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Drogas

Una doctora colombiana que usa la marihuana medicinal nos aclaró todas las dudas

Paola Pineda nos explica cómo usa la marihuana en su consultorio, a qué pacientes les sirve y cuáles casos la han asombrado como médico.

El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, anunció este jueves 12 de noviembre que un decreto, al que solo le falta la firma del presidente Juan Manuel Santos, daría cabida al uso legal de la marihuana con fines medicinales. A su impulso le acompaña el del ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, y el de Justicia, Yesid Reyes. Falta el plumazo del presidente.

Muchos ciudadanos, bastante preocupados (y sin mucha información, de paso), rechazan el proyecto o lo difaman, pensando equivocadamente que los pacientes se van a volver adictos, que van a morir de sobredosis, que van a ser tildados de marihuaneros o, peor aun, que el negocio será explotado por parte de las FARC o los narcotraficantes. Los pacientes, mientras tanto, sufren enfermedades cuyos síntomas dolorosos, según lo que han dicho muchos expertos, pueden paliarse a través del uso medicado de la marihuana.

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Para aclarar las dudas al respecto, hablé con la doctora Paola Pineda Villegas, especialista en derecho médico, y mágister en VIH. La doctora lleva varios años estudiando el cannabis y ha participado de forma activa en los debates que promueve el Congreso. En algunos foros empezó a recomendar el uso de la planta a pacientes y a hacerles seguimiento en sus tratamientos, llegando a convertirse en una verdadera experta en su uso medicinal, con pacientes en dos ciudades de Colombia.

VICE: ¿Cómo te interesaste por el cannabis medicinal?

Paola Pineda Villegas: Yo llevo 12 años viendo pacientes crónicos, pacientes de VIH. Uno de ellos tenía, además de VIH, un cáncer de huesos: después de la quimioterapia quedó con unos dolores muy fuertes en su cuerpo. Empezamos a buscar alternativas y, aunque yo ya tenía conocimiento del tema, fue él quien me propuso usar cannabis. Arrancamos con unas hojitas, luego él consiguió un amigo que le hacía unos extractos. Empezó a ensayarlos con muy buenos resultados.

Ahí quise estudiar más el tema y comencé a leer sobre él y mirar posibles aplicaciones, pero solo hasta hace poco me metí de lleno a tratar pacientes.

¿Qué te llevó a meterte de lleno, entonces?

Hubo varias cosas. Alguien en Medellín lo usaba y me dijo que eso era lo único que le servía para la migraña y que, encima, le había arreglado el sueño. Entonces lo usé para curar mi insomnio y me puse a buscarlo: ahí conocí a uno de los productores.

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Después empecé a ver a varios pacientes, a conocer las marcas que hay en Colombia. Luego me fui acercando un poco al proyecto de ley del senador Galán y participé en el primer foro sobre el tema, que se hizo en octubre del año pasado. Ahí conocí a otros productores. Al mismo tiempo, mis pacientes empezaron a consultarme de forma muy casual.

De lleno, de lleno, me metí en el foro por un episodio particular: una abuela y una mamá de unas niñas con epilepsia (una de dos años y otra de tres y medio) me contaron que en ese momento estaban en el proceso de vender sus casas para irse a Estados Unidos a algún estado que tuviera legalizado el uso médico de la marihuana. En consecuencia, se iba una abuela con una de las niñas y una madre con la otra. Acá se quedarían el papá, el abuelo y los hermanos.

Mi reacción fue visceral: ¿se va a disolver una familia porque aquí no es legal el cannabis para poder tener un tratamiento médico? Eso me generó un debate ético: si yo sé que hay algo que sirve, y ese algo está en Colombia, y ese algo va a significar, además, que no se separe una familia, yo no me puedo negar a usarlo. Yo tengo claro que mi trabajo como médica es ofrecer lo mejor de mi conocimiento a mis pacientes. Ese día arranqué.

¿Desde ese momento el grupo de pacientes no para de crecer?

Han llegado pacientes por todos lados. Se ha vuelto como una bola de nieve y mi idea siempre ha sido hacer una cosa muy seria. Cuando la gente me escribe "mire que tengo tal cosa", yo prefiero ver al paciente. Me parece que si le queremos dar a esto seriedad, necesitamos conocer cada historia.

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¿Dónde hace consultas?

En Bogotá y Medellín. Conozco a mucha gente que está usando cannabis hace mucho y la idea es orientarlos a todos un poquito, optimizar las terapias, pero el grupo crece cada vez más. Lo bonito de esto no es el número de pacientes sino el impacto que ha tenido en la calidad de vida de esas personas. El solo hecho de que la calidad de vida de una persona (su familia y su entorno) mejore, lo vale todo.

¿Se ha retirado alguien del tratamiento? ¿Ellos se asustan? ¿Ha habido pacientes a los que no les sirve?

Nosotros como médicos debemos sacar tiempo para hablar con los pacientes sobre los miedos y las dudas que tienen con relación a la terapia que va a empezar. Obviamente, como este ha sido un tema tan satanizado, una de las primeras cosas que tenemos que ir eliminando son esos mitos (que no son más que eso), porque muchas personas conocen la marihuana como la puerta de entrada a otras drogas, lo cual es mentira (cada vez está más demostrado que no), o piensan en ella y se imaginan a los pelaos vagos de la esquina.

Hay que quitar esos preconceptos que tiene la gente.

Que no les funcione a todos por igual es lógico, como pasa con cualquier medicamento. Así como hay pacientes que responden en un 80 – 90%, hay otros que responden en un 10 – 20%. Puede que eso para alguien no sirva, pero para una persona que tenía un dolor calificado "10 en 10", que se le mejore a "8 en 10" es un cambio total.

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¿Cuál es la diferencia entre fumarla y tomarla en gotas o infusiones?

Al igual que otros medicamentos, hay diferentes vías de uso. En cannabis tenemos la vía oral, que es con la que hay que tener cuidado a la hora de hacer seguimiento a pacientes; la vía tópica, que se consigue a través de varias presentaciones; y la vía inhalada, que hoy la preferimos con vaporizadores y no con cigarrillos.

¿Por qué?

Porque cuando fumas cigarrillo hay un proceso de combustión que puede alterar los componentes internos del cannabis. En el vaporizador, en cambio, ese fenómeno es menos frecuente.

Ahora, hay una diferencia muy grande entre vaporizarlo y tomarlo: cuando tú te lo tomas el efecto dura entre 8 y 12 horas, mientras que cuando se vaporiza dura menos tiempo, pero el efecto es más rápido.

Por ejemplo, a mis pacientes los tengo tomando gotas cada 8 o 12 horas, pero si tienen crisis fuertes les corto el dolor vaporizándoles el cannabis.

¿Pero lo que se da a los pacientes es recreativo? Por ejemplo, las gotas…

Hay que aclarar que el cannabis tiene un potencial "recreativo" importante, porque disminuye la presión arterial. A veces no es que la gente se la tome y se trabe, sino que se marea, porque el cannabis te baja la presión.

¿El prejuicio con la planta predispone a los usuarios? Tal vez se ponen más creativos o sensibles con las posibles reacciones al medicamento…

Total creatividad. Hay una paciente en particular que a mí me llama mucho la atención: la bajada de presión arterial está descrita en las gotas, pero ella tiene un prejuicio tan grande que, con el solo hecho de haberse untado el producto, se le baja la presión. Puede que sí: eso te pone a pensar hasta dónde llega la mente humana.

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Para muchos, el cannabis, por ser natural, es muy místico, casi mágico, y eso le ha ganado detractores en la medicina tradicional…

Yo creo que todo lo que uno ingiere tiene su parte de creencia, su parte mística. Pero cuando uno se pone a estudiar esto tiene unas razones fisiológicas súper importantes. Así como uno tiene un sistema endocrino, que controla tiroides, testosterona, estrógenos, lo mismo hay un sistema que es el endocannabinoide, descrito en los seres humanos hace muchísimos años.

"No debería haber una ley que reglamente el uso de la marihuana medicinal": Paola Pineda / Andy VC.

¿Y cómo funciona el sistema endocannabinoide que uno tiene en el cuerpo, qué es lo que hace?

El sistema endocanabinoide, por definición, es el sistema de la homeostasis, que maneja el equilibrio: mejor dicho, que tus funciones se mantengan en medio de una estabilidad constante.

A nosotros en la universidad nunca nos hablaron de ese sistema, pero es tan antiguo como el ser humano: hay que entenderlo, empezarle a ver todo su potencial. Yo pensaría que si se hacen más estudios, y se conoce más sobre él, vamos a poder darle más usos terapéuticos al cannabis. De ahí, de entender ese sistema, es que llegan las certezas de que con él se controlan convulsiones, que se controla el dolor (porque disminuye las náuseas en una persona con quimioterapia), que ayuda a disminuir el insomnio. Es bien lógico.

Entonces hay una explicación clara: no es una cosa milagrosa…

No: es que hay un sistema que funciona de "x" o "y" forma y que, cuando yo le doy cierta sustancia, va a funcionar mejor.

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¿En quiénes es recomendable usar el cannabis?

Lo que más se está estudiando, y de lo que más uno encuentra reportes en la literatura, es dolor, náuseas y vómitos, sobre todo en pacientes que estaban sometidos a quimioterapia. Y está el tema de la epilepsia refractaria, que ha sido como el boom mediático en el país, porque tocó temas de niños. Pacientes a los que los neuro-pediatras les habían dicho que no les cabía un tratamiento más, encontraron en el cannabis un medio y una herramienta que les permitía mejorar su calidad de vida.

Lo estamos usando también en pacientes con trastornos de sueño, trastornos de la alimentación, algunos pacientes con trastornos psiquiátricos. También lo usamos como analgésico y antiinflamatorio en pacientes con enfermedades autoinmunes. En Parkinson y Alzheimer estamos empezando a tener un par de personas.

¿Qué efectos secundarios puede tener el uso del cannabis medicinal?

Efectos secundarios inmediatos: la baja de la presión arterial. Cuando baja, suelen aparecer muy fuertemente las sensaciones de mareo y falta de aire. De hecho, algunos pacientes hipertensos lo están empezando a usar para mantener más control de sus cifras tensionales. Este efecto, sin embargo, les da mucho susto a los pacientes.

A largo plazo: uno lee en la literatura que las personas que empezaron muy jóvenes (13 – 14 años) con consumo recreativo tienen mayores alteraciones cognitivas. Yo lo he leído y lo he revisado y esos estudios tienen un sesgo: por lo general es gente que también consume trago y metía cocaína. ¿Cuál de todas, entonces, es la que le está causando eso?

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Sí tiene una ligera afectación en la memoria pero eso se lo tienes que contar a la gente. También depende de la cantidad. Lo que sí está claro es que uno no puede morir de una sobredosis por fumar o consumir marihuana. Hablando de mezclar, ¿con qué medicamentos no se puede mezclar?

No es tanto que no se pueda, sino que hay que empezar a hacer cambios. Por ejemplo, hay un medicamento anticonvulsivante que se llama Urbadan o Clobazam. Cuando se le mete cannabis, sobre todo con altas concentraciones de CBD, sus efectos adversos se potencian. En ese caso, al paciente hay que bajarle la dosis del anticonvulsionante.

La receta de muchos de los productos está en internet, y a mucha gente le dio por hacerlos ¿Has encontrado muchos productos hechizos?

Ah no, total. Es que también te encuentras mucha gente que solo le interesa el negocio. En Medellín hay gente que te ofrece productos que supuestamente te funcionan en 5 minutos. Si vas por el centro de cualquier ciudad ves que los que venden cosas naturales te venden también los medicamentos. De igual forma, en algunas farmacias me ha pasado que llego a preguntar si tienen algo con cannabis y uno va a leer la composición y no dice nada y responden: no es que no puede decir. Hay gente que se está aprovechando en este momento

¿Qué casos emblemáticos has tenido entre tus pacientes?

Tengo una niña de 3 años y medio en Bogotá. La primera vez que la vi en consulta duramos una hora y media y convulsionó el 60% del tiempo. Desde que empezamos con cannabis pasó de tener crisis todo el día a solo seis o siete. Está caminando nuevamente y escolarizada. Ella tenía 4 anticonvulsivantes a full dosis. Verla caminar, verla que va al jardín con otros niños, que está hablando, que está reconociendo, que es un ser que está interactuando con el medio, es bastante impactante para mí.

Tengo otra a la que le empecé a dar cannabis tópico, ungüento, una mujer de 65 años con una artritis reumatoidea. Esta mujer no se paraba de la cama, ya tenía prótesis de cadera y de rodillas y tenía serios problemas con la mandíbula, porque la artritis ya le había comprometido la articulación temporo-mandibular. A los 8 días de estar con el ungüento juiciosa, se volvió a parar, volvió a salir, camina 2 horas diarias, tiene vida nuevamente y no tiene esos dolores tan fuertes.

Nota del editor:

La versión original de esta entrevista fue modificada el jueves 12 de noviembre de 2015, teniendo en cuenta los últimos eventos noticiosos que fueron anunciados al país. En VICE creemos que la actualización de esta historia recobra hoy una importancia mayor y que sirve para ilustrar e informar a nuestros lectores acerca de la noticia.