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Cultură

Mentiras para evitar citas

Son capaces de hacer todo para evitar la confrontación.

Todos hemos estado en esa situación. Foto vía el usuario de Flickr Jon Siegel.

El otro día, al revisar Facebook, me llegó la notificación de que era el cumpleaños de un "amigo" y me sentí culpable.

En realidad no es mi amigo porque lo conocí en Tinder y solo salí con él un par de veces. La segunda vez que nos vimos, inventé una serie de excusas para abrirlo. Lo invité a una fiesta en una bodega pero cuando estábamos precopeando en casa, una amiga que ya estaba en la fiesta me avisó que estaba con un güey que me gustaba mucho más que mi ligue del Tinder. En ese momento empecé insinuarle a este chico que no le iba a gustar la fiesta; le dije que iba a haber muchos idiotas con disfraz y que no se iba a sentir a gusto. También me empecé a quejar de lo caro que estaba la entrada y de que solo iba por mis amigos.

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Nada funcionó y él seguía muy puesto para la fiesta. Pero como yo sabía que antes se metía muchas drogas y ahora era totalmente straight edge, le dije que me quería poner hasta el pito esa noche. En realidad, casi nunca me doy MDMA pero le dije que mi plan era quedar inconsciente. No le gustó mucho la idea pero aun así quería ir a la fiesta conmigo.

Al final terminé casi corriéndolo de mi casa.

No me enorgullece en lo absoluto pero sé que no soy la única que lo ha hecho. Algunas personas son capaces de hacer todo para evitar la confrontación. Por ejemplo, esta mujer que fingió estar enferma cuando estaba escalando una montaña y tuvieron que ir a recogerla en helicóptero solo porque no sabía cómo decirle a su ligue que se la estaba pasando muy mal.

Por eso buscamos a varias personas para que nos contaran las peores mentiras que han dicho para escapar de una cita. Esto fue lo que dijeron:

Adelantar el reloj

Estaba en la universidad. Como soy viejo, en ese entonces nadie tenía smartphone, ni celular, así que dependíamos totalmente de los relojes despertadores.

En fin, esta chica y yo llevábamos varias noches coqueteando hasta que por fin nos hablamos y de ahí todo avanzó muy rápido. Regresamos a mi departamento en la noche y nos metimos a la cama pero… fue horrible. Entiendo, estábamos mareados, pero era como estar con una bolsa de leche.

Así que traté de calmar los ánimos, le dije que me sentía cansado y fingí que me desmayaba. A ella no le pareció pero dijo que estaba bien, que tenía clase temprano y que por favor pusiera la alarma a las 7AM.

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Claro, le dije. Y lo hice. Pero en cuanto se quedó dormida, extendí el brazo y adelanté el reloj por seis horas. Ella despertó y se fue a clase…a las 1AM. Y en cuanto se fue, yo regresé al bar. —Seth, 33

Emergencia televisiva

Tenía 25 y empezaba a salir con chicos después de haber dejado un seminario de la iglesia católica. Era mi primera cita a ciegas. Estaba nerviosa porque la persona que lo organizó era una conocida y no éramos tan amigas pero me aseguró que su amiga era muy buena onda.

Lo que no me dijo fue que esa amiga era 20 años mayor que yo.

Tuve un mal presentimiento en cuanto nos reunimos para tomar un café. Empezó hablando sobre sus hijos y su ex esposo, y pensé "Preferiría estar en cualquier otro lugar". Así que fingí que entraba una llamada de mi roomie.

"Qué onda, oh no, mierda, ¡se me olvidó! Voy corriendo y lo grabo".

Le dije a la persona con la que estaba que tenía que ir a grabar el final de The OC.

Estoy casi seguro de que respondió "Sí, claro" mientras yo corría por la calle.

No me enorgullece pero al menos sé que nunca volvería a ir a una cita a ciegas. Y no me perdí el final. —Travis, 35


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Escape borracho

Estaba enojada porque un tipo que conocí por Tinder me dejó plantada, así que me fui a ver un show de comedia y, cuando la llevaba seis copas de vino, mi roomie tomó mi teléfono, y se empezó a mensajear con un tipo para ir a tomar algo. Nos reunimos a las 11PM el jueves por la noche en un bar pequeño. Los únicos clientes éramos él, yo, un amigo y mis dos roomies. Me sermoneó por estar borracha y lo odié. Me dijo que era la chica más rara que había conocido por Tinder y me preguntó por qué había traído a mis roomies. Entonces, empecé a contarle datos curiosos sobre animales porque no tenía nada más qué decir —como que cuando los murciélagos salen de su cueva, siempre dan vuelta a la izquierda, que todos los osos polares son zurdos, que la ballena azul pesa lo mismo que un elefante y que un humano podría nadar en las arterias de una ballena azul (y empecé a mover mis brazos como si estuviera nadando)—. Cuando se me acabaron los datos curiosos, salí corriendo del bar. En total estuve como 30 minutos en ese bar. Fueron los 30 minutos más incómodos de mi vida. Y lo peor es que el tipo quería volver a salir conmigo. Dijo "Me cautivó tu movimiento de brazos como si estuvieras nadando en las arterias de una ballena azul. Fue fantástico".—Jenna, 27

Perro acalorado

Estuve viviendo un rato en Vancouver y me la pasaba en Tinder. Fue mi mejor época ligando porque los canadienses aman a las mujeres extranjeras.

Conocí a un tipo de 36 años que se veía agradable y lindo pero me daba un poco de miedo porque posaba en todas sus selfies y eran en blanco y negro. Así que lo invité a dar un paseo con mi perrita Lola porque se me hizo la opción más segura.

Cuando llegué y lo vi, parecía que había invitado a salir a Elton John. Era un hombre mucho mayor, como de 50 años, y traía lentes de mujer con flores —de esos que tienen flores falsas pegadas en el armazón—. Me llevó una caja de chocolates y una bolsita de premios para Lola. Tenía mucho miedo de que alguno de mis compañeros del trabajo me viera caminando con él. Y me enojé porque me había bañado y arreglado para nada.

Pasaron 15 minutos y le dije que tenía que regresar porque Lola tenía demasiado calor. En realidad estábamos como a 15 grados y Lola no tenía nada. Creo que fue la cita más rápida y extraña durante mi estancia en Canadá.—Laurie, 36

Cambio de lugar

La conocí gracias a unos amigos. Fue un faje rápido mientras bailábamos. Después me invitó a salir y acepté porque entré en pánico pero en realidad no quería ir. Ella era un par de años más joven que yo pero se veía que era muy agresiva sexualmente. Pedí ayuda a unas amigas para que me dijeran cual era el peor restaurante o lugar y después le envié un mensaje para decirle que mejor nos viéramos en el Wings. Dos horas más tarde me llamó para decir que estaba muy ocupada. Y yo así de "Oh noooo". Es muy buena técnica. La recomiendo. —Jacob, 37

Taxi falso

Fue la primera y la última vez que acepté salir con un tipo que conocí en internet. En su foto de perfil, que solo era de los hombros para arriba, se veía delgado. Cuando se levantó de la silla en el bar para saludarme, quedé impactada. Sus caderas eran enormes. Más que las de muchas mujeres. Cuando el señor pera fue al baño, otros tipos que estaban en el bar se dieron cuenta que me la estaba pasando muy mal y me dijeron que lo dejara y que me quedara con ellos. Así que fingí que pedía un taxi, me despedí y me salí del bar. Después regresé y me quedé con los otros chicos. Al final me besé con uno de ellos. —Anne, 33 Los nombres fueron modificados para proteger la privacidad de los que participaron en este artículo. Sigue a Manisha Krishnan en Twitter.