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Los talibanes anuncian su ofensiva primaveral y Afganistán se prepara para defenderse

"La yihad contra el ejército agresivo y usurpador de los infieles es una obligación a la que nos debemos de manera sagrada" han expresado los talibanes mediante un comunicado, en el que anuncian el principio de la temporada de guerra de este año.
Un soldado afgano toma posición contra los combatientes talibanes en Kunduz, en enero de 2016. (Imagen por Jawed Kargar/EPA)
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Los talibanes anunciaron ayer el principio de su ofensiva de primavera. Los combatientes yihadistas han prometido que van a lanzar ofensivas de largo alcance contra las fortificaciones del gobierno afgano. Según han relatado en su comunicado, la organización criminal piensa desplegar sus ataques con ayuda de terroristas suicidas y de ataques guerrilleros. Su intención no es otra que derrocar el gobierno afgano actual, que cuenta con el apoyo de Occidente.

El anuncio del inminente arranque de la "Operación Omari", bautizada en honor al fundador fallecido de los talibanes, Mullah Mohammad Omar, se produce solo algunos días después de que el secretario de estado de EEUU, John Kerry visitara Kabul y reafirmara su apoyo al gobierno de unidad nacional que dirige Ashraf Ghani.

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"La yihad contra el agresivo y usurpador ejército de los infieles es una obligación sagrada que cargamos en nuestros hombros y es nuestro último recurso para restablecer la ley islámica y para preservar nuestra independencia", han expresado los talibanes a través de un comunicado.

La insurgencia ha ganado fuerza desde la retirada de las tropas internacionales a finales de 2014. Se entiende que los talibanes no habían acumulado tanto poder desde que fuesen derrocados del trono de su país por las tropas estadounidenses en 2001, justo después de la caída de las Torres Gemelas.

Además de atentados suicidas y estratégicos, la ofensiva anunciada también pretende llevar a cabo asesinatos de "comandantes del ejército" en centros urbanos, tal y como reza el comunicado talibán.

"La operación empleará todos los recursos a nuestra disposición con el fin de dinamitar al enemigo durante esta guerra de erosión, esta guerra atomizada que perturba la moral de los invasores extranjeros y a las milicias armadas con las que cuentan", han explicado.

Mira el documental de VICE News 'Incrustados en el norte de Afganistán: el resurgimiento de los talibanes' (pronto con subtítulos en español):

Los combatientes yihadistas se han expresado en la misma línea con que lo habían hecho en sus anteriores comunicados, y también han proclamado que se dedicarán a establecer gobiernos provisionales y en condiciones en las pocas zonas que controlan. Los guerrilleros también prometido, además, eludir las bajas civiles y los daños a sus infraestructuras.

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Lo que sigue siendo una incertidumbre es valorar hasta qué punto el anuncio provocará una escalada inminente de la violencia. El año pasado los talibanes, ya reforzados tras muchos años de precariedad, cometieron la friolera de 11.000 asesinatos de civiles. Tanto la OTAN como los oficiales afganos ya han anunciado que esperan que 2016 sea un año de combates a degüello.

Horas antes de que los talibanes hayan anunciado su ofensiva, la embajada estadounidense en Kabul ha activado un aviso de emergencia a todos los ciudadanos estadounidenses en la zona. La embajada habría recibido inteligencia de un posible ataque de la insurgencia contra uno de las mayores hoteles de Kabul.

Los duros y aparatosos enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno y los combatientes yihadistas se han continuado produciendo por todo Afganistán, desde Kunduz, la ciudad del norte que fue tomada brevemente por la insurgencia el año pasado, hasta la provincia de Helmand, que bordea con Pakistán por el sur.

El Pentágono acaba de publicar 200 fotos muy esperadas sobre abusos en Irak y Afganistán. Ver aquí.

En Helmand, donde miles de tropas inglesas y estadounidenses han sido heridas o abatidas mortalmente en sus enfrentamientos con los talibanes, las fuerzas del gobierno se han retirado de muchas áreas y se las están viendo y deseando para mantener el control de según qué partes de la capital de la provincia, Lashkar Gah.

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Las mermadas fuerzas de seguridad afganas han tenido que lidiar con numerosas bajas, con elevados índices de deserción y con la escasez de poder aéreo, de transportes, y de apoyo logístico, en el primer año en que han batallado solas.

Según los comandantes de la OTAN, los talibanes solo dominan un 6 por ciento de Afganistán. Sin embargo se estima que una tercera parte del país está expuesta a las ofensivas de las insurgencia. Igualmente, se estima que las fuerzas del gobierno controlan poco más que el 70 por ciento del país.

El general estadounidense John Nicholson, que asumió el cargo como comandante de las tropas internacionales afganas el mes pasado, está llevando a cabo una revisión estratégica de la misión aliada, entre cuyos planes se contaría el de recortar el número de tropas destacadas en Afganistán. Nicholson estaría considerando pasar de los 9.800 efectivos de que dispone ahora, a dejarlos en solo 5.500 para final de año.

A no ser que haya un cambio de planes, la reducción implicará el final de la mayor parte de los entrenamientos que la OTAN estaba brindando a las fuerzas afganas, además de sus operaciones de asistencia. De tal forma, el resto de fuerzas restantes se concentrarán en las operaciones antiterroristas contra organizaciones como Estado Islámico.

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