES QUE HUYERON (O CASI)

A comienzos de siglo robaron el banco de Vigo. Nadie atrapó a su autor. Posiblemente huyó a América Latina con una gran fortuna. O el falso barón, del que se desconoce su paradero final, y otros tantos rufianes, algunos de ellos entrañables. También robaron en el Museo del Prado, en lo que fue uno de los primeros grandes robos de arte. Desapareció el tesoro del Delfín, pero el implacable Fernández-Luna le echó el guante al autor.

ANARQUISTAS VS. EXTREMA DERECHA

Nos interesaba no tanto contar la historia del anarquismo de acción que ya es muy conocido -me refiero a los grupos anarquistas de autodefensa armada y de acción surgidos a partir de la dictadura de Primo de Rivera, como Los Justicieros de Durruti y sus espectaculares atracos-, sino retratar al anarquismo tal y como era tratado por la prensa y los hombres de orden como fueras de la ley. La Banda Negra del falso barón Koening los persiguió y asesinó, y se crearon listas de "asesinables" por mandos policiales. Esa otra historia del anarquismo es la que más nos interesaba. Era poco conocida y refleja que en un momento dado, en los bajos fondos, se confundieron pistoleros anarquistas y matones de extrema derecha.

EL ORIGEN DE "BOFIA" O "AFANAR"

Otra de las joyas que incluimos. La "germanía", que posiblemente tiene su origen en la cárcel de Sevilla siglos atrás, es la jerga del hampa. Hay muchos diccionarios más o menos célebres escritos por reputados crimonólogos. Sin embargo, el que incluimos es casi desconocido y fue escrito por un guardia civil en los años veinte. Recoge el lenguaje de los delincuentes de la época y muchas palabras aún siguen usándose, como "bofia" o "afanar". Una maravilla.

LOS 'OUTLAWS' ANDALUCES

Hemos contado con la colaboración del escrito Víctor Martín Molina, que ha hecho un trabajo fabuloso sobre el bandolerismo en España. Incluimos un ensayo suyo en el que habla de los últimos outlaws andaluces, los legendarios bandoleros como el Pernales, el Vivillo o Pasos Largos. De este último incluimos otra joya: una entrevista suya meses antes de ser liquidado.