Pensándolo bien, LeBron James debería fichar por los Rockets de Houston
Foto: Troy Taormina-USA TODAY Sports

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Pensándolo bien, LeBron James debería fichar por los Rockets de Houston

El verano próximo, el mejor basquetbolista del mundo podrá rescindir de su contrato y jugar para cualquier equipo que le plazca. Por estas razones, Houston sería el mejor destino.

La especulación alimenta la conversación de la NBA más que ninguna otra cosa en la temporada muerta. Y justo ahora, antes de que empiece la temporada 2017-18, el principal tema de especulación es la decisión que tome LeBron James cuando le llegue la agencia libre.

¿A dónde ira el más grande basquetbolista del momento dentro de un año? Nadie, ni siquiera James, puede dar una respuesta definitiva, pero cualquier equipo amaría tenerlo. Los candidatos más mencionados estarán variando hasta el día en que firme su siguiente contrato. Hoy, los favoritos no están castigados por el tope salarial, pueden contender por el título, y ofrecen distintas estructuras de incentivos que van más allá de la duela. Esos favoritos son los Lakers de Los Angeles, los Spurs de San Antonio y los Cavaliers de Cleveland.

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Muy probablemente, James considerará cualquiera de esas tres organizaciones, pero si ganar un cuarto anillo es su única prioridad en un mundo en el que James no se está volviendo más joven y en el que los Warriors de Golden State parecen encaminados a una dinastía, entonces los Rockets de Houston deben ser su opción número uno. A diferencia de Los Angeles, San Antonio y Cleveland, Houston necesita sortear varios obstáculos para poder financiar el contrato de James sin perder su competitividad. Los otros tres equipos mencionados ya pueden sumar el contrato máximo de James, el cual, asumiendo que el tope salarial del año próximo sea de 102 millones de dólares, podría ser de 35.7 millones.

Actualmente, los Rockets tienen 78.2 millones de dólares comprometidos en seis jugadores para la temporada 2018-19, y eso no incluye candados de tope salarial en Chris Paul, Trevor Ariza o Clint Capela, que son tres piezas de importancia variada en el inevitable enfrentamiento contra Golden State. Si tomamos en cuenta estos factores, el espacio para el tope salarial de Houston se evapora.

Eso no impide el sueño de ver a James Harden, a Paul y a LeBron (tres de los más respetados practicantes del pick and roll) jugando en el mismo equipo, sin embargo se vuelve extremadamente difícil construir un equipo bien completo.

El escepticismo es entendible, pero los huecos existen. El más conveniente es similar a lo que hicieron Paul, Houston y los Clippers de Los Angeles: James puede armar una maniobra de firma y cambio al ejercer la cláusula de 35.6 millones. Con ello, en vez de perder a la cara de su franquicia por nada, los Cavaliers podrán tener a Eric Gordon, Ryan Anderson, una selección de primera ronda y hasta 5.1 millones de dólares en efectivo.

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Photo by Troy Taormina-USA TODAY Sports

Los Cavs podrían decir que no, pero con Kevin Love, Tristan Thompson, J.R. Smith, Kyle Korver, Cedi Osman, y por el momento también Kyrie Irving, con contrato vigente para la temporada 2018-19 (además de la opción de jugador de 11 millones de Shumpert), no tienen un espacio considerable para el tope salarial, aunque James tome la opción de salir. A Anderson y a Gordon también se les debe una cifra combinada de 35.3 millones para la temporada 2019-20. Y eso no es menor -especialmente para un propietario que no querrá pagar el impuesto de lujo una ve que James abandone el barco-, sin embargo, no son contratos gigantescos para su último año, además de que ambos jugadores no son malos y seguirán siendo menores de 32 años.

Esto no evita la pérdida de James, y Cleveland podría optar por dejar ir a Thompson, Love y además, mantenerse por debajo del impuesto de lujo, y comenzar nuevamente desde cero. Pero la reconstrucción podría no justificarse en una conferencia patética, en una ciudad que no logra atraer a los agentes libres, y con jugadores valiosos en el plantel. Aunque el campeonato quede fuera de la discusión, sí serán una presencia frecuente en la postemporada.

Si Cleveland acepta, los Rockets podrían mantenerse por debajo del tope salarial, volver a fichar a Paul con el máximo contrato, conservar a Ariza y a Capela sin perder a P.J. Tucker o a Nene. Estarían, en la opinión de este escritor, a la par de los Warriors, desplegando armas de dos vías, con un tamaño competente, y suficiente disparo de tres puntos, como para destronar a los campeones.

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Obviamente, las cosas se complicarían si los Cavaliers no quieren participar en esta maniobra de firmar a James para luego cambiarlo, o en el caso de que James busque un contrato a largo plazo. Houston tendría que soltar a Anderson, Gordon, Tucker y otras piezas en un clima en el que pocos equipos tienen suficiente espacio en el tope salarial como para absorber un salario no deseado.

Y aunque pudieran conseguirlo, los 39 millones del tope salarial de Paul afectaría su flexibilidad. Los Rockets tendrían que volver a fichar al entonces base de 33 años a un precio menor que su máxima cantidad (el cual es el mismo que el de LeBron) si quieren alinear más que una colección de contratos mínimos de veteranos, Paul, LeBron y Harden.

Básicamente, todos los demás jugadores en el plantel del año pasado tendrían que irse, acabando, en esencia, con la posibilidad de un conjunto completo, y dejando a LeBron en una posición peor que en Cleveland acompañado de un diminuto ejército de tiradores de triples, Irving, y Love como su apoyo principal. Sería atentar contra la misma idea de traer a LeBron James. Harden sería el compañero de equipo más talentoso de su carrera, pero con 34 años encima y sin una banca de apoyo es difícil ver cómo Houston derrotaría a Golden State cuatro veces en siete intentos.

Foto: Gary A. Vasquez - USA TODAY Sports

En el caso de que el fichaje e intercambio no sea una opción, LeBron o Paul tendrían que reducirse el salario. ¿Pero es plausible? James se negó a aceptar cualquier cifra menor a su valor máximo cuando regresó a Cleveland en 2014, pero quizá se debió más a su fría relación con el dueño de los Cavs, Dan Gilbert, que a un precepto inquebrantable. Incluso con un contrato de proporciones descomunales, James ganó el doble fuera de la duela que sobre ella la temporada pasada. Con el dinero de su cadena de pizzerías puede proveer por los hijos de sus hijos de sus hijos. (Recordatorio: en el estado de Texas no existe el impuesto sobre la renta).

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Paul, quien gana también una decente cantidad de los patrocinios, podría estar más motivado ante la oportunidad de satisfacer sus ambiciones profesionales, silenciar las críticas, y por fin avanzar más allá de la segunda ronda. En Houston con LeBron y Harden, Paul sería la tercera opción en el mejor equipo de su carrera. Un trofeo perseguido por otros 29 equipos no es una garantía, pero sería su mejor oportunidad.

Todo esto parece improbable, pero no imposible. Kevin Durant se embolsó menos dinero para formar un imperio en el Área de la Bahía. Para competir de verdad en los mejores equipos de la NBA de la actualidad, los verdaderos basquetbolistas necesitan sacrificarse en la duela y en sus ahorros. Es la realidad de hoy.

Si de alguna manera salen las cuentas y estos tres pueden llegar a un acuerdo que convenga a todas las partes involucradas, el perfil de LeBron junto a Paul y Harden sería de ensueño. Los tres pueden anotar triples, manipular la línea defensiva con sólo voltear al otro lado de la cancha. Son escurridizos, robots del ataque que obligan a las defensas a escoger su muerte.

Sólo un puñado selecto ha podido ser dominante al nivel en el que se encuentran. La edad, fatiga, y la mala salud son todos enemigos engañosos, pero el sistema de Mike D'Antoni podrá inyectar nitroglicerina a este trio capaz de crear las transiciones al ataque más precisas que la liga jamás ha visto.

Los Rockets podrían reducir los minutos de juego y el desgaste, y permitirles lucir más certeros a la defensiva. La habilidad de Harden para ganar rebotes y aguantar a los jugadores de poder debería ser suficiente.

Con Paul, Ariza, y Tucker armando una fortaleza, bloqueando las líneas de pase y anulando puntos, la unidad de cinco hombres más versátil de Houston luce como una oposición más sólida ante Golden State que la alineación actual.

Mucho puede cambiar de aquí al próximo julio, pero los Warriors de Durant, Steph Curry, Klay Thompson, y Draymond Green son el reto más grande en la carrera de LeBron. Derrotarlos de la mano de uno de sus mejores amigos sería el logro más grande de todos.

La decisión de James hablará mucho de sus prioridades y motivaciones. Será el cuarto acto de una carrera trascendente y legendaria. El "cómo" del primer paso mantendrá su grandeza o la llevará a un plano mayor. Los Rockets se perfilan para llevarlo a lo más alto.