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Música

Es momento de dejar de ignorar la violencia de género

Tras el escándalo de acoso sexual vivido este fin de semana en el programa ATM, esta es la oportunidad para que esas conductas se dejen de normalizar.

En Ciudad Juárez, uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser mujer, el presentador del programa de música grupera ATM, de Televisa, acosó sexualmente a su compañera este fin de semana, en un programa que luego afirmaron haber grabado tres semanas antes. A este punto, todos hemos visto el video y conocemos a Tania Reza y Enrique Tovar, los protagonistas del escándalo.

Que quede claro: si un compañero, amigo, jefe o extraño te agarra la teta —da igual si fue con un dedo, con dos o con toda la mano—después de manosearte varias veces, burlarse de tus “cosotas” y levantarte la falda cuando repetidamente te quitaste y dijiste que no, es acoso sexual. No hay vuelta de hoja. Las cosas se ponen peores porque esto pasó en televisión en vivo y en el marco de una relación de trabajo.

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Por si fuera poco, Televisa despidió a la presentadora y a su acosador, obligándolos –según un post de Tania Reza en su muro de Facebook– a decir en un video que el acoso no fue real. Fue todavía peor, porque en un comunicado, Televisa pone como excusa muy poco creíble que “la escena fue actuada, con el propósito de crear un contenido viral y que los conductores no informaron a la producción que realizarían ese acto ofensivo.”

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GRACIAS A TODOS POR SUS COMENTARIOS Y MUESTRAS DE AFECTO. LAMENTABLEMENTE EN ESTAS SITUACIONES EXISTEN PRESIONES POR…

Posted by

Tania Reza

on

Monday, October 26, 2015

Con esto la empresa de medios más grande de Latinoamérica manda un mensaje perverso a todas las mujeres: si te acosan y denuncias, te van a despedir de tu trabajo y tendrás que decir que no pasó nada. Mejor guardar silencio, sonreír, pretender que nada pasó y seguir en el rol de mujer-objeto porque “calladita te ves más bonita.” Eso es lo que siempre nos enseñan.

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No ha faltado quien diga que agarrarle la teta o manosear a alguien no es acoso, sino una mera “broma” que no hay que dramatizar. Que el problema son las feministas, que todo lo exageran. Que los “amigos así se llevan”, como dijeron ambos, en el video de disculpa posterior. Quienes dicen esto no solo son cómplices de un sistema violento y desigualitario, sino que además no entienden un carajo.

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Como si los amigos no pudieran acosarte. Como si las locas-hormonales-a-quienes-se-nos-suben-las-ubres-y-nos-comportamos-como-vacas (en palabras del propio Enrique Tovar) somos quienes decidimos no ser acosadas. ¿A poco alguien quiere que la toquen sin su permiso? ¿A quién le gusta que le griten y digan cosas sexuales que no quiere escuchar?

Que quede claro: en cualquier acto sexual, la base es el consentimiento. En el ejemplo más extremo, cogerte a alguien que no quiere tener sexo contigo es una violación. No es chistoso ni es broma. Si dicen “ya” o “no” significa que pares. Punto. Lo mismo pasa aquí: cualquier acercamiento intencional de naturaleza sexual verbal o física, que no es bienvenido ni deseado por la otra persona, es acoso sexual. (Así lo dice la ONU)

En la música grupera de los últimos años, estas conductas se normalizan. El machismo es chistoso y “vende” porque es cosa de todos los días. Ya no es lo que cantaba la Banda El Recodo, Intocable o los Tigres del Norte. Hoy más que nunca, es un culto visual al narcotráfico, a las armas, los coches, el lujo y al placer inmediato.

Que alguien me explique a quién le gusta que le duela, mientras le grita al macho en turno que “ya” y que por favor “pare”, como lo dice esta canción de Calibre 50, la cual tiene más de 37 millones de vistas en YouTube:

Seré una bestia que sin respetar

Tomare tu cintura y te daré por

Detrás de tu cuello, morderte hasta hacerte llorar

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Que rasguñes mi espalda y me digas que ya

Que te duele hasta el alma y no puedes mas

Mientras grabo un video así, con mi celular

Y esto es para ti chiquitita ¡¡te va doler, pero te va gustar!!

Calibre 50- “El tierno se fue”

En el norte del país, son himnos que varios hombres cantan al unísono desde pequeños mientras toman cerveza en las banquetas. Las letras hablan de los “pobres hombres víctimas” de sus instintos sexuales, y presa de sus erecciones que no pueden controlar. Por esto, las mujeres –de cuerpos estereotipados e intercambiables—deberían siempre estar disponibles para ellos. Si no lo hacen, son unas locas-hormonales-histéricas-malagradecidas-que-se-comportan-como-vacas.

Al parecer esto es lo que piensa el *pobre* de Enrique Tovar, porque hasta la fecha no ha reconocido lo que hizo y sigue sin entender por qué está mal. Lo peor, es que es la caricatura perfecta del hombre macho y acomplejado de nuestro país.

En el video que causó todo el problema, Tovar persigue a Tania Reza. Le toca la cintura y el hombro. La abraza. Le levanta la falda. Ella le dice que “ya”, que “no” y que “pare.” Las respuestas del presentador ante el claro límite de su compañera, confirman su pobre situación de víctima, que cree que las mujeres están a su disposición y son completamente intercambiables si no obedecen sus instintos de placer.

“Camarógrafo, ayúdeme por favor alguien aquí”. Como si él necesitara ayuda. “Mire la otra que ya no le gustó. Se me hace que la cambiamos.” Porque claro, como no le parece que le toquen una teta, la mujer intercambiable debe ser remplazada. “Una disculpa a mi gente, mi compañera anda un poquito hormonal, se le subieron las ubres.” ¿Tu gente? ¿Ponerte un alto, es andar hormonal? ¿Debemos decir siempre que sí, para no parecer unas histéricas?

En cuanto a Televisa, es vergonzoso que hayan intentado encubrir y minimizar el asunto. Aunque claro, no podríamos esperar nada más. Son cómplices de tal abuso porque despedir a Tania Reza es revictimizarla y no hacer caso de su denuncia.

Que quede claro: las mujeres tenemos derecho a decir que “no” porque —por más que la televisión y la música grupera intenten mandar el mensaje contrario—somos dueñas de nuestro cuerpo. Ojalá tanto Enrique Tovar como el resto de personas que minimizan el acoso sexual, entiendan este principio.