Kamila Stanley es una de esas fotógrafas jóvenes y autodidactas cuya improvisación y momentos capturados sin esfuerzo me emocionan. Stanley busca escenas hermosas en la vida cotidiana y viaja para explorar su perspectiva en la fotografía. Hace poco me envió una colección de las fotos que tomó en Turquía el año pasado y un texto de su proceso de edición. Abajo hay la selección de su obra y unas palabras de la artista.
Publicidad
–Elizabeth Renstrom, editora de fotografía de VICEViajé a Turquía en otoño de 2015. Ese mismo año, Turquía apareció en los noticieros internacionales por encarcelar periodistas, ataques terroristas sangrientos, unas elecciones generales dudosas, por derribar el jet ruso y por una crisis de refugiados sin precedentes. Mientras escribo este texto, un militante suicida vinculado al Estado Islámico hizo explotar una bomba en el centro de Estambul.En contraste, quería tomar una serie de fotografías íntimas sobre la vida cotidiana en Turquía –lejos de la oscuridad de la política y la imagen mediática–. Decidí enfocarme en los paisajes dramáticos del país, en el bullicio de la vida diaria y en la juventud. Hay una relación entre la soledad de las sinuosas colinas y la nostalgia tan arraigada en el carácter turco.
Relacionados: Veinte años de las fotografías surreales y sublimes de Alexis Vasilikos
Viajé con mi hermano de Estambul a las montañas de Capadocia por vías secundarias vacías, gasolineras fantasmales y suburbios cubiertos de polvo. Pasamos por pueblos y ciudades como Antalya, Selçuk, Izmir, entre otras. Fue una serie de departamentos estudiantiles, moteles, árboles cítricos, selfe-sticks, zapatos de tacón de 12 cm y mucha religión. La juventud turca mezcla las festividades sagradas y las tradiciones islámicas con ropa occidental y música pop estadounidense.Son tiempos difíciles para ser joven en Oriente Medio. A pesar de que las fronteras de Turquía la separan de Siria e Irán, el país está muy involucrado en el conflicto regional. Turquía sufre de una crisis de identidad. Sin embargo, la nueva generación refleja cómo sería la paz en el mundo musulmán.
Relacionados: Veinte años de las fotografías surreales y sublimes de Alexis Vasilikos
Viajé con mi hermano de Estambul a las montañas de Capadocia por vías secundarias vacías, gasolineras fantasmales y suburbios cubiertos de polvo. Pasamos por pueblos y ciudades como Antalya, Selçuk, Izmir, entre otras. Fue una serie de departamentos estudiantiles, moteles, árboles cítricos, selfe-sticks, zapatos de tacón de 12 cm y mucha religión. La juventud turca mezcla las festividades sagradas y las tradiciones islámicas con ropa occidental y música pop estadounidense.Son tiempos difíciles para ser joven en Oriente Medio. A pesar de que las fronteras de Turquía la separan de Siria e Irán, el país está muy involucrado en el conflicto regional. Turquía sufre de una crisis de identidad. Sin embargo, la nueva generación refleja cómo sería la paz en el mundo musulmán.
Publicidad
Las representaciones contemporáneas de Turquía son tristes y cargadas de política o superficiales y enfocadas a una audiencia turística. Tomé esta serie de fotografías con una cámara de rollo de 35 mm para tratar de preservar el coraje y la honestidad de los encuentros que tuvimos. El calor y el rollo barato hicieron que las fotografías salieran borrosas y con tonos pastel. Decidí no alterar estos elementos porque le dan a la serie un toque juvenil y tiene algo de la calidez de la dulce alma turca.Todas las fotografías por Kamila Stanley.
