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Primer División de Argentina

Boca Juniors se acuerda de River en su festejo de campeón

Con dos fechas aún por disputarse, Boca Juniors se proclamó campeón de la Primera División de Argentina. Fieles a su estilo, los Xeneizes se acordaron del eterno rival en medio de los festejos.

Hace algunos años, Marcelo Bielsa declaró: "En Argentina es más importante humillar al otro que ganar". No hay tregua para el odio que existe entre las hinchadas del cono sur, ni siquiera en medio de la algarabía que significa ver campeón al equipo de tu vida.

Boca Juniors obtuvo su título 32 del máximo circuito del futbol argentino el fin de semana, con dos fechas de anticipación y después de una lluvia asfixiante de críticas; no basta salir campeón si el futbol que presume no es atractivo y lejos del nivel de otros conjuntos históricos xeneizes.

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"Es para vos, es para vos, 'gallina' puta, la puta que te parió", cantaron sus jugadores apenas concretada su victoria ante Unión. La "gallina" no podía ser otro: River Plate. Y, como si ofender al rival de sangre con cánticos después de saberte campeón no fuese suficiente, algunos jugadores salieron del hotel con sábanas blancas que los cubrían de pies a cabeza: la figura del fantasma, el espectro del descenso que merodea en el equipo de River Plate, a pesar de haber sucedido hace más de cinco años.

Darío Benedetto, goleador del torneo y pieza clave del campeonato xeneize

Ganar parece, en ocasiones, una cosa de todos los días para el club más ganador del continente americano. Por momentos, la capacidad de asombro no pasa por la mente de los Xeneizes; prefieren recordarle a la "gallina" su superioridad que agradecer el trabajo en equipo a lo largo de una campaña rocosa.

Minutos después en la Bombonera -sus gradas vestidas con trapos azules y amarillos como suele lucir todo el tiempo-, Boca ofreció a sus aficionados el trofeo, y no desaprovechó la ocasión para burlarse una vez más de River: sacó a relucir un reloj que traza el tiempo del equipo en primera división.

Las ácidas respuestas de los detractores no se hicieron esperar. Pero nada de eso importó, porque Boca volvió a coronarse y, sobre todo, mostró el lado más pasional de una rivalidad bien conocida en el mundo del futbol. Se dice que el campeón puede hacer y deshacer, inclusive no saber ganar.