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Música

La escena gay está muriendo y es culpa de Grindr

¿Mientras los clubes gay legendarios de los 90 y los 2000 siguen muriendo, qué están haciendo los promotores para que la fiesta no pare?
Ravers emparrandados durante una de las últimas noches en Trade, uno de los clubes gays más famosos de Londres durante los 90 y que se mantuvo hasta octubre del año pasado. Foto cortesía de Trade.

Este artículo se publicó originalmente en VICE Estados Unidos

"¿Es la única cosa que han dejado legal, no?"

Son las 11:00 de la mañana de un domingo y estoy parado bajo un arco ferroviario en el barrio Vauxhall, en Londres, conversando sobre popper ––ese líquido mareador que por poco escapa a la prohibición del gobierno inglés en marzo–– con Jay. Lleva puesto un chaleco que deja su pecho descubierto, y encima tiene una cadena dorada y una chaqueta de béisbol roja.

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Jay vive en una casa en el distrito de Stockwell. A pesar de que se ve muy joven, ya está por sus treintas y se la ha pasado metido en los clubes y discotecas gay de Inglaterra las últimas dos décadas de su vida. Recientemente ha observado un cambio: "Mucha gente todavía sale, pero el ambiente ya no es el mismo".

Ese "ambiente" del Reino Unido y la vida nocturna gay son algo muy difícil de definir. Hay más lugares, público gay a los que les gusta la fiesta y una oferta de ambientes más amplia que nunca, pero en términos generales, Jay dice que los clubes LGBTI están muriendo, en gran medida, por la música. En los 90 y a comienzos de siglo, se trataba de una cultura llena de glamour, drama y emoción, pero esta escena––que alguna vez prosperó en bares como Trade ,FF, Turnmill`s, Garage, Pyramid, Heaven, New York`s The Cock y los Michael Alig`s outrè events–– se convirtió en una simple leyenda.

Los chicos en Trade. Foto cortesía de Trade

Los habitantes de Londres lamentan el cierre de muchos recintos de la escena gay durante los dos últimos años y las fiestas legendarias como Trade —que fue una de las más icónicas de 1993 a 2008 (con eventos especiales hasta 2015)— son ahora sólo un recuerdo.

"La vida ha cambiado mucho desde los 90", dice Simon, un hombre de 27 años que trabaja en medios, buscando una forma de explicar el cambio generacional. "La gente ahora se preocupa más por su salud y hay más cosas en juego con sus carreras. Sitios como Nueva York y Londres se están volviendo demasiado caros. Todo el mundo anda persiguiendo la plata; ya nadie se puede permitir darse en la cabeza durante cuatro días seguidos".

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"Muchos de mis amigos son heterosexuales, entonces yo voy a los mismos lugares que ellos", agrega Brad, director de recursos humanos. "También es verdad que muchos bares gays son un poco ordinarios. La música no es tan buena y la gente tiende a estar deshecha por las drogas y el alcohol. ¿Así para qué quiero ir? Si quiero sexo, puedo meterme a Grindr y ya".

Gente que todavía sale a rumbear, gente que solía hacerlo, promotores y DJs hablaron con VICE y mencionaron dos problemas que explican por qué salir de fiesta hoy da más pereza que nunca: la gentrificación y Grindr.

Para el ex DJ de Queer Nation, Jeffrey Hinton, esto es un gran problema. "Las aplicaciones como Grindr y nuestra obsesión con la riqueza reflejan una imagen muy superficial", dijo. "Por eso la escena de hoy en día está tan vacía y solitaria; más si le sumamos todos los químicos que la gente está usando para destruir sus almas y cerebros".

"Pero", añade, "esto creó un panorama que con suerte la gente va a querer cambiar".

La vida nocturna es un producto que suple dos demandas ––sexo y música–– y la forma en la que los hombres gay buscan estas dos cosas ha cambiado mucho con el auge de Internet. O como dice Clayton Littlewood, autor de la obra y libro de 2008, Dirty White Boy, "¿para qué salir, si puedes pedirlo a domicilio?"

Sin importar si son gays o hétero, se están cerrando bares por todo el Reino Unido. Según la Association of Licensed Multiple Retailers, el número de bares en el Reino Unido ha bajado de 3,144 en 2005 a 1,733, diez años más tarde. Los bares tienen que desarrollar nuevas estrategias para sobrevivir ahora más que nunca. Esa es una tarea que tienen algunos promotores, como Larry Tee, que se invento el KRANK, en Berlín. Pero la ubicación también se vuelve muy importante; cada vez más, este tipo de eventos no sólo se llevan a cabo en Londres o Nueva York, sino en ciudades más pequeñas como Berlín, algo que no pinta muy bien para las grandes ciudades.

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"Cuando Giulliani empezó su campaña por la vida nocturna de Nueva York, me acuerdo de ver dark rooms desaparecer" dijo Tee. "¿Cuándo fue la ultima vez que escuchaste una canción en algún bar de Nueva York que no podías esperar para descargar? O ¿Qué hayas estado en una orgía, como en el Cock cuando quedaba en la Avenida A?".

"Para mí, después de 35 años, la vida nocturna ya no es interesante", afirma el fotógrafo de Londres Jamie McLeod, "A menos de que esté en algún lugar sin influencias comerciales occidentales, como en Turquía, México, Líbano, Egipto o Irán".

Además la explosión de la cultura chemsex, tener sexo mientras se consumen drogas, implica una mayor competencia para los promotores de la vida nocturna gay. "Los bares han sido reemplazados por quedarse en la casa usando las drogas recreacionales", alegó un patrocinador de London's Fire. "Puedes tomar, consumir y tirar; todo en la comodidad de tu casa o en la de algún vecino gracias a las aplicaciones con las que contamos ahora".

"La idea de una 'escena' ya está mandada a recoger" afirmó el cantante David McAlmont. "Los homosexuales todavía la están pasando muy bien". Y para una generación más joven sin los privilegios (o sin los prejuicios) de no recordar cómo eran las cosas, salir de fiesta ya no es nada extraordinario. "Nosotros vamos a Orange (en Vauxhall) todos los domingos por la noche," dijo Simon, de 19 años, que se mudó el año pasado de un pequeño pueblo de Sussex a Londres. "Londres es como una explosión de escarcha en tu cara. Es demasiado divertida. Cuando la gente dice que la fiesta ya no es tan buena , yo sólo los miro y pienso ¿Cuándo habrá sido la ultima vez que salieron a rumbear?".

"Todavía es emocionante; solo tienes que saber en donde mirar", dijo Hannah de 22 años, diseñadora de Norwich. Yo salgo en Camberwell y allá hay muchos eventos y sitios como Bussey Building y Flying Dutchman. Pero Goldsnap en Dalston Superstore es mi noche favorita. Viejas buenas, DJ-ing y R&B toda la noche. ¿Qué no es emocionante de eso?".