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Artículo publicado por VICE Colombia.
En teoría, los funcionarios nombrados directores de instituciones públicas deben ser personas a las que la labor no les quede grande por inexperiencia; que los temas de la agenda no desborden sus conocimientos; que crean en la misión de las instituciones, aunque sean críticas de ellas.Sin embargo, el pasado 31 de enero, se anunció que Darío Acevedo sería el nuevo candidato para ser el director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), un hombre que públicamente ha negado que eso del "conflicto armado" en Colombia exista, y que en su cuenta de Twitter ha asegurado que la JEP es un arma que las FARC usa contra las fuerzas armadas.Es bien elocuente Acevedo en la entrevista que le dio al diario regional El Colombiano, muy directo: "Aunque la ley de víctimas dice que lo vivido fue un conflicto armado eso no puede convertirse en una verdad oficial". Y sigue, diciendo que hay gente que piensa una cosa —que hubo un conflicto armado— y que hay gente que piensa otra —una amenaza terrorista, como fue bautizado el conflicto por Álvaro Uribe Vélez—. Y que, ante eso, dice, es mejor mantenerse neutral, en el centro.Pero el centro está bien lejos. El medio Cuestión Pública ya hizo para ustedes una recopilación de tuits, que traducen el sentir de Acevedo frente a varios temas: no reconoce el conflicto armado (e insisto en ello, porque es grave: reproduce una teoría que ha usado de bandera un líder político popular); denigra las instituciones a las que el CNMH debe entregar los informes, como la JEP y la Comisión de la Verdad; arremete contra periodistas como Daniel Coronell y la revista Semana, así como contra políticos como Gustavo Petro o Aída Avella; se muestra complaciente, sin embargo, con el cofundador de un partido político de derecha (Fernando Vargas Quemba) y Armando Valenzuela, de la Tercera Fuerza, un grupo neonazi.Con esta, ya van tres ocasiones en que el presidente Iván Duque nombra como candidato a una persona que despierta suspicacias y críticas. De hecho, una organización de víctimas y de líderes sociales, también miembros de comunidades afectadas por el conflicto armado, enviaron al Gobierno un comunicado rechazando el eventual nombramiento. "Consideramos que la designación del señor Rubén Darío Acevedo Carmona no cumple con los criterios de imparcialidad ya que a lo largo de su desempeño personal y profesional, no ha mostrado la objetividad que la verdad exige para hacer creíbles y veraces los análisis de la historia de la guerra, lo cual denota un sesgo sumamente peligroso para la construcción de memoria de la sociedad colombiana".No es un lunar cualquiera que pueda despreciarse. Pero, como van las cosas, está difícil que Iván Duque patrasee, por tercera vez, una nominación que nace de su entraña.
En teoría, los funcionarios nombrados directores de instituciones públicas deben ser personas a las que la labor no les quede grande por inexperiencia; que los temas de la agenda no desborden sus conocimientos; que crean en la misión de las instituciones, aunque sean críticas de ellas.Sin embargo, el pasado 31 de enero, se anunció que Darío Acevedo sería el nuevo candidato para ser el director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), un hombre que públicamente ha negado que eso del "conflicto armado" en Colombia exista, y que en su cuenta de Twitter ha asegurado que la JEP es un arma que las FARC usa contra las fuerzas armadas.Es bien elocuente Acevedo en la entrevista que le dio al diario regional El Colombiano, muy directo: "Aunque la ley de víctimas dice que lo vivido fue un conflicto armado eso no puede convertirse en una verdad oficial". Y sigue, diciendo que hay gente que piensa una cosa —que hubo un conflicto armado— y que hay gente que piensa otra —una amenaza terrorista, como fue bautizado el conflicto por Álvaro Uribe Vélez—. Y que, ante eso, dice, es mejor mantenerse neutral, en el centro.Pero el centro está bien lejos. El medio Cuestión Pública ya hizo para ustedes una recopilación de tuits, que traducen el sentir de Acevedo frente a varios temas: no reconoce el conflicto armado (e insisto en ello, porque es grave: reproduce una teoría que ha usado de bandera un líder político popular); denigra las instituciones a las que el CNMH debe entregar los informes, como la JEP y la Comisión de la Verdad; arremete contra periodistas como Daniel Coronell y la revista Semana, así como contra políticos como Gustavo Petro o Aída Avella; se muestra complaciente, sin embargo, con el cofundador de un partido político de derecha (Fernando Vargas Quemba) y Armando Valenzuela, de la Tercera Fuerza, un grupo neonazi.Con esta, ya van tres ocasiones en que el presidente Iván Duque nombra como candidato a una persona que despierta suspicacias y críticas. De hecho, una organización de víctimas y de líderes sociales, también miembros de comunidades afectadas por el conflicto armado, enviaron al Gobierno un comunicado rechazando el eventual nombramiento. "Consideramos que la designación del señor Rubén Darío Acevedo Carmona no cumple con los criterios de imparcialidad ya que a lo largo de su desempeño personal y profesional, no ha mostrado la objetividad que la verdad exige para hacer creíbles y veraces los análisis de la historia de la guerra, lo cual denota un sesgo sumamente peligroso para la construcción de memoria de la sociedad colombiana".No es un lunar cualquiera que pueda despreciarse. Pero, como van las cosas, está difícil que Iván Duque patrasee, por tercera vez, una nominación que nace de su entraña.