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Música

El Lado B de Roger Waters: Defender a Palestina

Así fue el evento privado de la leyenda del rock en CDMX.

Una puerta se abre del lado izquierdo de la sala que está abarrotada de asistentes. Son 350 personas que esperan impacientes desde hace una hora. La figura de un hombre delgado de 75 años y pelo cano desata la euforia. Todos voltean a ver si la hora ha llegado. Sí, es Roger Waters. Camina nueve pasos y sube al escenario arropado por gritos, aplausos y clicks de cámaras. Extiende sus brazos como si quisiera abrazar a todos. Grita un “¡Welcome!” y toma el micrófono. No se cuelga su bajo ni suena "Breathe" en los amplificadores, la canción que ha marcado el inicio de sus conciertos en Latinoamérica. En cuestión de segundos el silencio toma por asalto el lugar. Las personas se sientan en sus lugares como si estuvieran en un salón de clases. Está por iniciar un evento muy distinto al que nos tiene acostumbrados el fundador de Pink Floyd y nadie quiere pestañear.

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Es el cierre de su gira Us + Them en la Ciudad de México. Pero esto es algo distinto. No hay costoso show de luces, ni una producción gigante; apenas dos sillones individuales de piel color café separados por una mesita. Se trata de una conferencia-plática-conversatorio. Su objetivo: hablar de la grave situación que se vive todos los días en Palestina.

Roger Waters

Foto de David de La Paz

Para nadie es un secreto que Waters es, además de un genio musical, un activista comprometido con los derechos humanos. Así lo muestra en cada uno de sus conciertos, en donde se expresa, a través de letras o imágenes, contra el fascismo, contra la explotación laboral y contra el presidente estadounidense Donald Trump. Pero también ha mostrado su desagrado contra el sistema económico neoliberal, el triunfo de Bolsonaro en Brasil o el racismo.

Por eso ahora está aquí, en un pequeño auditorio al sur de la capital mexicana, alejado de los grandes escenarios y de las cientos de miles de personas que lo acompañan en cada concierto. ¿Qué nos va a decir sobre Palestina? ¿Qué tiene que ver con México un pequeño territorio que se encuentra a 12,400 kilómetros?

Roger Waters

Foto de David de La Paz

El evento es parte de un movimiento llamado BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), la iniciativa internacional que surgió en 2005 para frenar el apoyo económico al Estado de Israel, acusado de ocupar territorios palestinos por medio de la fuerza de su ejército. A Israel, la comunidad internacional no solo lo acusa de robarle su tierra a los palestinos, también lo acusa de violar los derechos humanos de esta población y de masacrarla desde hace más de medio siglo. En resumen, distintas organizaciones y personalidades han señalado que Israel hace con los palestinos algo similar a lo que Hitler hizo con los judíos.

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Por eso han surgido decenas de acciones y campañas para frenar la ocupación ilegal de Palestina a manos de a Israel. BDS es una de las más significativas y Waters forma parte de ella. Es un asunto tan primordial para él que ocupa una de sus noches de descanso para hablar del tema. Entre los asistentes se encuentran varias organizaciones mexicanas que apoyan la causa palestina.

Después de un minuto de presentación informal y cientos de fotos y videos que se acumulan en los celulares, el creador de The Wall explica qué lo motivó a unirse a ese movimiento internacional.

Roger Waters

Foto cortesía de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal

Fue hace unos 12 o 13 años, justo meses después del nacimiento del BDS, cuando durante una serie de conciertos por Medio Oriente, varios mails a su correo personal llamaron su atención. Se trataba de grupos pro palestinos que le pedían cancelar una fecha en Israel para no fomentar la guerra de exterminio contra su pueblo. Fue así como el mítico bajista comenzó a documentarse sobre el conflicto en esa región. Después de analizar la situación, decidió mover el concierto de Tel Aviv a un lugar más plural donde hubiera espectadores de distintas religiones: musulmanes, cristianos y judíos.

Al concierto asistieron cerca de 60 mil personas pero casi todas judías. Al final del show les dijo: “Ustedes son la generación de jóvenes israelíes cuya responsabilidad es hacer la paz con sus hermanos y hermanas palestinos. ¡Hagan la paz con sus vecinos!”. Los asistentes se quedaron estupefactos, se voltearon a ver unos a otros. No dijeron nada. Roger Waters se dio cuenta entonces de que la mayor parte de la juventud israelí no tenía conocimiento pleno de lo que su gobierno hacía a los palestinos. Eso lo impulsó a participar activamente en campañas para el reconocimiento de los derechos de los habitantes de Palestina.

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Ha pasado más de una década y hoy, en uno de los momentos más trascendentales de su discurso, Waters dice que el mundo presta muy poca atención a la declaración de los derechos humanos y “seguramente existen personas que pensamos que debemos hacer algo y nos hemos vuelto activistas. Hay quienes sienten empatía por los demás seres humanos. Hay que actuar, s ino nuestra vida será una miseria total”.

Roger Waters

Foto de David de La Paz

Waters toma su tiempo para responder cada pregunta que le hace Alejandra del Palacio, la presentadora. Da contexto, explica sus motivos y cuenta breves historias para reforzarlos. Se ha quitado el traje de rockstar y se ha puesto el de activista pero sus dotes musicales lo hacen un orador genial: juega con su tono de voz para atrapar a su público. Como si se tratara de una canción que necesita distintas tonalidades para hacer lucir la voz, utiliza varias entonaciones para hablar de algo serio o una anécdota cómica y sube el volumen para cerrar con una idea que resuma su respuesta.

Este hombre es, ante todo, un provocador. Así ha sido toda su vida, desde que era joven y criticaba intensamente al gobierno de Margaret Thatcher y sus políticas económicas. Lo acaba de hacer durante su gira mundial con una advertencia proyectada en las pantallas gigantes que complementan su escenario: “Resistir al neofascismo. En Estados Unidos, Donald Trump. En Hungría, Orbán. En Francia, Le Pen. En Austria, Kurz. En Reino Unido, Farage. En Polonia, Kaczinsky. En Rusia, Putin. En Brasil, Bolsonaro”.

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Roger Waters

Foto cortesía de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal

Hoy no es la excepción, se mete con la política local a pocos días del cambio de presidente en nuestro país. Su mensaje es contundente: “A su nuevo presidente [Andrés Manuel López Obrador]: buena suerte. Y el anterior [Enrique Peña Nieto], él no tenía interés alguno en los derechos humanos. ¡Gracias a dios que ya se fue!”. De inmediato los aplausos y gritos de los invitados a la conferencia lo obligan a hacer una pausa para probar el vino después de beber dos vasos de agua.

Pero no sólo habla de los mandatarios mexicanos, también le pega duro a la iniciativa privada. En concreto a la empresa Cemex por mantener una relación comercial con el gobierno de Israel y participar en la construcción de un muro en Cisjordania y Gaza que divide a los palestinos y que ha sido equiparado con el Muro de Berlín. Por ello promueve la desinversión a esa empresa.

Además, critica duramente al neoliberalismo: “Se suponía que al desregular a las grandes corporaciones, se activaría una derrama económica que llegaría a todos. ¡Qué mierda tan grande! Nada se ha derramado. Y la brecha entre los extremadamente ricos y el resto del mundo sólo se ha hecho más grande, lo que genera otro ola de aplausos".

Roger Waters

Foto cortesía de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal

Ha pasado más de una hora desde que inició la charla y el ex-bajista de Pink Floyd quiere dejar algo en claro ante las críticas internacionales que lo acusan de antisemita. Waters asegura que la gente cree que en el conflicto entre Israel y Palestina hay dos lados, pero para él solo hay uno porque cree en los derechos humanos. “Me acusan falsamente. Esa es la única arma con la que cuentan y es muy poderosa, pero apoyar a los palestinos no significa ser antisemita”.

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Luego, un encore: la sesión de preguntas y respuestas del público. Alguien le pregunta durante cuánto tiempo más seguirá apoyando la campaña pro palestina. Sonríe y asegura que hasta que se muera, pero lamenta que la situación no se resolverá antes de que eso pase, aún así invita a todos a informarse y a apoyar al movimiento BDS.

Roger Waters

Foto cortesía de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal

Se despide y posa una vez más para las cámaras mientras le entregan un reconocimiento por su labor. Se retira apresuradamente. En unas horas debe tomar un vuelo a Guadalajara para continuar con su gira en tierras mexicanas.

El evento de hoy ha sido un éxito, no por el número de asistentes o el impecable performance, sino porque logró llevar la palabra de un pueblo devastado a otro rincón del mundo. Esta vez sin acompañamiento musical.

Después de 90 minutos de hablarle a un público muy distinto al que está acostumbrado, quizá se vaya preguntando: Hello is there anybody in there? Just nod if you can hear me…

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