Terror, comedia y una que otra lágrima: Películas metaleras para pogear en el cine

El metal es un virus que infecta todo lo que toca. Es como un ser maligno que ha extendido sus viscosos tentáculos más allá de la música para contagiar lo que pueda. La esencia y la estética metalera es algo que se siente en la literatura, el arte, la moda y sobre todo las películas. A lo largo de los años, el cine y el metal han convivido y se han nutrido mutuamente. Decenas de bandas, canciones y letras se han inspirado en el cine, sobre todo en las películas tipo B y de terror. Pero muchos directores también han sacado ideas del metal para sus largometrajes y han creado personajes altaneros y dementes envueltos en situaciones inverosímiles y sobrenaturales.

Las pelis metaleras se pueden dividir en tres grandes grupos: Terror humorístico y sangriento, documental y últimamente ha aparecido uno que otro drama. Muchas veces el cine de metal está mal producido y hecho con bajo presupuesto, pero también hay joyas de culto. Existen largometrajes crudos que van más allá de la simple imagen y buscan entrar en las entrañas y problemáticas del género. Y claro, también hay producciones genialmente absurdas, que juntan la irreverencia, con el humor, el morbo y la pura joda, que se han convertido en clásicos.

Aquí repasamos varios largometrajes que llevan el poderoso sello del metal en sus entrañas.

Durante los años 70 apareció en Francia una revista de comics de ciencia ficción, erotismo y horror francesa llamada Métal Hurlant. El exitito de está publicación fue tan grande que se reeditó en varios países y llegó a Estados Unidos en el 77 bajo el nombre de Heavy Metal. Los gráficos híper estilizados, y las dementes historias que tienen lugar en mundos fantásticos, ganaron popularidad en el underground y en la naciente cultura metalera. En 1981, se hizo una adaptación para cine en la que una esfera maligna, que encarna todo el mal mundo, narra varias historias geniales centradas en la eterna lucha del bien contra el mal, la cuales están musicalizadas con mucho hard rock y heavy metal.

En 2005 el antropólogo y documentalista canadiense Sam Dunn registró un viaje que hizo por el mundo para estudiar y analizar la esencia del metal. El éxito fue tan grande que tres años después hizo otro viaje para entender cómo es la vida del metalero en países como China, Japón, Malasia y Arabia Saudita. Dunn habla con varios artistas clásicos del metal como Gal de Gorgoroth, Necro Butcher de Mayhem, Tom Morello de Rage Against the Machine, Tony Lommi de Black Sabbath y en fin, todo el panteón. Estos dos documentales son una mirada genial al metal, que va más allá de la música, la estética y llega a la raíz que mueve a todos lo metaleros del mundo: la pasión por lo extremo y la rebeldía infinita.

Esta es una de las historias más tristes de la historia del metal. Anvil es una banda de thrash canadiense que en el 80 prometía ser uno de los grupos más grandes de la historia. Pero no. A pesar de tener varios discos y decenas de canciones, sus miembros se quedaron trabajando en panaderías y metalúrgicas. Esta es la historia de cómo el grupo lucha por volver a la gloria, al tiempo que intentan sobrevivir el día a día. A lo largo de la película la banda se va de gira, la estafan, tocan en bares de mala muerte, se pelean, graban un disco. Todo un drama que homenajea esa pasión sobrenatural que siente todo metalero.

Esta es una mentira que se contó tanto y se contó tan bien que se volvió verdad.

This is Spinal Tap

es un falso documental acerca de una aclamada banda que en verdad es un desastre. Con un humor muy fino, este largometraje satiriza de forma genial al mundo del metal y sus excesos. El éxito de está farsa fue tan grande que Spinal Tap se convirtió en una banda verdadera, ha tocado en vivo y se mueve entre la genialidad y el ridículo. Esta es una peli de culto que lleva el absurdo y la comedia a un nivel digno de todo metalero.

Sangre, mutilaciones, demonios, un grupo de pobres diablos y mucho humor negro.

Deathgasm

ha llamado la atención sobre todo por esa escena en la que un metalero flaco con la cara pintada está sentado frente a una rubia muy bonita que le coqueta y el man no hace más que embarrarla. Pero la historia en verdad es acerca de este grupo de desadaptados neozelandeses que arman una banda para salir de la lamentable rutina en la que viven y terminan invocando a un demonio. Al final la cosa es pura sangre al mejor estilo del cine B.

Esta es un película española de bajo presupuesto y de humor metalero dirigida por J. Oskura Najera, vocalista y guitarrista de

Eyaculación Postmortem

. En ella un grupo de amigos revive a una vieja banda llamada Megamuerte, quienes resultan ser unos demonios del inframundo que vienen a cagarse en todo el planeta. Estos amigos deben enfrentarse a sus ídolos y evitar que destruyan el mundo. Cine da bajo presupuesto, hecho con puro epíritu metalero.

En esta comedia española un cura debe evitar el nacimiento del anticristo. Fácil. Para lograrlo no se le ocurre una mejor idea que volverse un tipo maligno, para así, a través de su pecaminosa vida, poder atraer al Diablo. Y claro, según este personaje, la mejor manera de volverse malo es convirtiéndose en metalero. El cura se hace amigo de José María, un death metalero puro y duro a quien conoce en una tienda de música. Los dos se alían con un ocultista charlatán, que les ayuda a evitar el apocalipsis.

Una reflexión sobre la soledad, la depresión y la muerte muy al estilo de una que otra letra metalera. Hesher es un drama protagonizado por un niño llamado T.J que perdió a su madre, su padre es un fracaso y todo el mundo lo jode. La solución para su mísera existencia es hacerse amigo de un metalero a lo que todo le importa un culo llamado Hesher. Este personaje es un cabrón, odioso, abusivo y medio estereotipado, que se pone a vivir con este niño y por alguna extraña razón le da vitalidad a la fracturada vida del pelado. ¡Qué lindo!

Cuando la vida no vale nada, todo a nuestro alrededor apesta, las presiones sociales te aplastan y el mundo es un maldito Infierno, no hay nada mejor que hacer que refugiarse en el metal. De eso va esta película islandesa protagonizada por Hera, una adolescente granjera que vive en el aislado campo de esta oscura isla. Ella debe afrontar la muerte de su hermano que le dejó como herencia la música extrema y la constante confrontación con los prejuicios y críticas de su familia y la gente de su pueblo. Un drama lento y deprimente, como el paisaje de Islandia, que nos recuerda que cuando todo está terpido y no hay nada en qué creer, lo mejor siempre es creer en el metal.

La directora Penelope Spheeris hizo una triologia que muestra de forma cruda el lado más pesado, vicioso y decadente del punk y el metal de Los Ángeles. La segunda parte se llama

The Decline of Western Civilitation Part II: The Metal Years

y se centra en toda la onda glam ochetera. Esta película muestra esa espantosa cara llena de maquillaje, melenas abultados y excesos que tanto revuelo causó en los ochenta. La viva imagen de sexo, drogas y rockanroll contada por los duros: Ozzy, Lemmy, Mustaine y todo el combo glamero como Kiss, Poison, Aerosmith y de más. Una oda al descontrol y al lado más pasado, obsceno, comercial y desenfrenado del metal.