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Música

Datos curiosos de David Bowie que probablemente no sabías

Vale la pena desviarnos de sus logros más famosos y adentrarnos en las partes de la vida de Bowie que la mayoría de la gente tiende a ignorar.

Este artículo apareció originalmente en VICE

Un día, el nudo frágil de personas y lugares que eres se va a disolver para siempre. No importa quién seas, un día tu cuerpo se va a cansar y vas a morir. Esta semana todos recordamos dejar de sentirnos inmortales. "Si la muerte se llevó a Bowie, entonces también me puede llevar a mí".

Con los miles de obituarios escritos esta semana para recordar a Bowie, no tiene caso lanzar una flor más a su altar. Sin embargo, vale la pena desviarnos de sus logros más famosos y adentrarnos en las partes de la vida de Bowie que la mayoría de la gente tiende a ignorar.

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Y eso fue justo lo que hice:

El papá de Bowie perdió todo su dinero tratando de impulsar la carrera de su primera esposa

Su esposa era "Chèrie, el ruiseñor vienés", cuyo verdadero nombre era Hilda, una cantante de jazz. A los 26 años de edad, el padre de Bowie, John Jones, puso en escena un show de variedades para Hilda en la década de los 30 que resultó ser un desastre. Jones también fue dueño de un piano bar –el Boop-a-Doop en la Calle Charlotte, en Soho– antes de verse obligado a trabajar como portero. Más tarde encontró un mejor trabajo en la ONG Barnardo's. Peggy Burns, la madre de Bowie, trabajaba como acomodadora en un cine y también estaba en su segundo matrimonio.

Tenía un medio hermano que se suicidó

El 16 de enero de 1985, Terry Burns, el medio hermano de Bowie que era 10 años mayor que él, salió del hospital siquiátrico Cane Hill y se acostó en las vías con la cabeza viendo hacia la dirección contraria de la que venía el tren a esperar el expreso de Londres, que lo mató minutos después. Cane Hill aparece en la portada de The Man Who Sold the World. Además, Bowie escribió varias canciones que hablaban sobre trastornos mentales, como "All the Madmen" y "Bewlay Brothers", que muchos creen que estaba diseñada para sonar como "Bowie Brothers". Los tabloides acusaron a Bowie de haber abandonado a su hermano. (Bowie dijo que no asistió al funeral por miedo a que se hiciera un circo mediático.)

Pero la realidad era muy diferente. Gracias a Burns, Bowie conoció todo lo que definió su primera fase: el jazz, los beats, la ciencia ficción, el R&B y el budismo. Terry era como un faro en medio de la imperturbable vida de los suburbios –donde Bowie pasó la mayor parte de su infancia– que lo transportaba a otro mundo y Bowie tomaba todo lo que le ofrecía.

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Años después, en una entrevista que dio en 1993, Bowie explica todo esto y dice que se proyectó una gran carga en su hermano mayor. "Creo que de forma inconsciente exageré su importancia", señaló. "Inventé un héroe para desahogar mi culpa y mi fracaso, y pare librarme de mis propias obsesiones".

Un mural de Bowie en Brixton, Inglaterra. Foto por Jake Lewis

A veces era muy cruel

En 1964, Bowie dejó su primera banda, The King Bees, porque no tuvo éxito y viajó por todo el Tames hacia Margate, donde participó en una audición para formar parte de un grupo de R&B llamado The Lower Third. El resto de la banda asumió que iban a reclutar a un miembro igual pero Bowie decidió que él era el integrante principal y publicó un comunicado de prensa en nombre de la banda que decía: "Este comunicado es para informarles de la existencia de Davie Jones y The Lower Third".

A principios de la década de los 70, después de que Mick Jagger le mostró los diseños de su próximo disco hechos por el artista belga Guy Peellaert, Bowie contrató a Peellaert para que diseñara la portada de Diamond Dogs sin decirle a Jagger. Y esa no fue la única vez que Bowie traicionó a sus amigos.

Al parecer, la mayoría respetaba este rasgo de su personalidad a regañadientes. A fin de cuentas, todos los que sueñan con volverse un maniquí de arte pop están dispuestos a hacer lo que sea para tener éxito. Michael Lippman, el manager de Bowie en 1975, lo describió como "un hombre encantador y amigable que al mismo tiempo podía ser muy frío y egoísta. Quería dominar el mundo".

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Se cogió a todo el mundo

Bowie era como el dios Pan galáctico del poliamor. Durante la década de los 70, en su revolucionario matrimonio "abierto" con Angie, con frecuencia invitaba a chicas que acababa de conocer en fiestas a tener sexo en el baño poco después de preguntarles su nombre. Aún casados, eran increíblemente abiertos: "Angie y David tenían las orgías más impresionantes", dijo Vicki Hodge, que solía pertenecer a la alta sociedad de Londres. "Todos se daban a todos. Mick Jagger participaba con frecuencia en las orgías. John [el novio de Vicki] me contó que a veces tenía sexo con Angie mientras David veía".

Susan Sarandon, Tina Turner, Lulu, Ronnie Spector son algunas de las conquistas de Bowie (de las que sabemos). Pero no sólo era mujeriego, también se acostaba con su legendario maestro de mímica, Lindsay Kemp, y con su diseñadora de vestuario, Natasha Korniloff. Cuando se enteraron de lo que hacía Bowie, Korniloff tomó una sobredosis de medicamentos y Kemp se cortó las muñecas. Ambos sobrevivieron.

A principios de la década de los 80, Bowie tuvo una relación de tres años con Susan Sarandon y a finales de esa misma década se comprometió con una bailarina 20 años menor que él llamada Melissa Hurley. Pero se separaron y en octubre de ese mismo año conoció a Iman en una fiesta en Los Ángeles.

Era mimo

Conocer a Kemp fue lo que hizo que Bowie pasara de ser un cantante pop que cantaba "The Laughing Gnome" a ser el monumento a la autoformación en el que se convirtió.

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Kemp era un artista de mímica que instruyó a Bowie en una de las artes más ridiculizadas, además de otras variaciones culturales. Le enseñó a Bowie a usar su cuerpo, a posar, a bailar. También le presentó el Kabuki y la tradición japonesa del onnagata, donde los actores interpretan papeles femeninos.

"Curiosamente, el kabuki era perfecto para Bowie", explicó el crítico de cultura Ian Buruma. "Es un teatro de gestos extravagantes y estilizados. En los momentos culminantes, los actores se quedaba inmóviles, como en una fotografía, y hacían poses dramáticas. Bowie nunca fue un gran actor pero sí fue un gran poser, en el mejor sentido de la palabra; siempre se movía con una gracia muy particular".

Kemp y Bowie organizaron una puesta en escena juntos llamada Pierrot in Turquoise.

"Su vida cotidiana era lo más teatral que he visto en toda mi vida", dijo Bowie refiriéndose a Kemp. "Él era la encarnación de mi concepto de bohemio".

Bowie siguió su ejemplo y transformó su vida cotidiana en su fantasía y, poco después, su fantasía se volvió nuestra realidad.

Una vez le hizo un exorcismo a su alberca

"Esta droga es mi alma gemela", dijo Bowie a Paul Du Noyer en 2002, haciendo referencia a la cocaína. "Bueno, también el speed. La combinación de las dos".

Le encantaban las drogas que lo aceleraban y odiaba las que lo alentaban. Y la cocaína fue su musa desde principios de la década de los 70 hasta el clímax de 1975. Tenía una tolerancia a la droga que opacaba a muchos. A veces, el Duque Blanco posponía o cancelaba sesiones por esperar a su dealer y poco a poco se parecía más al personaje que él mismo describió: "Del tipo ario y fascista; un aspirante a romántico que no tenía sentimientos pero que recitaba mucho neo romanticismo".

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Un testigo clave de esta locura fue Glenn Hughes, el bajista de Deep Purple, quien le ofreció un espacio a Bowie en su casa de Los Ángeles. "David le tenía pánico a las alturas y nunca se subía a un elevador", dijo Hughes. "Tampoco subía más allá del tercer piso. Nunca. Si llegaba a convencerlo de subirse a un elevador, era aterrador. Se ponía paranoico y me lo contagió."

Después de una temporada de juntarse con Jimmy Page, Bowie se obsesionó con el libro Autodefensa síquica, que supuestamente fue escrito para "protegerse contra la maldad paranormal", y empezó a dibujar pentagramas en todos lados (una etapa que se refleja en letra de "Breaking Glass" en la parte que dice "no veas la alfombra / dibujé algo muy feo encima").

Como dijo Hughes, "Tenía teorías muy extrañas sobre Aleister Crowley, los nazis y los números. Estaba muy alterado, podría decirse que era un maniático. Era imposible seguirle el paso. Siempre estaba al borde de la paranoia y hablaba de cosas que yo no entendía. A veces se ponía a hablar de algo y yo nunca tuve una puta idea de qué se trataba".

Rosemary's Baby se repetían en su vida.

"Estaba seguro de que había un grupo de chicas negras que querían embarazarse de él para hacer un bebé diabólico", dijo Cherry Vanilla, la discípula de Warhol. "Me pidió que buscara una bruja de tez blanca para quitarle esta maldición y eso fue lo que hice".

La bruja de tez blanca era una ex periodista que creía en la Wicca llamada Walli Elmlark. Angie Bowie escribió que durante el exorcismo que realizó Elmlark en su casa, "la alberca empezó a sacar burbujas con fuerza sin explicación aparente".

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Nos guste o no, Tin Machine lo hizo feliz

"Under the God" de Tin Machine

La carrera de Bowie se puede interpretar a veces como una serie de colaboraciones magnéticas –como un Richards para su Jagger de cualquier edad–. Mick Ronson. Brian Eno. Tony Visconti. Robert Fripp en Scary Monsters. Nile Rodgers en Let's Dance. Y después, al final de su etapa pop ochentera, Reeve Gabrels, un improvisador "virtuoso" que conoció en la gira de Glass Spiders.

"Recuerdo con mucho cariño los años de Tin Machine", dijo Bowie para Uncut. "No tienes idea de lo mucho que me llenaron. Reeves me sacó de la depresión y me enseñó una luz. Me dijo 'vuelve a ser aventurero'. Desde entonces he ido encontrando mi propia voz y una cierta autoridad".

Incluso tras el rotundo fracaso de Tin Machine, Gabrels se volvió el guitarrista de Bowie y su influencia siguió presente en Black Tie White Noise, Outside, Earthling y Hours.

Además de la imagen de autor que siempre proyectó, Bowie necesitaba a su confidente y Gabriel lo fue, aunque nunca se llevó crédito.

Su vida de bendición conyugal con Iman suena casi tan seductora como cualquier sesión de creatividad pansexual con cocaína

Bowie hablando de cómo conocer a Iman "concretó su idea de amor".

Bowie dijo que "ya estaban pensando en el nombre del bebé en cuanto se conocieron". Diez años después, en agosto del año 2000, nació ese bebé y se llamó Alexandria Zahra Jones. En ese entonces Iman tenía 45 años de edad y la pareja estaba punto de rendirse con la fecundación in vitro.

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"Mi atracción hacia ella fue total e inmediata", dijo Bowie a la revista Hello Magazine ese mismo año. "No podía dormir de la emoción por nuestra primera cita. Lo único en que pensaba era que tenía que casarme con ella. Nunca en mi vida había sentido tanta pasión. Supe de inmediato que era la indicada".

"Nuestro matrimonio es tan fabuloso como se lo imaginan", dijo Iman más o menos en la misma época. "Aunque, siempre hemos sido muy unidos, ahora lo siento más cercano que nunca. Nuestra felicidad es casi palpable".

Parte de la explicación de la pausa en la carrera de Bowie –entre 2003 y su regreso inesperado en 2013– fue simplemente que estaba muy ocupado con su vida doméstica, viendo televisión en el sillón con su hija o pintando mientras Iman bordaba a su lado. La historia siempre recordará a Bowie como una serie de exhibicionismos artísticos. Sin embargo, para la década de los 90, su sed de gloria bajó para abrir paso a su nido de amor familiar.

<"ya no="" tengo="" esa="" sensación="" de="" soledad="" que="" solía="" ser="" muy,="" muy="" fuerte",="" dijo="" en="" 2003.<="" p="">

Esto nos sirve como un recordatorio conmovedor de que, al final, lo único que queda de nosotros después de la muerte es el amor. Incluso si eres David Bowie.

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