Así se preparó a los más de 200 perros que aparecen en “WHITE GOD”

[Este artículo contiene spoilers de la película WHITE GOD de Kornél Mundruczó]

Una niña de 12 años en bici perseguida por 200 perros salvajes, corriendo a toda leche por las calles de Budapest. Con esta imagen abre el director húngaro Kornél Mundruczó su película WHITE GOD (Magnolia Pictures), ganadora del premio “Un Certain Regard” en el Festival de Cine de Cannes y prevista para su estreno en España el 19 de  junio. Esta escena representa una rebelión de las especies marginadas contra sus maestros, que el director espera sirva de metáfora de las actuales tensiones sociopolíticas en Europa. La alegoría se mantiene con la excelente representación de los perros en la película, a los que Mundruczó les da un estatus de personaje digno de reconocimiento. Estas bestias fuertes y robustas que hemos dominado y devaluado reclaman ahora el mundo para sí mimas, 200 perros eclipsan a la niña en la bicicleta y acaban echándola al suelo.

Teresa Ann Miller es la entrenadora de animales responsable de encontrar, entrenar y dirigir a los dos perros que representan el personaje principal de White God, Hagen. Miller entrenó a los dos perros hermanos, Luke y Bodie, bajo la tutela de su padre, también entrenador de animales y con 40 años de experiencia preparando animales domésticos ante las cámaras para películas como Beethoven y Cujo. Llamamos a su hija para que nos hablara sobre el rodaje de WHITE GOD, su trabajo de entrenamiento y la realidad de la interpretación de animales en películas.

The Creators Project: ¿Qué diferencia hay en preparar un perro actor y un perro que simplemente sale en una película? ¿Son perros actores los más de 200 perros que aparecen en WHITE GOD?

Teresa Ann Miller: El coordinador con el que trabajé en Budapest se encargó de reunir a todos esos perros. Habló con la protectora de animales para poder llevar a todos los perros a su rancho un par de veces a la semana y dejar que se mezclaran los unos con los otros y corrieran de A a B. Estos perros no recibieron ningún tipo de entrenamiento para actuar, solo se les indicó que corrieran de A a B.

¿En qué se diferenció el estilo de entrenamiento que recibieron Luke y Bodie del resto de los perros? 

Marlene [el otro personaje canino] y Hagen representan personajes específicos dentro de la película, así que recibieron un entrenamiento más especializado, que se centró en hacer que el animal se comportara de forma natural y no como un animal adiestrado. La diferencia es que muchos de los animales actores aprenden una rutina, un truco, se les enseña a hacer esa rutina, lo cual es algo impresionante. Lo que hicimos nosotros en la película es muy diferente, porque hay muchas distracciones: las cámaras, el personal de rodaje, el equipo, etc., así que nuestros perros tuvieron que aprender a trabajar con perfectos extraños. Ese es el tipo de cosas en que nos centramos, enseñamos a nuestros animales a actuar con actores humanos en una película, en lugar de entrenarlos para que hagan un truco determinado.

Hagen y Marlene son personajes cruciales en la historia. Sus complejos viajes emocionales se expresan únicamente a través de su lenguaje corporal físico, aunque las expresiones de los perros son tan familiares, e incluso humanas, que es fácil seguir su drama. ¿Me pregunto si tu propia persona se refleja en esos papeles y hasta qué punto?

Todo lo que hacen y toda reacción que tienen es un reflejo de mi persona. Si el perro tiene que estar contento e inquieto y corriendo de un lado a otro, entonces yo me tengo que mostrar feliz también. Si por el contrario el perro tiene que estar serio, tendré que cambiar mi comportamiento, ponerme seria y decir: “Necesito que vengas aquí, que te tranquilices y que bajes la cabeza”, y eso es lo que reflejan, son un reflejo de mi tono y de mi lenguaje corporal, es algo muy personal, es un reflejo de las emociones que transmito en todo momento.

¿Cómo fue la relación entre los dos perros?

Ambos son muy divertidos. Son hermanos y se podría decir que tienen una relación ccasi omo si fueran gemelos. Tienen la misma forma de responder y los mismos pequeños gestos y esas cosas. Se tumban el uno al lado del otro de la misma forma y se sientan uno al lado del otro de la misma forma y se ponen a mirar los pájaros a su alrededor. Es muy interesante observar ese vínculo. Sin embargo, sus personalidades no podrían ser más diferentes. Uno de ellos es muy reservado, muy estoico, es el pensador, Bodie; mientras que su hermano Luke es un completo tarado, todo lo que hace es sobrexagerado. Pero eso es lo que enriqueció al personaje de Hagen, tenía a los dos perros y a ambas personalidades para enriquecer a un solo personaje.

¿Tuviste que filmar alguna escena con los perros que requiriera distintas cargas emocionales? 

Lo que sucede con el entrenamiento es que descubres cómo conseguir cada comportamiento con cada perro. Si queríamos un comportamiento más tontorrón, utilizábamos a Luke, mientras que si queríamos que estuviera más centrado y estoico, utilizamos a Bodie. Lo que resulta curioso, es que en las escenas donde el perro gruñe y muestra intensamente los dientes el que aparece en realidad es Luke, porque Bodie no enseña nunca los dientes. Hay un bonito equilibrio entre los dos perros.

Sé que trabajaste con estos perros de la forma más humana posible, pero ¿tuviste que enseñarles a emular comportamientos violentos, incluso aunque ellos no representaran la violencia? Me pregunto qué tipo de trucos utilizaste para su entrenamiento y si tuviste que realizar algún tipo de entrenamiento posterior tras el rodaje para volverlos a calmar.

Estos animales son mi trabajo, pero también son mis mascotas. Están conmigo las 24 horas al día, seite días a la semana, así que estamos muy unidos. Además de asegurarme de que sean seguros, tengo la responsabilidad de mantener su salud mental estable. Lo que hacemos es asegurarnos al 100% de que no presentan ningún peligro sobre el plató. Están trabajando con una niña de 12 años, así que personalmente no haría nada que les convirtiera en un personaje no apto para esta tarea, a pesar de que parte del proceso de entrenamiento sea simular esos comportamientos violentos.

¿Cómo entrenaste a dos perros para que actuaran juntos, como en el caso de la simulación de la lucha de perros?

Tuvimos dos meses para preparar esa escena. Trabajamos durante un mes en Los Ángeles con el rottweiler y su entrenador especial, Alvin Mears, cuya especialidad es la simulación de luchas de perros. Aquí también fue Luke, el perro más tontorrón, el que resultó más adecuado para esa escena porque a los dos perros les gustaba mucho jugar y pelearse. Fue cuestión de presentarlos y dejar que jugaran, pero solo les dejábamos hacerlo sobre la cancha. Cuando nos trasladamos a Budapest, construimos el plató un mes antes para que los perros una vez allí pudieran acostumbrarse a su nueva zona de juego en la nueva localización. Luego el encargado del decorado fue transformando el escenario poco a poco, añadiendo las otras jaulas y distracciones, para que la zona de juego no cambiara de forma drástica y distrajera a los perros. Durante un mes les enseñamos a estar cómodos jugando con su compañero de lucha.

¿Cuánto tiempo os llevó rodar esa escena?

Estuvimos rodando en esa localización durante una semana y la escena de la lucha nos llevó más de cinco días, porque tras dos o tres minutos ya no querían jugar más, ya han tenido suficiente y se ponen a estornudar y a perseguir a los patos y gatos que había por detrás. Así que durante cinco días los dejábamos jugar dos veces al día, una por la mañana porque es cuando están más frescos y otra al final de la jornada de rodaje, porque como no se habían vuelto a ver en todo el día querían volver a jugar. Ese proceso lo repetimos durante cinco días de rodaje, tras un total de cinco semanas de entrenamiento antes del rodaje para esa escena.

Es un proceso muy meticuloso…

Sí que lo es, requiere mucho tiempo.

Es mucho tiempo, aunque tengo que decir que me sorprendió el poco tiempo que llevabas familiarizándote con los perros antes de empezar el rodaje. Solo estuviste con ellos dos meses antes de empezar a filmar.

Visto desde un punto de vista más amplio, no es mucho tiempo. Me los entregaron en octubre, cuando tenían 10 meses y empezamos a rodar en febrero, así que tuve cuatro meses para socializar y entrenar con ellos. En la película se refleja su inocencia y su juventud y el hecho en muchos aspectos estaban viendo el mundo por primera vez, pues los había encontrado en un pequeño barrio de Arizona y nunca antes habían viajado. Se pueden ver sus reacciones al ver un bote sobre el agua, al escuchar la bocina de un coche, y parte del entrenamiento que llevamos a cabo con animales implica hacer que incorporen su comportamiento natural en la actuación que les estamos pidiendo, de este modo obtienes la mejor representación natural de un animal.

¿Hay algo más que quieras contarnos de tu experiencia con estos perros y de tu trabajo en la película?

Supongo que lo principal de trabajar con tantos perros callejeros y perros de protectoras es que se trata de animales que han sido rechazados y que viven en una protectora, y en el proceso de trabajar con ellos y llevarlos al rancho y hacer que corran cada día se convierten en perros completamente distintos. Ahora son perros con un propósito y creo que eso es lo que los hace tan adoptables. Por lo que sé, el 98% de ellos fueron adoptados tras haber trabajado con nosotros, y eso es gracias al proceso de socialización y entrenamiento al que han estado sometidos. Así que por esa parte me siento bastante orgullosa de haber formado parte de ello. Es algo genial.

WHITE GOD se estrena en España el 19 de junio.

Traducción de Rosa Gregori.

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