Aguas termales de café y sauna de camote en Taiwán

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Aguas termales de café y sauna de camote en Taiwán

El Chuan Tang Spring Spa Hotel tienen piscinas de sabores: café, té, leche, limoncillo y hierbas chinas. Y saunas que me dieron la sensación de estar siendo cocinada lentamente como si fuera un pollo.

"Vaya", dice mi amiga Karen, agachándose para recoger una algo en las aguas termales. "¡En realidad aquí hay una bolsa de té!".

Este es el Chuan Tang Spring Spa Hotel, un hotel con spa y sauna en Jiaoxi. Jiaoxi es un pueblo en Yilan County, es decir, un viaje en tren de dos horas aproximadamente desde la ciudad de Taipei. Es un municipio conocido por sus aguas termales; y en los últimos años, un conjunto de centros vacacionales han aparecido para atender a la multitud que arriba los fines de semana.

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Chuan Tang Spring está a solo diez minutos caminando desde la estación del tren y la entrada cuesta $6 dólares. Es un spa mixto y el traje de baño es obligatorio. Hay una sección infantil con resbaladillas y fuentes, una cafetería, una cama de piedras calientes para recostarse, saunas, cuartos de vapor, una alberca y varias aguas termales de sabores. También tienen un estanque muy popular donde los huéspedes pueden poner sus pies y recibir un peculiar pedicure, pequeños peces se congregan alrededor de tus pies y literalmente se comen la piel muerta.

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Un hombre sumergido en agua de sulfuro. Todas las fotos por el autor.

Estas comodidades no son exclusivas de Jiaoxi o Taiwán; los destinos de aguas termales son el pasatiempo favorito de los taiwaneses locales. Lo que distingue a Chuan Tang de las demás, son sus opciones que son un deleite.

La atracción principal son seis estanques pequeños de aguas termales aromatizadas. Los sabores alternan, los disponibles el día de hoy son café, té, leche, limoncillo (hierba de limón), rosa y azufre; programados a 38 grados centígrados aproximadamente.

El agua termal tiene, de hecho, una bolsa rellena de hierbas o té –para hacer la infusión– remojada dentro; el estanque de leche es como bañarse en el desierto. El café está, por supuesto, diluído, y no sabemos si vamos a salir con el efecto de la cafeína si nos metemos. Nos preguntamos en voz alta qué pasaría si el spa, un día, decidiera mezclar leche y té. O leche y café.

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Estos pescados son expertos en dar pedicure.

El limoncillo es por mucho nuestra esencia preferida; no es abrumadora como la de la leche y el aroma floral nos hace querer dormir ahí dentro.

Y también hay baños de vapor.

Veo a mis amigas salir corriendo de la que dice "Menta".

"¿Eso se siente como fumar un cigarro mentolado?", grita una de ellas mientras sale corriendo.

"Sentí que me estaba sofocando con un dulce para la tos", exclama la otra.

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Baño de leche.

Pero inmediatamente, las dos se quedan asombradas y quietas. "De hecho eso se sintió muy bien", concluyen. "Despejó nuestra nariz". Las tres entramos de nuevo. Al principio es bastante doloroso; es difícil ver y respirar, pero el efecto refrescante al salir de la habitación vale la pena.

El baño de vapor de olivas dulces es relajante y suave, pero pasamos la mayor parte del tiempo en el de medicina china. Me recuerda a la recámara de mi abuela taiwanesa, pero mucho más caliente. De hecho se siente como si nos estuviéramos cociendo en un consomé de pollo herbal; nosotras somos el pollo.

El sauna está escondido detrás de la sección de piscinas y a diferencia de las otras atracciones, está dividido por género y no tiene sabor. Pero al momento en que nos sentamos, olemos un fuerte rastro de camote.

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Baño de limoncillo.

Al final de la tarde, nuestros cuerpos están suaves, relajados y extremadamente hambrientos. Me sumerjo en las aguas termales de té una vez más.

Tomamos el tren de regreso a Taipei y cenamos en un restaurante de moda.