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Música

Hace veinte años los cyberhippies lanzaron un atque para salvar la cultura rave

Los geeks se pasaron al dance floor y reclamaron su lugar en la cultura popular.

Hoy hace veinte años, en el día de Guy Fawkes, un grupo de ravers y "tecnopaganos" new-age se lanzaron en contra del gobierno de Reino Unido  con una especie de ataque DDoS. "Un bombardeo de correos electrónicos" atascó las PCs del gobierno, mientras que las máquinas de fax, escupieron página tras página de spam.

Esa acción fue una protesta en contra la Ley de Justicia Criminal,  del Primer Ministro John Major, la cual buscaba aplicar mano dura a los raves al ilegalizar las reuniones al aire con música "en su totalidad o predominantemente caracterizada por la emisión de una sucesión de percusiones repetitivas".

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Se rumora que los mensajes acumulados pusieron a las redes fuera de funcionamiento durante una semana, un evento que podría haber pasado a la historia como la Intervasión del Reino Unido.

La diferencia es que esta historia no ha sido escrita, y la mayor parte ya no está en Internet. En sus comienzos, las protestas por Internet eran organizadas a través de newsletters, sistemas de circulares electrónicas y redes estudiantiles, además de folletos y revistas. Quedan algunos restos: muchos sitios han sido removidos, la información ha sido retirada del internet, al haber crecido la comunidad.

Es más, las peleas internas aún amenazan la memoria del evento y lo que ocurrió no es claro. En su página de Wikipedia, múltiples facciones están vinculadas con la Intervasión, incluyendo el grupo activista británico de Internet llamado los Free Range Electrohippies y el colectivo Critical Art Ensemble. "Nadie está de acuerdo en qué sucedió, cuándo ni cómo", dijo un activista con el que hablé, que pidió permanecer en el anonimato, pero al cual llamaré Bob. Conocí a Bob en un evento de activismo en línea, un campo que él ha vigilado en las décadas subsecuentes desde la Intervasión. "La gente ya está muerta, y la memoria de muchos de nosotros no era algo confiable, para empezar", añadió.

El grupo que se relaciona con mayor frecuencia, son los Zippies, un colectivo de cíber-hippies del Reino Unido que se esparció hasta América. Herederos de la contracultura de los 60s, los Zippies tuvieron la intención de balancear el espíritu hippie con un pragmatismo facilitado por la tecnología, haciendo crecer la comunidad en línea y en persona en los salones y los raves.

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Grabaciones de archivo de la noche en el club Megatripolis 

El nombre era un acrónimo para "Profesional Pagano Inspirado por el Zen", con una de las "p"s cambiada posteriormente por "pronoide", que fuera descrito por un artículo del LA Times en su momento como opuesto a paranoico: "la silenciosa sospecha de que la gente está conspirando para ayudarte".

Con el autor tecnogaiano Fraser Clark de su lado, se organizaron a través de foros y newsletters llamados The Memeticians Handbook, que a veces se leen como la etiqueta de una botella del jabón mágico del Dr Bronner ("Ya no estamos en el drama de la alienación-Estamos en el éxtasis de la comunicación…").

Clark fundó la noche de  Megatripolis en el club nocturno Heaven de Londres, toda una comunidad cíber-rave por sí misma. "Lo considero como un festival en una caja" dijo Lucy Wills, un contacto Zippie de Bob que asistió a la legendaria noche de fiesta. Dijo que había stands de revistas, videoconferencias, y acceso a internet mediante un miembro del crew merodeando con una Mac atada en la espalda. El Rave se convirtió en una droga de escape para un nuevo sistema de valores, que comprendían a la política, la música y la tecnología.

Durante 1994, una serie de raves amenazaron con lanzar al Reino Unido hacia la anarquía. En marzo, una protesta en contra de la ley se apoderó del Hyde Park. Wills recordó, "Hicimos un rave en el Lado Oeste, en Trafalgar Square, bailando en las fuentes. Hicimos un rave en las calles en la parte de atrás de un camión, con un sistema de sonido de no mames, hasta que las fuerzas especiales lograron acorralarlos en Hyde Park y les echaron los caballos".

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Esto coincidió más o menos con la inauguración de Cyberia en Londres, uno de los primeros cíber cafés del mundo ofreciendo acceso a internet para aquellos fuera de la academia y la milicia. Hablé con su co-fundador, Eva Pascoe, quien recordó haber sido jalada de forma instantánea hacia la vida Zippie. "Aterrizamos en el ojo del huracán: el día que abrimos, comenzamos a recibir peticiones de los ravers para ayudarles a conectarse con los campos o de Megatripolis hasta Timothy Leary, Allen Ginsberg, y los gurús californianos del movimiento hippie".

Para Pascoe, apoyar a los Zippies fue una decisión política. "Supimos la historia detrás – la mayoría de los ravers eran chicos con trasfondos muy desafortunados. Newcastle, Doncaster, Sheffield, Manchester, Derby… aquellas ciudades fueron marchitadas por las clausuras de Thatcher", dijo. Mudarse a Londres fue una reinvención: "Crearon este movimiento tan rico culturalmente con música, comida orgánica, ropa colorida … inicialmente no estaba basado en la tecnología, pero fueron forzados a aprenderla por necesidad".

Mientras tanto, alentados por una historia de primera plana en Wired en mayo 1994, un delegado de los Zippies de Reino Unido recorrió los EEUU en una van color aguacate, esparciendo la palabra. Para la Noche de Guy Fawkes, la gira de Zippie de alguna manera se había apoderado de computadoras y redes para lanzar un ataque en línea del otro lado del atlántico. Anteriormente, los Zippies habían utilizado el Café Cyberia de Pascoe, pero de repente, dijo Pascoe, "hubo un claro involucramiento de una organización con base en EEUU que les proporcionaba más y mejor equipo".

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Recuerda que policías vestidos de civiles comenzaron a vigilar Megatripolis buscando agitadores y hackers. "El movimiento contra la ley estaba reuniendo poder mientras el gobierno insistía en detener e investigar, particularmente a los ravers y las minorías étnicas", dijo. "Era claro desde la atmósfera que algo iba a explotar".

Aquí es donde comienzan a diferir los reportes. El ataque no "derribó a las páginas web del gobierno" al punto tal de terminar con sus comunicaciones. Algunas de las páginas web del gobierno del Reino Unido existían en este punto, y Bob y Lucy Wills dijeron que los DDoS tenían como objetivo tanto a las máquinas de fax como las computadoras. Pascoe lo describió como "hecho a la manera hacker: demostrar que puedes causar daño sin hacerlo".

Originándose en los EEUU y en el puesto remoto Zippie en Oxfordshire, de acuerdo con los activistas con los que hablé, el ataque duró más de una semana. Bob explicó la mecánica: "Se trataba de hacer que el servidor colapsara, el cuál era la puerta de acceso … todos los mails gubernamentales iban a un servidor en su red, éste estaba compartido con la LAN del Parlamento, así que cuando colapsó no sólo se llevó a las máquinas de fax sino también la red LAN. Y los faxes que llegaban mantuvieron a las máquinas sacando basura durante una semana más, porque las apagaron sin borrar el cache".

"Estaba considerado como un crimen físico porque averié un equipo físico", dijo Bob, desesperado por la falta de claridad en torno a la Intervasión (incluso la página de discusión para su artículo de Wikipedia ha sido borrada). "Pero ahora sé que el legado de la Cibervasión significa que la mayoría de la gente con la que trabajé aún son activistas de alguna forma. Principalmente los más jodidos", agregó, "pero aún tienen conciencia moral".

Es dudoso que la Intervasión haya sido la primera instancia en que la tecnología haya sido utilizada para la desobediencia social, como lo dice la página de Wikipedia, pero fue un momento histórico, donde los geeks se pasaron al dance floor y reclamaron su lugar en la cultura popular. La Ley de Justicia Criminal unió a causas distintas en oposición, y entre sus efectos colaterales, estaba la unión de la vida con o sin conexión.

De repente, la música dance, la cultura del internet en sus inicios, el anti-consumismo, el new age y la espiritualidad fueron politizados en un gran experimento, estableciendo los cimientos del hacktivismo de hoy en día.