Protección a la fauna política

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Prácticamente coincidiendo con la aprobación de la ley para protección de animales en el DF, el Instituto Nacional Electoral (INE) —ente que sustituye al IFE— aprobó la creación de tres partidos políticos más, para darle variedad al circo electoral, que tan descolorido y flaco se ve en estos días.

El más conocido y visto es la esperanza Morena de Andrés Manuel López Obrador, el Satánico Doctor No, quien reclutó a sus amigos y parientes para darle forma a su partido.

Los hermanos de López Obrador, Pío y José Ramiro, son consejeros en Chiapas. Esta Morena hace milagros desde antes de nacer, ya que José Ramiro se había retirado de la política luego de que fue acusado de fraude por 60 millones de pesos cuando fue alcalde de Macuspana, por el PRD. También está José Manuel López Beltrán, hijo del caudillo moreno, y quien es comisionado nacional por Tabasco y es ejemplo del liderazgo hereditario propio de las tradiciones más acendradas en nuestra historia política, como en el caso del sindicato minero.

Cuando López Obrador fue hospitalizado por un infarto, López Beltrán tomó la dirigencia del movimiento por la defensa del petróleo. Esto pese a que Morena tenía un líder formal, Martí Batres.

Los hermanos Monreal, Ricardo y David, también forman parte de este grupo político que reniega del amiguismo y el nepotismo y asegura que eso no va con ellos. En esta peculiar alianza de fauna política también está Layda Sansores, valiente legisladora que sube a tribuna a mentarle la madre a quien se deje y luego regresa a su curul para jugar candy crush en su iPad de izquierda. Sansores y los Monreal son tránsfugas del PRI que se convirtieron en defensores de la democracia cuando su partido no los dejó avanzar en la contienda por más espacios políticos en sus respectivos estados. Además, Layda Sansores es hija del preclaro y extinto prinosaurio Carlos Sansores, ex gobernador de Campeche y ex presidente del PRI nacional. Layda también ya dejó al PT  y al PRD.

Pero es el Partido Encuentro Social el más peculiar de esta nueva camada de aspirantes a próceres. Ya había participado en comicios locales en Baja California y se decidió por buscar el reconocimiento nacional, lo que acaba de lograr.

Lo peculiar de este partido es que está señalado de tener vínculos con iglesias protestantes. Al parecer los cristianos les ganaron el terreno a los católicos y lograron tener un partido antes que la formación que supuestamente tiene más fieles en este país. En la investigación que hizo el INE de los documentos que presentaron para lograr su registro, se puede ver que dos ministros de culto: Alejandro Martínez López, de la Iglesia Cristiana de México, y Jehu Báez Martínez, religioso de la Congregación Cristiana Testigos de Jehová, eran parte de la mesa directiva de dos asambleas, aunque éstas no se llevaron a cabo.

También señalan que el académico del CIDE Hugo Eric Flores Cervantes buscó el apoyo de grupos evangélicos y ofreció 50 mil pesos a quien le juntara 300 personas para tener quórum en las asambleas locales, para cumplir con las condiciones del INE. Las acusaciones no fueron probadas. Aunque Flores Cervantes tuvo simpatías panistas lo que se tradujo que en 2006 fuera nombrado oficial mayor de la Secretaría del Medio Ambiente, cargo del que fue destituido por falta de transparencia en el manejo de fondos y fue inhabilitado por diez años para ejercer cargos públicos.

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Y como claro ejemplo de la tradición política nacional de la pepena, de agarrar lo que otros tiran para reciclarlo o tirarse uno mismo para reciclarse, aparece el Partido Humanista, con una clara línea política: apoyan a los humanos.

Presidido por Ignacio Yris Salomón y Javier Eduardo López, además de Ricardo Pascoe, este partido humanista ofrece una amalgama de militantes de izquierda marxista y panistas tradicionalistas para obtener una ensalada de ideologías.

Yris Salomón fue militante de la CNC; el brazo campesino del PRI, el cual abandonó para deambular por varios partidos, como el Socialista de los Trabajadores. En 2005 se alió con otra gran militante de izquierda, Patricia Mercado, para formar el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, pionera en las mezclas ideológicas, que no funcionó, ya que al parecer nadie sabía cuál era la línea de pensamiento del partido. Así, luego de otras intentonas por formar un algo político, Yris Salomón crea esta alienación.

Eduardo López fue 30 años militante del PAN, su última aventura fue al lado de Josefina Vázquez Mota, luego del monumental descalabro este López decidió dejar al blanquiazul y se integra a este partido con el ánimo de apoyar una formación que se identifica con el campo, según dicen.

Este partido nace con la sospecha de que sirve como pantalla emergente para las aspiraciones de un gran humanista y su familia humana. Felipe Calderón sería el poder bajo el trono. Esta versión tomaría sentido luego del anuncio de la esposa de Calderón, Margarita Zavala, de que buscará una diputación en el próximo periodo electoral. Aunque todos, Calderón, Yris y López corrieron a desmentir la versión. El ex panista López incluso dijo que mientras fue panista no formó parte del grupo del ex presidente.

Estos neopartidos suenan cargados de buenas intenciones y que ellos serán los que, por fin, traerán la democracia a México y serán los verdaderos abanderados de la voluntad nacional. Pero hacen pensar a experimentos fallidos, partidos usados como franquicias y negocios familiares.

El caso más patético fue el del Partido de la Sociedad Nacionalista. Murió casi niño, a los cinco años. Nació en 1998 y en 2003 pasó a mejor vida. Su ideología era de centro-izquierda nacionalista y su prioridad era defender el nacionalismo. En 2000 apoyó a Cuauhtémoc Cárdenas en la que fue su última intentona, hasta el momento, por lograr la presidencia, apoyo que le valió obtener tres diputaciones que fueron para sus líderes que, curiosamente, eran familiares. Una fue para el presidente nacional del partido, Gustavo Riojas Santana, otra para su esposa Bertha Alicia Simental García y la última para su hermana, Norma Patricia Riojas Santana. Al parecer el partido era un negocio familiar que buscó explotar lo que quedaba de nombre de Colosio, ya que el líder nacional es familiar de Diana Laura Riojas, viuda del fallido candidato tricolor. En su primera elección que fueron solitos perdieron el registro y el partido desapareció y también sus dirigentes. Gustavo Riojas fue acusado de fraude por más de 53 millones de pesos. Actualmente está prófugo.

Cuando desapareció este partido el IFE se dio cuenta de los vacíos que tenía la ley electoral, ya que no había forma en que se recuperaran los bienes que habían sido adquiridos por los recursos públicos recibidos por el partido. Así las casas, autos y demás cosas estaban a nombre de los dirigentes nacionalistas y ellos se los llevaron. Por cierto, estos nuevos partidos recién paridos tendrán un presupuesto de 36 millones 414 mil 594 pesos para gastarlos de agosto a diciembre.

Para completar el cuadro del patetismo político habría que recomendarles a los nazis panuchos del Movimiento Nacionalista Mexicano del Trabajo, nativo de Jalisco, que se inventen una agrupación. Ya todos se deslindaron de ellos, tal vez porque en una de las fotos vieron que se les había unido Milhouse en lugar de Hitler.

Los grupos neonazis están al acecho de aparecer y algunos de ellos incluso han solicitado su reconocimiento como partidos políticos. Hace unos años el Partido Águilas Mexicanas pidió su registro aunque no les fue concedido. Ellos denuncian que la clase política está infestada de judíos, por lo que invocan al tlatoani águila mexicana para que se los lleve al limbo. No es vacilada.

Mientras en Brasil, los embajadores de la bragueta persignada ponen en alto el nombre del PAN, de la delegación Benito Juárez y de todo México. Esperemos que en los juegos olímpicos no pase nada o los panistas se quedarán sin funcionarios para trabajar. Nos leemos en quince.