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vuelo en wingsuit

Sé un héroe o muere en el intento

El piloto italiano de 'wingsuit' Uli Emanuele bailó con la muerte una vez... y luego repitió tres veces más para grabar material espectacular con su cámara GoPro.
All photos courtesy Uli Emanuele

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En los últimos 10 años, el salto BASE con traje aéreo —o 'wingsuit'— se ha ganado a pulso la reputación de ser el deporte más peligroso y mortal del mundo. Según un informe de 2007 que analizaba un centro de salto BASE en Noruega, hay 50 veces más probabilidades de morir practicando salto BASE que haciendo paracaidismo.

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La forma más sencilla de acercarse al salto BASE desde casa probablemente sean los vídeos de YouTube grabados con cámaras GoPro. El espectáculo más reciente, publicado la semana pasada, presenta una acrobacia de auténtica locura realizada por Uli Emanuele, un italiano de 29 años. Emanuele ha pasado los últimos cuatro años viviendo en el valle de Lauterbrunnen de Suiza, considerado la Meca del salto BASE y del vuelo de proximidad con traje aéreo.

El vuelo de proximidad en 'wingsuit' significa esencialmente rozar montañas o acercarte peligrosamente a cualquier cosa mientras estás volando. Planear más cerca de la tierra aumenta la sensación de velocidad; el vuelo de proximidad es como crack para el adicto a la adrenalina.

En el vídeo, que rápidamente sumó cientos de miles de visitas, Emanuele salta de un acantilado; inmediatamente, las cámaras de su traje —un disfraz que simula las membranas de una ardilla voladora— se llenan de aire y se transforman en rígidas alas, lo cual le permite planear hacia delante aproximadamente tres metros por cada metro de descenso.

Mientras desciende a más de 150 kilómetros por hora, Emanuele se desliza por una esquina para revelar, mediante una GoPro montada en su casco, un hoyo imposible que parece el ojo de una aguja en lo alto de una torre de piedra.

En el inicio del vídeo nos dice que la abertura en la roca mide cerca de 2 metros y 70 centímetros de ancho. Sabiendo las dimensiones de un ser humano adulto, puedes hacer cálculos: no hay espacio para los errores. Si se pasa medio metro en cualquier dirección, Emanuele podría unirse a la larga lista de saltadores BASE —muchos considerados como los mejores y más experimentados del mundo— fallecidos en años recientes. Dos de ellos, de hecho, murieron el pasado fin de semana, incluyendo el poseedor del récord Jhonathan Florez.

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Emanuele pasa por el orificio sin error alguno. Pronto el valle de Lauterbrunnen se abre a sus pies mientras el héroe del vídeo —el eslogan de GoPro es "Be a Hero" ("Sé un Héroe")— disfruta de otro minuto de vuelo antes de activar su paracaídas y aterrizar en un campo bucólico, verde y luminoso, con cabritas pasturando.

El final del vídeo es inesperado: aparece Emanuele, ahora sin su traje de ardilla voladora, intentando atraer la atención de un grupo de cabras. El hombre, que literalmente rozó la muerte con los dedos, los usa ahora para llamar cabras. La ironía del Universo no conoce límites.

Uli Emanuele, a punto de pasar a través de un agujero no mucho más grande que una puerta de parking a 150 kilómetros por hora. Imagen vía YouTube.

El 'fly-through', como se le llama en el mundo del 'wingsuit', tiene precedentes. El ejemplo más conocido es probablemente el 'fly-through' de Jeb Corliss en 2011 en un arco de 109 metros de altura y 30 metros de ancho llamado Puerta del Cielo en la montaña de Tianmen, en China. La acrobacia multimillonaria, patrocinada por una conocida marca de bebidas energéticas, tuvo público en directo y fue retransmitida por televisión. Hasta aquel momento nunca se había visto nada parecido en el mundo del 'wingsuit', ni en la publicidad de la acrobacia ni en los desafíos técnicos del mismo.

El salto de Emanuele refleja hasta qué punto ha madurado el deporte en la última década. Los pilotos son mucho más habilidosos después de 10 años desarrollando su deporte y los 'wingsuits' permiten ejecutar las acrobacias a un nivel más alto. A diferencia del vuelo de Corliss en 2011 (a través de un hoyo más grande, por cierto), Emanuele planeó y ejecutó su salto sin un equipo de soporte técnico y sin ninguna cobertura televisiva.

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Jeb Corliss elogió a Emanuele en Facebook: "Bueno, este es sin duda el vuelo de proximidad en 'wingsuit' más brutalde todos los tiempos", escribió. "El hoyo más pequeño y complicado de todos. Es sorprendente ver cuánto ha progresado en vuelo en 'wingsuit'".

Otros miembros de la comunidad 'wingsuit', sin embargo, no parecen tan impresionados.

"No veo el vuelo de Uli como algo nuevo o innovador, aunque sea deslumbrante", aseguró Matt Gerdes, autor de The Great Book of BASE y dueño de Squirrel, una de las ocho compañías fabricantes de 'wingsuits' en el mundo. "La gente lleva volando a través de hoyos y dando en el blanco con 'wingsuits' durante muchos años".

"Es posible controlar 'wingsuits' con una precisión medida en centímetros, no en metros", continuó Gerdes. "La pregunta es, ¿cuánto margen quieres dejarte?".

Para el simple mortal que ve vídeos en YouTube, esos márgenes son simplemente incomprensibles. Nuestro razonamiento suele quedarse en un simple pero efectivo "Esta peña está loca". No os sintáis culpables si pensáis que Emanuele es un tarado o directamente un idiota: casi todo el mundo suele tener la misma reacción.

Emanuele a punto de saltar en Irán en 2014. Foto cortesía de Uli Emanuele.

Emanuele es originario de Bolanzo, al sur del Tirol, en Italia. Es uno de los más experimentados deportistas en su rama: comenzó a practicar paracaidismo a los 16 y ha completado más de 700 saltos. A los 20 empezó a hacer salto BASE: desde entonces ha sumado más de 1.900 saltos.

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En el último lustro, Emanuele se ha concentrado únicamente en los vuelos con 'wingsuit'. El transalpino se mudóhace cuatro años a Lauterbrunnen, donde consiguió un trabajo como lavaplatos. Ahora pasa su tiempo libre escalando las montañas cercanas en busca de nuevas "salidas", los puntos desde los que salta, así como de dramáticos paisajes suizos para vuelos de proximidad.

Emanuele descubrió el hoyo que aparece en el vídeo hace tres años, pero en aquel entonces la idea de volar a través de este le parecía una locura incluso a él.

"Bromeaba sobre eso con mis amigos", dice Emanuele. "Pensaba que era imposible."

Aún así, la idea se le quedó en la cabeza, así que comenzó a practicar y a prepararse para el vuelo. Midió la roca y las dimensiones del hoyo; pasó un total de 45 horas caminando para encontrar el punto de salida que lo pondría en la mejor trayectoria para lograrlo. También pasó muchas horas volando a través de árboles y otros espacios reducidos como parte de su entrenamiento.

"Espero que la gente entienda que no acometí este proyecto con los cojones, sino con la cabeza", asegura Emanuele. "Entrené todos los días durante tres años hasta estar seguro de que tenía el 100% de mis habilidades preparadas para este salto".

Emanuele voló a través del hoyo en septiembre. "La primera vez que lo hice fue para mí mismo. No se lo dije a nadie, ni a amigos ni a patrocinadores".

Después de su éxito inicial, Emanuele decidió hacer el vídeo, que requirió varias repeticiones del salto. Para capturar más tomas, tuvo que volar hasta tres veces. Visto desde fuera, el hito solo parece comparable a que un golfista anotase cuatro hoyos en uno con una pistola apuntándole a la cabeza.

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"Volé todas esas veces porque fui capaz de hacerlo", dice Emanuele. "No pienso en la suerte cuando salto: ya necesitamos suficiente suerte en nuestras vidas normales".

Y aún así, después del fallecimiento de saltadores del nivel de Dean Potter, Mario Richard, Sean "Stanley" Leary y otros, considerados como los más experimentados, cautelosos y habilidosos del mundo, nadie se habría sorprendido si Emanuele no hubiera pasado por el hoyo. Porque, como dice el dicho, la única forma de no morir en el salto BASE es no practicarlo.

"El salto BASE no se hace más seguro con más experiencia", escribió Chris McNamara, un ex piloto de salto BASE de California, en The Great Book of BASE. En una publicación reciente, el saltador reiteró su decisión de dejar el deporte antes de matarse practicándolo.

"Puede que no exista nada como el 'wingsuit', pero hay demasiadas cosas por las que vivir", aseguró McNamara. "Fue algo terrorífico dejar de hacerlo y confiar en que habría cosas que lo reemplazaran, pero puedo asegurar que sí las hay. Tengo experiencias más variadas, significativas y duraderas. Y me divierto igual".

Al fin y al cabo, la forma en la que escogemos vivir nuestras vidas y el grado de riesgo que estamos dispuestos a aceptar en nombre del deporte reside dentro de cada individuo, nunca del coro de comentarios en YouTube y Facebook.

"Saltar es lo único que puedo y quiero hacer", dice Emanuele. "Es mi forma de vida. Creo que todas las personas que practican deportes extremos saben que pueden morir cualquier día. Si lo aceptas y no te importa, entonces lo vale. Si tienes una duda, aunque sea una sola, entonces debes parar".