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La pura puntita

La pura puntita: Se siente como una institución

"Creemos que a lo que damos clic hace una diferencia, sentimos que dar clic no hace suficiente diferencia, odiamos todo este maldito cliqueo, queremos saber cómo fue que conocimos a toda esa gente..."

Traemos adelantos, reseñas y entrevistas de los libros que te ensartarán en la mesa de novedades.

John Pluecker es escritor, intérprete, traductor y co fundador del colaborativo Antena dedicado a la justicia de lenguaje y experimentación literaria. Ha publicado Routes into Texas (DIY, 2010), Undone (Dusie Kollektiv, 2011) y Killing Current (Mouthfeel Press, 2012). "it feels like an institution" fue publicado originalmente en Entropy Magazine.

porque nos regulamos mutuamente, definimos lo que es decible y lo que no, nos monitoreamos unos a otros, nos gustamos mutuamente, nos felicitamos, decimos lo que queremos decir, queremos decir lo que decimos, rara vez somos capaces de abandonar el reino del cliché, nos mantenemos en contacto con gente con la que de otra manera no seguiríamos en contacto, enviamos nuestros pensamientos y fotos al otro lado del globo, intentamos definirnos a nosotros mismos y a nuestras identidades, planteamos nuestras posturas, definimos los límites de la conversación, evitamos la conversación, checamos las fotos de la gente, vemos videos, llenamos nuestros navegadores de enlaces para verlos en otra ocasión, nos bañamos en las opiniones y en los más pequeños detalles del día, posamos, nos portamos pulcrísimos, nos alzamos por lo que es justo, borramos publicaciones que podrían parecer inapropiadas, nos preocupamos por lo que hemos dicho o por lo que hemos dejado de decir, sentimos la presión de montar la ola del oprobio público, creemos que a lo que damos clic hace una diferencia, sentimos que dar clic no hace suficiente diferencia, odiamos todo este maldito cliqueo, queremos saber cómo fue que conocimos a toda esa gente, tratamos de recordar lo que era conocer a alguien para luego nunca volverlos a ver, checamos amigos que no hemos visto en un rato, cribamos sus fotos para tratar de averiguar por el ángulo de sus sonrisas si son felices o no, leemos la septuagésima publicación virtuosa sobre el último aborto de la justicia en el mundo, vemos a alguien decir algo grosero sobre alguien más, nos desplazamos pasando por los gatitos y las flores y los manatís, rastreamos a través de un exceso de comentarios lo que un amigo y otra persona que no conocemos discuten sobre si la última huelga está justificada o no, ponderamos si decir algo o no sobre el último aborto de la justicia en el mundo, nos preocupa que no estemos pensando más allá del más reciente sea lo que sea que lo más reciente pueda ser, creemos que lo que sea que podamos decir realmente no es tan significativo, nos preocupa que simplemente no sea suficiente el sólo publicar, nos preocupa lo que la gente pueda decir, sabemos que no debemos pero lo hacemos, recordamos todas las veces en que alguien en la vida real ha comentado algo que hemos publicado, nos enojamos cuando alguien parece regodearse, nos preocupamos que el publicar sobre nuestros últimos viajes o nuestros más recientes éxitos se perciba como regodeo, nos preocupa que la gente pueda envidiar nuestros últimos viajes o nuestros más recientes éxitos, nos preguntamos sobre lo que en realidad es una actualización de estado, nos preguntamos si tenemos que actualizar para mantener nuestro estado, nos preocupa saber si estamos publicando lo suficiente para mantener nuestro estado en nuestras pequeñas esquinas del mundo, vemos a otra gente publicando cómodamente lo que parece ser todo el tiempo, nos preocupa estar desapareciendo de la vista, publicamos y luego nos topamos con alguien en la vida real que asume por nuestra publicación que nos va bien que estamos bien y que somos felices o que viajamos o que disfrutamos de nuestros éxitos recientes, nos encogemos cuando nos felicitan por algo en una nueva publicación, sabemos que en el fondo no estamos bien, sabemos que mentimos por tan solo estar ahí, sabemos que tenemos que estar ahí "por razones profesionales", sabemos que somos el panóptico, nos preguntamos por qué nos importa tanto esto, no queremos dar la impresión errónea, leemos publicaciones de gente que parece que publica todo lo que pasa por sus cabezas y lo que sea que estén haciendo o pensando o sintiendo ese día, envidiamos a esta gente y su facilidad con la que interactúan dentro de este nuevo mundo, nos obsesionamos innecesariamente con cada desaire percibido y con la más leve evidencia de arrogancia, nos sentimos como en una fiesta en la que nadie saluda, sentimos que no fuimos invitados a la fiesta, que sólo llegamos de alguna forma y ahora no tenemos nada qué decir, nos preocupa lo que la gente está pensando de nosotros, sabemos que nadie aquí está pensando en nosotros, estamos atorados en un rincón escuchando fragmentos de las bromas de otras personas, queremos saber cómo se las arreglan para ser tan casuales respecto a todo, nos preguntamos qué está mal con nosotros, queremos saber por qué no simplemente nos quedamos en casa como lo habíamos planeado, recordamos que nadie nos invitó a esta fiesta, nos sentamos en un rincón a hojear los libros en la repisa, leemos poesía por un breve instante, nos sentimos mejor por un momento, vemos a dos amigos pasar, están riendo parecen felices están emocionados por su disgusto compartido por una película de estreno que a nosotros en realidad nos gustó, nos sentimos mal porque nos gustó la película, pensamos que no deberíamos preocuparnos tanto, queremos saber por qué no nada más nos quedamos en casa esta noche, vemos alrededor de la habitación, nos impacta el darnos cuenta de lo solos que podemos sentirnos estando rodeados de mucha gente, queremos salir corriendo de la habitación, no podemos salir corriendo de la habitación, estamos atrapados, después de todo no estamos en una fiesta, ya ni siquiera creemos más en las metáforas, valoramos demasiado la franqueza, decidimos no publicar más, cerramos nuestras cuentas, reabrimos nuestras cuentas, todos somos cuentas para una corporación mayor que gradualmente devora todo nuestro "contenido", creemos que estamos locos, sabemos que esto es tan sólo una nueva tecnología al igual que las anteriores tecnologías y que será integrada a nuestro ser, nos decimos que ya no tenemos más miedo de los libros, ya no tememos más a la televisión, no deberíamos ser tan luditas, deseamos poder simplemente integrarnos a esta nueva tecnología, somos felices de haber opuesto un poco de resistencia sin importar cuán pequeña, queremos saber cómo fue que nos encontramos en este vórtice de contemplación-de-ombligo, nos preocupa nuestro propio nivel de interioridad burguesa, nos ahogamos en un mar de palabras y fotos y publicaciones y estados y actualizaciones, no podemos escapar de ellas, queremos huir desesperadamente, queremos tan solo un minuto en el que de veras podamos sentirnos solos, queremos que todos estén de acuerdo con eso, queremos aprobación, queremos permiso para nuestros sentimientos, queremos gustarle a la gente, queremos no ser tan mezquinos, queremos hacer conexiones más allá de las fronteras, queremos ser casuales con relación a las cosas, queremos esperar el día en que todos miraremos hacia atrás y diremos, recordamos ese tiempo en que todos fuimos arrastrados por esa cosa, podemos recordar ese tiempo y ahora parece tan pero tan lejano