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Los Astros de Houston, una sorpresa no esperada

Los Astros rompieron lentamente el corazón de los Yankees y dieron una sorpresa en la ronda de comodines de la Americana.
Photo by Adam Hunger-USA TODAY Sports

Jeff Luhnow se quedó un rato en el dugout visitante la tarde del lunes e inspeccionó el campo mientras sus Astros se preparaban para el juego de comodín de la Liga Americana frente a los Yankees de Nueva York el martes por la noche. Incluso antes de que se realizara el primer lanzamiento, el 2015 había sido un año de validación para Luhnow, un pionero cuyo trabajo de 2003 a 2011 con los Cardenales de San Luis —y desde que también tomó el cargo como gerente general en Houston— siempre se ha apegado a cuestionar la sabiduría convencional prevalente en el béisbol.

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Le tomó a Luhnow y a los Cardenales lo mejor de ocho años para comprobar que su masiva modernización para el desarrollo de jugadores, su scouting internacional/doméstico, y, por último, las evaluaciones de cada jugador habían sido todo menos un error interno masivo. Específicamente, se comprobó cuando el equipo ganó la Serie Mundial en 2011. Incluso en un deporte tan inherentemente conservador como el béisbol, uno no puede ponerse a discutir cuando hay un anillo de por medio.

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Aún así, los críticos podrían decir que los métodos de Luhnow solo funcionaron porque fueron los Cardenales de San Luis quienes los implementaron, junto con el genio de la pelota John Mozeliak a cargo. Dale a Luhnow su propio equipo, y los verás hundirse. Los Astros de Houston hicieron precisamente eso, y en los primeros tres años con Luhnow en el puesto el equipo perdió 107, 111, y 92 juegos.

Todo ello indica que hoy es un día difícil para aquellos en busca de desacreditar a Luhnow, cuyos Astros ganaron 86 juegos esta temporada, al igual que el juego de comodín de la LA, y el eliminaron a los Yankees de Nueva York de una manera convincente el martes por la noche. Los Astros están por encima del rendimiento que se esperaba del equipo, pero también han entregado la mejor respuesta posible para todos los escépticos de Luhnow. La historia sería otra si Houston no hubiera terminado un escabroso septiembre con seis victorias en los últimos ocho juegos. Después de ganar un playoff de un solo partido en el Yankee Stadium, es aún más diferente. En términos estadísticos, el resultado del martes significa casi nada. Pero dado que el éxito en el béisbol está definido por el momento que se vive y la narrativa, es completamente otra cosa.

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Cuando te cae champaña en la barba. —Foto por Adam Hunger-USA TODAY Sports

"Creo que una parte de todo esto dejará de hacer ruido", dijo Luhnow antes del juego, mientras observaba calmado a su más grande adquisición, Carlos Gómez, correr hacia la jaula de bateo. Gómez pegó un cuadrangular en la victoria de 3-0 de los Astros. "Pero algo nos dice que estamos en camino para lograr más cosas, espero."

El punto de Luhnow está minimizado pero es significativo —todo mundo cree que los Astros serán mejores el próximo año, y aún mejor el que sigue—. Su mejor jugador, Carlos Correa, acaba de cumplir 21 años el mes pasado, y puede que ya sea considerado como el mejor shortstop. Los dos mejores jugadores que le siguen, José Altuve y George Springer, tienen 25 y 26 años. El más viejo de los tres mejores abridores, Collin McHugh, tiene 28. Sorprendentemente, 17 de sus 18 jugadores colaboradores de Victorias Por Encima del Reemplazo (WAR, por sus siglas en inglés) de esta temporada tienen menos de 30 años.

Esto es lo que se avecina: los Astros avanzaron a la postemporada en los siguientes niveles de ligas menores: Triple-A, Double-A, A-ball, low-A, temporada corta, y béisbol para novatos. El identificar a jóvenes talento de primera generación es cómo Luhnow, Sig Mejdal, y muchos otros revitalizaron a los Cardenales. Lo han hecho de nuevo con Houston.

Lo cual indica que el debate ha cambiado irrevocablemente. Puedes escuchar el último aliento moribundo de una visión desactualizada sobre A.J. Hinch —quien llevó a los Astros a playoffs este año— en esta columna de Bill Madden de octubre pasado:

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"Y después tienes a los Astros de Houston, cuyo gerente general Jeff Luhnow listo para la guerra decidió que A.J. Hinch era el hombre indicado para guiarlos fuera de la maleza de derrotas hacia la prosperidad de la postemporada", escribió Madden. "¿Y cuáles eran exactamente las credenciales de Hinch?…Luhow, el mejor tipo manejando estadísticas, sabe lo que hace, mientras que es muy probable que Hinch no oponga resistencia (como el pasado gerente general Bo Porter) a los estudios estadísticos (y sugerencias de alineación) provenientes de arriba."

Cuando sospechas que le has pegado bien a la pelota pero no quieres hacer tanto escándalo. —Foto por Adam Hunger-USA TODAY Sports

Inmediatamente después de la temporada 2015, el gerente habría sido disculpado por haber dado una vuelta de la victoria.

"No eres la primera persona en decirme que había preguntas", Hinch dijo sonriendo la tarde del martes. "He tenido que responder un par. Cuando has estado tanto tiempo en este deporte ves y sientes muchas cosas diferentes. Aprendes que la gente tiene una opinión de ti o sobre lo que haces día a día."

"¿Reconocimiento? No lo necesito. Necesito el respeto de los jugadores. Necesito que jueguen bien. Necesito una identidad de equipo y una cultura grupal que esté ahí todos los días para ganar. Cuando todo sale bien, entonces es cuando sé que estoy dirigiendo al club de la forma adecuada."

Dentro de los vestidores de Houston, los jugadores estaban tan conscientes como su gerente general de que mucha gente en el béisbol no creía que el proyecto de Luhnow funcionaría. "Ha sido un buen año", el bateador de los Astros, Evan Gattis, dijo el lunes. "Creo convincentemente que hemos demostrado algo hasta este punto. No creo que sea por un solo juego. Creo que el experimento, si quieres llamarle así, está funcionando."

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Dallas Keuchel, el lanzador abridor de los Astros en el juego de comodín, es un ejemplo estadístico del ascenso de los Astros. En 2012 y 2013, su promedio de carreras limpias permitidas (ERA, por sus siglas en inglés) estuvo dentro de los mejores 5. En 2014, se destapó y jugó bastante bien. En 2015, ganó 20 juegos y terminó con el mejor ERA en la Liga Americana.

La vieja cara puntiaguda de brujo sobresaliente. —Foto por Adam Hunger-USA TODAY Sports

Por lo general, los equipos en construcción ven a sus lanzadores menos efectivos abrir camino a brazos más talentosos. En este caso, el talento de Keuchel ha estado a la altura.

"Creo que mucha gente sigue sin confiar en nosotros", declaró Keuchel este lunes. "Y realmente no lo entiendo. Aseguramos un lugar de playoff. Le comprobamos a la gente a lo largo de la temporada que estaban equivocados. Juego con un chip en mi hombro, y creo que muchos muchachos también. Siempre lo llevaremos."

El equipo completo lleva consigo la marca inconfundible de Luhnow. Ya sea Keuchel, dando crédito al trabajo con el entrenador de pitcheo Brent Strom escogido personalmente por Luhnow, o un cuadrangular de la gran adquisición Carlos Gómez, todo pasó por una decisión de Luhnow que determinó el resultado del juego del martes. "Jeff ha armado una gran franquicia en ascenso", dice Hinch. "Creo que todavía tenemos mucho que dar. Realmente no necesitamos el reconocimiento. Solo necesitamos continuar construyendo la mentalidad de ganar juegos que se supone debemos ganar."

Pero nadie pensó que los Astros de Houston tenían que ganar el juego del martes por la noche. La portada de Sports Illustrated tan discutida del año pasado predijo que los Astros serían los campeones de la Serie Mundial de 2017. Parece algo conservadora desde el punto de vista de octubre de 2015.

Después de perseguir a Keuchel después de su conferencia de prensa, le pregunté, mientras se dirigía al clubhouse para celebrar, si creía que los Astros habían pasado algún tipo de examen. Me recordó que los Astros estaban seguros de quiénes eran hace tiempo. "Hemos estado haciéndolo todo el año", dijo Keuchel, con su gorra empapada de champaña. "Ahora tenemos la oportunidad de mostrarle a todos quiénes somos."