Sexo

Cómo dar una buena paja

Es hora de darle a las pajas, a las chaquetas o como les digas, el respeto y el lubricante que merecen.
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Foto de AleksandarGeorgiev vía Getty Images 

Para las personas que no tienen pene, las pajas pueden parecer un misterio, incluso en su supuesta simplicidad. Como no hay forma de saber de primera mano (literal) qué funciona y qué no, tendrás que improvisar un poco, no importa cuánto te comuniques con quien la recibe. Incluso aquellos que sí tienen pene y disfrutan de dar o recibir pajas, a veces se preguntan si hay algo más de lo que se están perdiendo.

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Y la verdad es que, como con cualquier tipo de sexo, la respuesta es sí: siempre hay algo más que puedes hacer para mejorar la experiencia. Teniendo esto en cuenta, aquí te damos algunos consejos para dar una buena paja, pero recuerda: cada pene es único, y habrá cosas que le funcionen a unos y a otros no. El consentimiento es clave, antes de ponerle las manos encima a tu pareja, pregúntale si le interesa probar alguna de estas técnicas.

Ponte en una posición sexy.

Las pajas definitivamente son un clásico desde hace mucho tiempo en el repertorio del sexo en pareja, pero hay algunas posiciones que pueden hacerlas más interesantes.

Las posiciones de frente facilitan el contacto visual y esto, a su vez, intensifica la experiencia. También son la mejor opción en cuanto a movilidad y rango de movimiento, dice la terapeuta sexual Kamil Lewis. Quien la recibe puede sentarse (o ponerse de pie) y arrodillarse frente a ti, o ambos pueden ponerse cómodos en la cama.

También puedes ponerte en posiciones que permitan la acción mutua. Si te gusta el 69, prueba alternando entre el sexo oral y la masturbación. Si te gusta sentarte en la cara de tu pareja, ponte mirando hacia su pene y tócalo mientras él te da sexo oral.

Si el voyerismo es lo tuyo, haz que tu pareja se pare frente a un espejo. En mi opinión, los espejos del baño son los más sexys para este propósito; considéralo como el pre-sexo en la regadera. Colócate detrás de tu pareja y busca el mejor ángulo visual: tu pareja tiene una vista más completa de ti masturbándolo y tú puedes ver sus expresiones faciales para saber cuánto le gusta.

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Usa bastante lubricante.

Las pajas necesitan lubricación para evitar la fricción, algo que podría ser incómodo para tu pareja y estropear el momento.

Evita los aceites y lociones como el aceite de coco, ya que no deben usarse cerca de la uretra. Opta por un lubricante resistente al agua si quieres hacerlo en la regadera. La mayoría de los juguetes sexuales responden mejor a los lubricantes a base de agua porque los de silicona pueden degradar el material de tu juguete, así que tenlo en cuenta si vas a agregar uno a la mezcla.

Escúpele en el pene a tu pareja.

Un buen escupitajo, y los efectos visuales y de sonido que lo acompañan, pueden ser muy excitantes para ambos. Además, tu saliva es un símbolo de tu compromiso de hacer que la paja sea más excitante.

Ten en cuenta que la saliva se seca y se absorbe rápidamente, así que, otra vez, agrega un poco de lubricante si quieres que las cosas se mantengan húmedas por más tiempo.

Haz que se le ponga dura con la mano.

Si comienzas la paja antes de que tu pareja esté completamente duro, usa tu mano y dedos para acariciar su pene y bolas hasta que tenga una erección completa. Alterna con diferentes texturas y nivel de presión, como hacerle cosquillas con las yemas de los dedos o usar toda la palma de la mano para frotar suavemente su pene, comenzando desde la base y moviéndote lentamente hasta la punta. Una vez que hayas llegado a la punta, rodea su cabeza con los cinco dedos y aprieta y frota suavemente.

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Incluso antes de que tu pareja esté completamente duro, el lubricante es imprescindible. Quieres que experimente la sensación de estar completamente mojado mientras se calientan.

Agárralo bien mientras lo mueves de arriba a abajo.

Los movimientos hacia arriba y hacia abajo imitan la penetración, por lo que no es una mala idea empezar por ahí. El agarre tiene que ser firme y consistente: no lo dobles ni lo muerdas. Si no estás segurx de qué tan apretado es demasiado apretado, comienza con un agarre más flojo y aumenta la firmeza a medida que ganas impulso. Pon atención a las señales de su cuerpo, como la respiración acelerada y los gemidos, para saber qué velocidad y nivel de presión lo excitan más, o si necesitas cambiar de movimiento.

Usa ambas manos. 

Las pajas con dos manos cubren más superficie y pueden ayudarte a agregar velocidad y control. Entrelaza tus dedos para cubrir la cabeza y el el cuerpo del pene mientras mueves tus manos de arriba a abajo, como si fueran una sola. Si quieres que la sensación sea más parecida a la penetración, este método es el mejor. Apretar ligeramente con ambas manos puede sentirse más como el interior de una vagina o un ano que usando solo una mano.

Si prefieres crear movimientos circulares, pon una mano sobre la otra y gira cada mano en direcciones opuestas mientras las mueves de arriba a abajo. Esta sensación no es tan fácil de lograr durante la penetración, así que tu paja se sentirá especialmente diferente.

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Pregúntale cómo se masturba y que te enseñe.

Hay algo muy interesante en imitar los movimientos que tu pareja domina a la hora de masturbarse. Si no sabes por dónde empezar, pídele que te muestre paso a paso cómo se toca cuando se masturba, y cuando sea tu turno puedes ir preguntándole si se siente bien.

Presta especial atención a sus bolas.

Lewis dice que esta es una manera muy fácil de prender a tu pareja. Con una mano jala, masajea o acaricia suavemente sus bolas y con la otra, agárrale el pene. Si quieres agregar sensaciones, puedes besar o chupar las bolas de tu pareja mientras le haces la paja.

Juega con su perineo.

El perineo, el área entre el pene y el ano, tiene muchas terminaciones nerviosas. Presiona esta área o masajéala suavemente en círculos pequeños mientras le haces una paja para mejorar la experiencia de tu pareja. Si quieres otro nivel de sensaciones, ponle un vibrador en el perineo con una mano mientras le agarras el pene con la otra.

Estimúlale el ano.

Si a tu pareja le gusta y te da permiso, puedes acompañar la paja metiéndole un dedo en el ano o dándole sexo oral. Mientras se la jalas con una mano, abre sus piernas y con la punta de tu lengua haz pequeños círculos alrededor de su ano, luego directamente en la abertura.

Si tu pareja te da luz verde, métele un dedo. Primero ponle lubricante a él y luego empapa tu dedo índice o medio, inserta el dedo con mucha suavidad. Después puedes experimentar con la profundidad, pero al principio no te pases del primer nudillo.

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Prueba con un poco de ‘edging’.

El edging es cuando tu pareja está a punto de venirse y empiezas a tocarlo con menos intensidad para retrasar el orgasmo, haciendo que se intensifique. Alterna la velocidad y la técnica cada dos minutos para mantenerlo al borde.

Tócate tú también.

El hecho de que tú no seas el o la protagonista no significa que no puedas usar tu mano libre para darte placer. Probablemente te caliente ver a tu pareja disfrutar de la paja que le estás haciendo, y él también se excite al ver que te estás tocando. Porque la mejor paja es la que es recíproca.

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